Me gustan los vasos

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01 de agosto, 2009

-Hola señora Mirna y... ¡Hola John!- Saluda una entusiasta Ava.

-Hola querida- Saluda doña Mirna, la madre del chico.

-Pasen, pasen, no se quedarán ahí toda la noche ¿verdad?- Invita la joven.

Resulta que el día de la feria, mientras esperaban a sus padres, ellos se quedaron en la entrada del lugar charlando; y de pronto, a Ava se le ocurrió invitar a su nuevo "amigo" a cenar el sábado próximo en su casa.

John, obviamente se negó, no quería tener más contacto con ella. Pero la desgracia llegó cuando la señora Mirna estacionó en sus narices y aceptó  la propuesta de la chica.

Así que ahí se encontraban, sentados alrededor de una mesa con platillos verdaderamente apetecibles.

-Es un placer conocerlos de verdad, Ava nos ha hablado muy bien de ambos- Enuncia la señora Martha y concuerda el señor Emilio (padres de Ava).

-El placer es todo mío y muchas gracias de verdad por la invitación- Responde Mirna respetuosamente.

-No es nada, espero les guste la cena, yo misma la preparé- Presume doña Martha.

-Sinceramente se ve deliciosa ¿Cierto, John?- Pregunta la progenitora a su hijo, ya que no había emitido palabra desde que llegaron.

-Me gustan los vasos, son muy transparentes- Admitió John bastante fuera de lugar.

Todos los presentes se voltearon a verlo.

-Si, mi padre los compró en una subasta de internet. Son realmente bonitos- Comentó Ava para aligerar el ambiente.

Los padres de la chica se quedaron algo sorprendidos cuando su hija les confesó que su nuevo amigo tenía una discapacidad y cientos de enfermedades más.

Una vez que se enteró de la estricta dieta del joven, Martha se demoró casi 2 días en planear que sería adecuado cocinar.

-Dios John, comportarte por una vez en tu vida- Le dijo Mirna en un susurro al chico, de manera que solo él lo escuchó.

John rodó los ojos.

-Bien, supongo que podemos comenzar- Sugirió Martha.

Ava estaba a punto de probar su primer bocado cuando desvió su vista a el joven y procedió a hablarle.

-Será mejor que comas Johny, mi madre tardó 6 horas cocinando esto- Reveló.

El muchacho frunció los labios para luego manducar.

-Y cuéntanos John... ¿Donde estudias?- Curioseo Martha.

-En casa- Respondió con sencillez.

-¿Desde cuando?- Esta vez fue el turno de Emilio.

-Desde lo 13 años- Contestó

-Ya veo y... ¿Qué te gusta hacer?- Siguió interrogando la madre de Ava.

-Pensar en la muerte- Se encogió de hombros con naturalidad.

Mirna se atragantó con su jugo.

-¡John! Lo lamento enserio, solo está bromeando ¿verdad?- Trató de enmendar la señora luego de respirar profundamente un par de veces.

-No, ellos preguntaron y yo contesté- Se excusó el joven.

El rostro de su madre se tornó a un rojo oscuro; parecía que iba a explotar en cualquier momento.

-No te preocupes Mirna, debe ser interesante indagar sobre eso- Habló la otra mujer con el rostro bastante sorprendido.

-Lo es- Dijo el chico con total sinceridad.

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