Para ser sinceros Harry no había logrado dormir durante esa noche, su mente trabajaba a la velocidad de la luz e intentaba cansar sus ojos, lo intentó, pero no hubo resultados positivos.
No podía creer que existía la posibilidad de que tendría que volver a ver a su madre, siempre visualizó en su futuro que jamás tendría que volver a verla otra vez.
Era una mierda, salía de su pasado pero de alguna forma u otra volvía a entrar a el, era un círculo vicioso.
Harry mira a su costado y el hecho de ver a Louis dormir tan plácidamente lo calma un poco, si no lo tuviera a él a su lado todo sería más difícil de llevar, pero no quería despertarlo en ese momento, así que se levanta de la cama que habían estado compartiendo durante esos días y camina con sus pies descalzos por el frío suelo.
Necesitaba una taza de té para calmar sus nervios y quizás por fin conciliar el sueño.
El ojiverde amaba el silencio, le gustaba no tener un ruido irritante cerca de él, pero en ese momento el silencio se había convertido en su peor enemigo.
Calienta el agua en el hervidor y su mirada se posa sobre el reloj que estaba en lo alto de la pared de la cocina, eran las 02:50 am.
Demasiado tarde, por lo cual agradecía que fuera fin de semana.
Por mientras se calentaba el agua, se dispone a preparar la taza que utilizaría, pone azúcar dentro de esta junto a una bolsita de té, cuando el hervidor anuncia que el agua se había calentado, toma este y vierte el agua directamente a su bolsa de té, de esa forma veía que tan cargado lo quería.
Quería salir rápido de la cocina, así que no se demora mucho en irse de ella, apaga las luces y va hacia el ventanal del departamento.
Necesitaba un poco de aire fresco.
Corre el ventanal hacia a un lado y sale al balcón, cuando se sienta en una de las sillas del lugar y su mirada se pone sobre la ciudad frente a el se siente un poco relajado.
El té hace contraste con el frío que hacia, podía soportarlo durante unos minutos.
Bebe del contenido de la taza y cierra sus ojos, intenta dejar su mente en blanco o por lo menos pensar en cualquier otra cosa que no fuera negativa, pero mierda, tantos años se puso en el peor de los casos y ver a su madre no sonaba tan terrible, pero para él lo era.
Desde que su madre se fué comenzó todo, ese fué el detonante y eso jamás podría olvidarlo.
Una cálida manta es colocada sobre sus hombros, seguido siente un beso sobre su cabello, Louis aparece en su campo de visión y se veía totalmente adormilado, se abrazaba a sí mismo y Harry no podía verlo así.
Deja su taza de té en el suelo y palmea sus piernas invitando al ojiazul.
Louis sonríe ante eso y se sienta sobre las piernas del ojiverde, se acomoda para acurrucarse en su pecho y Harry los envuelve a ambos con la manta.
—No quería despertarte— Louis tararea al escuchar la voz de Harry, le daba muchísimo sueño oírla.
—Por el simple hecho de no tenerte a mi lado desperté— confiesa de forma baja el ojiazul— tenía frío.
Harry se enternece de sobremanera al oírlo, era tan adorable.
—Lo siento por eso.
—No te disculpes— el castaño vuelve a abrir sus ojos y su atención se va hacia la ciudad— ¿por qué aun no estás dormido?
—Mi mente no me deja dormir— Louis se mantiene en silencio, le gustaba que ahora Harry fuera tan abierto con él, pero aun le tomaba tiempo procesarlo, no estaba acostumbrado.
—¿Piensas en lo de tu madre?— al sentir el suspiro del ojiverde supo que estaba en lo correcto— no te preocupes por eso.
—Es que odio pensar que puedo toparmela y no sé, no quiero— Louis se voltea para mirar a Harry.
Intenta darle una sonrisa tranquilizadora, pero tenía tanto sueño que no logró hacerla por completo, el ojiverde al verlo ríe y se acerca hacia a él para dejar un pequeño beso en su frente.
—Te amo demasiado.
A Louis le toma tiempo procesarlo, de verdad, pero luego la palabra se clava directo en su corazón y sus ojos se abren con sorpresa.
—¿Puedes repetirlo?— el ojiverde asiente y respira hondo antes de soltarlo otra vez.
—Te amo demasiado— repite con lentitud y un puchero se forma en el labio inferior de Louis, mierda, parecía irreal estar escuchando eso.
¿No era un sueño?
Probablemente si era uno, así que lleva una de sus manos a su brazo y se pellizca con fuerza.
—Auch— se queja y luego acaricia la zona lastimada, bien, definitivamente no era un sueño.
—Pero no te pellizques— Harry vuelve a reír y Louis aparta la mirada con un poco de vergüenza.
—Yo también te amo— termina por revelar y las carcajadas del ojiverde se apaciguan.
Una mano se pone bajo el mentón de Louis y la mirada de este se desvía hacia los verdes ojos esmeraldas que parecían brillar bajo la luz de la luna durante esa noche.
—Me amas... — susurra de forma baja el rizado y Louis asiente, claro que lo hacia.
El ojiazul mira como esta vez es Harry quien se pellizca a sí mismo y ríe con ternura.
—Créelo, te amo, te amo, te amo— susurra y apoya su frente contra la del contrario, Harry cierra sus ojos y se permite disfrutar de ese momento.
La respiración tibia de Louis le calentaba el rostro, el silencio lo reconfortaba y no podía sentirse más en paz.
Amaba esa sensación, amaba como le hacia sentir Louis.
Lo amaba a él.
—Ya está haciendo mucho frío, ¿podemos volver a la cama?— Harry asiente de inmediato, era lo mejor que podían hacer.
—Vamos— el ojiazul se levanta de su regazo y no duda en entrar otra vez al departamento.
Harry toma la taza que aun tenía té, le da un trago y cierra el ventanal detrás de sí, le pone el respectivo seguro y sigue a Louis, en el camino deja la taza sobre un mueble.
Cuando vuelve a entrar a la cama y el calor de su cuerpo seguía en las sábanas, se siente aun más reconfortado y como broche de oro Louis lo envuelve con sus brazosy se apega a su cuerpo.
—Buenas noches, ángel— siente la voz adormilada del castaño y a Harry le da ternura el apodo, lame sus labios y cierra sus ojos.
Solo necesitó hablar con Louis y estar entre sus brazos para conciliar el sueño.
Louis siempre sería su lugar seguro.
Siempre.
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Dandelions |Larry Stylinson|
FanfictionLouis y Harry eran amigos desde pequeños, los balcones de sus habitaciones estaban uno frente al otro y fueron muchísimos días y noches en donde las risas cómplices se volvieron infinitas. Ya en su adolescencia, Louis no se conformaba con sólo tene...