¡Deberíamos casarnos!

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20 de agosto, 2016

-¡Santo Cielo! ¡Son para tu boda, Ava!- Exclamo un entusiasta chico con sincera alegría.

-Eh... si, pero- Ava trataba de quitarle las invitaciones de sus delgadas manos, sin embargo, una voz la interrumpió; Anthony.

-Son bellísimas, ¿verdad?- Los ojos del rubio brillaban con emoción.

-Lo son- John observaba hasta el más mínimo detalle de esas hojas.

-Ava escogió el diseño. Le han quedado preciosas, como ella- Dió un beso en la mejilla de su novia y la castaña se sintió incómoda en ese momento.

-Eh... No exageren, no es nada del otro mundo- Logró arrebatarle los papeles a su amigo y alejarse de su prometido; dos por uno- Entonces Johny... ¿Te quedarás a comer?-

-No creo, pero gracias por la invitación- Sonrío con esos adorables hoyuelos a cada lado de sus mejillas; Ava sentía la necesidad de apachurrarlas y luego besarlas.

-Por favor- Sus ojos de perrito seguían causando el mismo efecto.

-Bueno... tal vez, aunque solo como y me voy-

-¡Genial! Ven, la mesa está por acá-

Anthony la miró extrañado, ¿por qué lo había apartado tan drásticamente?

-Y cuéntame... ¿Qué tal la escuela?-

-Bien, de hecho estoy en los últimos semestres- Sonrío con autosuficiencia- Espero graduarme con un buen promedio; no quiero que el señor Heredia contrate a un mediocre-

-Pero tú nunca serás un "mediocre", lo sabes- Subió su mano hasta la mejilla del chico y la acaricio, como si su prometido no estuvieran a menos de un metro de distancia. La caricia no estuvo mal, de todos modos eran amigos, pero la mirada de adoración mientras lo hacía dejó a Thony desconcertado.

Aclaró su garganta ruidosamente, en señal de "Sigo aquí, tortolos" e inmediatamente Ava retiró su mano.

-Iré a ordenar- Se levantó cohibida, buscando huir de la mirada acusadora de su novio.

-John- Lo llamó el rubio- ¿Desde cuando conoces a Ava?-

-Oh... Desde que tenía 16 años y ella 15; toda una adolescente rebelde- Se carcajeó solo. Thony fingió un sonrisa que parecía más una mueca desagradable.

-Ya veo... ¿Ella te gusta?- Lo soltó sin rodeos. Él era alguien muy directo.

-¡¿Qué?! ¡No! Para nada, ella es solo mi amiga- Negó al instante y río nervioso. Ese chico intimidaba.

-Ah... Entiendo- Fijó su vista en algún punto del lugar y meditó la situación, tal vez era más grave de lo que aparentaba.

-En 30 minutos nos traen la pizza de pepperoni - Ava se sentó en medio de los dos y le sonrió coquetamente a... John.

¡¿Dónde mierda había quedado eso de reprimir los sentimientos hasta que se extingan?!

Lo había hecho todo mal.

Sus sentimientos por ese chico parapléjico y pecoso solo iban en aumento.

¡Esto era un gran problema!

Su prometido estaba a su lado, a menos de 20 centímetros, y su estupido corazón latía como loco... pero por el chico equivocado; o así lo pensaba ella.

-¿Como está Mirna?-

-Está bien, ya sabes- Se encogió de hombros, restándole importancia.

-Me alegro- Pasó un largo periodo de silencio hasta que ella misma lo rompió de nuevo- ¿Y tú hermano?-

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