18 de diciembre, 2010
...
-Le gusto a Trinidad, tú amiga- Susurró
Ava se levantó de golpe y miró a la chica.
-¿Por eso no me dijiste el nombre?- Cuestionó.
-John- Trini casi ahorca a su amor platónico por cotilla.
-Nada de John, ¿por qué no me lo contaste?- Cortó Ava.
-Porque... ¡Ay, no sé! Solo pensé que te molestarías- Admitió.
-Obviamente me iba a molestar, idiota-
John, como todo una persona normal, se quedó tirado en el suelo mirando la mugre de abajo de su cama y pensando si los caballos se ríen.
-No decido a quien amar- Se excusó la morena.
-¿Te estás oyendo, estúpida? ¡Ni siquiera sabes si lo amas!- Gritó exasperada su mejor amiga.
-¿Tú que sabes?-
-No lo amas, puedo apostar millones de dólares a que no lo amas- Aseguró.
-Pues te equivocas, yo amo a John- Repitió con demasiada certeza.
Tal vez si lo amaba, pero nadie podía estar seguro de eso; ni siquiera ella.
-¡John!- Llamó la castaña al adolescente que seguía tirado en el piso.
-¿Ah?- Respondió. Realmente no había estado pendiente de su plática tan animada.
-¿Tú amas a Trinidad?- Demandó.
Trini quedó estática; no pensó que fuera a preguntarle eso a el chico que le gusta, era como romper un código sagrado de mejores amigas, sumándole que Ava tampoco tenía las mejores intenciones.
-No voy a responder eso- Afirmó el muchacho.
-¿Por qué? ¿Por qué la amas?- Interrogó y con mucha sorna para ser sinceros.
-Ava, ya basta- Su amiga estaba roja y más que molesta, estaba decepcionada.
-¿La amas, John?- Siguió insistiendo.
-No- Admitió al fin.
Una lagrima solitaria bajó por la mejilla de su enamorada. Le había roto el corazón.
John maldijo a su amiga; él tenía muchos lemas, pero por encima de todos había uno...
"Si alguien se siente mal, ayúdalo; la vida es demasiado miserable para pensar en uno mismo"
Había pasado por tantas cosas malas, que en algún momento pensó que nadie jamás lo entendería y que era el ser humano más desdichado del planeta. Pero todo cambió cuando conoció a Harry, un infante de unos 7 años con epilepsia que estaba en el mismo hospital al que él asistía. Lo vio tener convulsiones, lo vio saludar a la muerte y que esta no lo reciba, lo vio llorar del dolor insoportable que sentía, lo vio sufrir... Harry cambió la vida de John, porque si él era miserable, el niño era un desgraciado.
Lo ayudó; lo iba a ver todos los días, le llevaba dulces y juguetes, lo veía como su hermanito; un hermanito que no pudo seguir peleando cuando un tumor se alojó en su cerebro.
Harry murió a los 8 años, otro más que se fue y abandonó a John; pero esta vez no lloró, no se sintió mal, al contrario, nadie conocía el dolor que el pequeño niño sufría, solo él; ambos compartían su anhelo más grande, y lo entendía.
-Lo siento, Trini, no te amo...- Empezó John.
El rostro de la joven era de sorpresa, no tenía planeado volver a escuchar dichas palabras.
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¿Importa?
RomanceEn esta vida aveces pasa lo que no esperas y esperas lo que no pasa... --------------------------------------------------------------------------------------------------------------- -¿Importa?- Le preguntó. -Absolutamente- Respondió el joven con un...