Harry seguía pensando que era una mala idea el haber aceptado, pero entre ir a una fiesta y pasar tiempo con Elena, prefería mil veces estar fuera de casa.
Zayn y Liam habían pasado por él, lo bueno, es que la fiesta sería en la playa, algo a lo cual el ojiverde nunca había asistido.
—Llegamos— anuncia Liam y se baja del vehículo, Harry mira a través de la ventana y hace una pequeña mueca.
—¿Qué sucede?— el rizado pega un pequeño salto, juraba que Zayn también se había bajado, pero ahí estaba mirándolo directamente, esperando por él.
—No me gustan las fiestas.
—¿Alguna razón en específico?— Harry se encoge de hombros, no quería hablar de eso— si tienes malos recuerdos, date la oportunidad de crear unos nuevos.
El ojiverde tomo un respiro profundo y asiente, se baja del vehículo y desbloquea su celular, antes de internarse entre toda esa multitud llamaría a Louis.
Cada noche lo llamaba y eso no cambiaría por una fiesta, sabía que probablemente Louis estaría durmiendo y si no le contestaba no importaba, vería su llamada al día siguiente.
Harry se sorprende cuando el castaño le contesta en el segundo tono.
Le sorprende un poco el hecho, porque era sábado en la noche Louis jamas se levantaba durante un domingo tan temprano.
El ojiazul tenia sus ojos un poco entrecerrados y se podía notar que iba caminando. El ojiverde pudo sacar sus propias conclusiones.
—¿Tuviste una fiesta?— Louis pone sus ojos sobre el y lleva una de sus manos a su frente, la cabeza le dolía un montón.
—Si, Niall me convenció, no quería ir solo.
Harry ríe y le da una mirada significativa, lo extrañaba tanto.
—Con los chicos ya estamos aquí, estoy a punto de entrar— murmura y apunta con su cámara a la multitud que se encontraba en la playa, ve como Liam sale entre ellos con un vaso entre sus manos, tenía una sonrisa en su rostro y eleva su mano libre para indicarle que se unieran— ya debo ir.
—Cuídate— susurra el ojiazul antes de que la llamada se cortara, suelta un suspiro y refriega uno de sus ojos con cansancio, su cuerpo estaba jodidamente pesado y estaba consciente, pero la mayor parte de su alrededor se movía de un lado al otro.
Niall había terminado definitivamente peor que él, así que lo había llevado a su casa y ahora se dirigía a la suya, ya podía sentir el regaño de su madre, ella le había dicho:
—“Te quiero antes de las 7:00 am aquí.”
Bueno, resultaba que eran las 8 y algo.
Louis vuelve a poner sus ojos sobre su celular, necesitaba un café antes de llegar a su hogar, así que se desvía y va a una de las pocas cafeterías del pueblo, pediría un café bien cargado.
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Louis a penas pone un pie en su casa ve a Amelie tomando un té en el comedor, ella le da una breve mirada y el ojiazul no duda en sentarse frente a ella.
—Louis, es muy tarde— comenta con suavidad— me hubieras avisado por lo menos, estaba muy preocupada.
El castaño se siente culpable, pero aun así no dice nada.
—¿Qué sucede?— la voz de su madre vuelve a escucharse, a veces no le gustaba que lo conociera tan bien, que pudiera leerlo con facilidad, había veces en donde no podía mentirle.
—Intenté enterrar un poco el dolor que siento, demuestro que lo llevo bien pero no es así, hoy simplemente quise desconectarme de todo— confiesa de forma baja— lo extraño mucho.
Amelie estira su mano para tomar la de su hijo, acaricia esta con suavidad y suelta un suspiro.
—Bien, hagamos algo pero no te acostumbres— el ojiazul levanta la mirada ante eso, sonaba interesante— hay una semana de paro en la escuela, eso ya lo sabes.
—Sí...
—Te regalaré un boleto para ir a california pero luego para Navidad no tendrás regalos— Louis entreabre sus labios, un boleto para ir a Harry era el regalo perfecto para él y su corazón.
—Acepto— ni siquiera titubea, no lo pensó, simplemente actuó.
—¿Seguro?
Louis asiente y se levanta de su lugar para abrazar a su madre, eso le había alegrado el día y la semana, solo una semana más e iría a ver a Harry.
Una semana más y volvería a casa.
—¿Le contarás?— probablemente cualquier persona hubiera dicho, “no, quiero que sea una sorpresa” Louis era diferente en ese sentido.
—¡Claro que le diré!— menciona en un pequeño grito, toma su celular y se aleja de su madre para marcarle, probablemente estaría aun en esa fiesta, pero no le importaba.
Louis dudó cuando el celular sonaba pero no era contestado, quizás no lo escuchaba.
Todas sus dudas desaparecieron cuando Harry contesta el teléfono, se veía un poco agotado, pero una sonrisa se formó sobre sus labios al ver a Louis.
—¿Ya estás en casa?— es lo primero que pregunta y el ojiazul asiente— perdón por demorarme en responder, la gente no me dejaba pasar.
—Tengo que contarte algo importante— Harry se mantiene en silencio y Louis también, de fondo se podían escuchar el sonido de las olas rompiéndose y eso de cierta forma era un calmante para ambos.
—Viajaré la próxima semana para allá— Harry abre sus ojos ante eso y luego una boba sonrisa se forma en sus labios.
—¿En serio? ¡Pero eso sale mucho dinero!— el ojiazul rueda sus ojos al ver como se preocupaba por eso.
—Cambié mi regalo de navidad por el boleto— Harry ríe y ya no puede ocultar su emoción.
—Tienes que avisarme con anticipación todo, así te voy buscar al aeropuerto y todo eso— Louis asiente igual de emocionado— gracias.
El susurro a penas se escucha por la música y los gritos que se escuchaban a lo lejos junto oleaje, pero Louis puede leer perfectamente los labios del ojiverde, se encoge de hombros y de pronto odia tenerlo a través de una pantalla.
Le encantaría tenerlo de frente para poder abrazarlo, se moría por rodearlo con sus brazos y poner su cabeza contra su hombro, anhelaba acariciar su cabello rizado y dejar besos sobre sus labios, no era solo su mente y su corazón quienes extrañaban a Harry.
Su cuerpo también lo hacía, estaba tan acostumbrado a las caricias del ojiverde que de pronto haberlas perdido era extraño.
—Gracias a ti— murmura de vuelta y Harry sonríe ampliamente, Louis mantuvo grabada esa sonrisa en su mente por el resto del día.
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Dandelions |Larry Stylinson|
FanfictionLouis y Harry eran amigos desde pequeños, los balcones de sus habitaciones estaban uno frente al otro y fueron muchísimos días y noches en donde las risas cómplices se volvieron infinitas. Ya en su adolescencia, Louis no se conformaba con sólo tene...