Lo extraño

342 27 1
                                    

11 de noviembre, 2011

-¿Alguna vez te autolesionaste, Johny?-

-No hace falta, he visto demasiados bisturís; los utilizan para abrir cualquier parte de mi cuerpo, así que es casi lo mismo- Resopló.

-Punto para John- Hizo el ridículo sonido de una campana, el pecoso no pudo evitar sonreír.

Vicky estaba con él en su habitación, ya que la había invitado a comer pizza dietética. Ambos estaban tumbados en la cama mirando el techo mientras conversaban de banalidades; su semana fue muy dura, pero ahora disfrutarían de una pijamada junto con Trinidad.

John agradecía a Ava por haber dejado a semejantes mujeres en su vida; sin ellas no sabría que hacer ahora mismo.

-¡Hola, morocho y pelirroja!- Irrumpió la morena con una sonrisa y un par de bolsas en cada mano. Trini estaba tan emocionada, que no se fijó cuando cerró la puerta con seguro.

-Vaya, vienes armada- Exclamó cómica la ojiverde al notar las chucherías (sin azúcar) que tenía en las bolsas.

-Obviamente- Les lanzó besos en el aire mientras asentaba sus compras en el escritorio.

Trinidad se aventó a la suave cama junto a ellos y empezaron a hablar sobre los alimentos sanos, pero ricos, que el muchacho podía consumir.

. . .

-¡Es verdad! Jamás me he subido a una bicicleta, ni pienso hacerlo- Afirmaba Vicky.

-No exageres, hasta yo lo he hecho-

Las dos jóvenes voltearon a ver interrogantes al chico parapléjico.

-Cuando tenía 10 años, babosas-

-Oh- Expresaron al unísono, un poco avergonzadas.

-¿Saben? Creo que deberíamos ver una peli...- La propuesta de la morena se vio interrumpida por la manija de la puerta que se movía rudamente. Alguien trataba de entrar.

-¿Por qué está cerrada?- Cuestionó el flacucho.

-No sé, ve a abrir Trini- La pelirroja estaba concentrada haciendo unas coletas en el cabello de su amigo.

-¡¿Por qué yo?!-

-Fuiste la ultima en entrar...- Empezó John.

-Por ende, debes de ser la culpable- Vicky se encogió de hombros y continuó su labor.

-Bien- Aceptó indignada.

Antes de que tocara la manilla, una estruendosa voz se escuchó del otro lado...

-¡John! ¡Johny! ¡¿Estás bien?! ¡¿Por qué demonios cerraste?!-

Los tres adolescentes se miraron extrañados, pero al instante susurraron: Ava

-¡Espera! Aún no abras- John se escabullo en la colcha y cerró sus ojos.

-¿Fingirás estar dormido?-

-Si, no quiero hablar con ella. Ahora abre y dile que estoy muy cansado; que vuelva luego... o nunca- Murmuro para luego continuar con su perfecta interpretación.

Trini se acercó a la puerta y la abrió.

-¿John? ¿Cómo...? ¿Trini?- La cara de Ava era un poema; sentía que explotaría.

"¡¿QUÉ CARAJOS HACÍAN?! ¡¿UN TRÍO?!" Se preguntó en su mente, mientras que su rostro se veía como el de un bulldog.

-Hola, Ava-

-¿John está dormido?- Interrogó, evitando el contacto visual con las damas que estaban a lado de SU AMIGO.

-Si, dijo que se sentía muy cansado- Ava entró completamente y, sin pensarlo mucho, se trepó a la cama para abrazar a su morocho favorito por la espalda.

¿Importa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora