Un nuevo día comienza, otro día donde tengo que verle la cara a mi contrincante, debo de ir a la empresa a recoger los documentos que Donato no me dio la primera vez que fui. Esos documentos son los más importantes. Es clave en la investigación analizar las transacciones. La persona que lo hizo tiene que haber cometido algún error para tener un hilo del cual tirar para entonces, poder actuar con más base.
La fiscal a cargo de la investigación tiene poca información al respecto. Le facilitaron algunos documentos que pienso comparar con los que me sean entregados a mí. Espero que entre uno y otro haya información que nos sea útil.
Cuando llego a la fachada de la empresa veo que los gorilas que me impidieron el paso el primer día ya no están ahí. Punto para mí. Menos mal que se dio cuenta que perdió su tiempo y quizá su dinero haciendo lo que hizo.
Cuando estoy en el elevador, que las puertas están a punto de cerrarse alguien lo impide, el mismísimo Lefevre. ¡¿Qué mal le habré hecho a este mundo para tener que encontrármelo en cada rincón?! Parece que tiene un radar que me detecta enseguida cuando piso la maldita empresa. ¡Qué lata!
—Si las miradas matarán, ya estaría siete metros bajo tierra —afirmo en voz alta cuando veo lo mal que me mira. Definitivamente, le caigo mal de gratis.
—Considero que siete metros es muy poco —¡Será cretino!
—¿Cuál es tu problema conmigo? —indago— No te he hecho nada para que me odies por amor al arte.
—Mi problema es que te crees un sabelotodo. No tienes ni idea en el mundo en el que nos movemos los abogados. Te crees la mejor y te haré caer de esa nube tan fuerte, que no podrás levantarte. —Sus planes son tan retorcidos como él.
—Suerte con ello, Lefevre —declaro demostrándole aún más, esa suficiencia que dice que tengo—. Que solo le quede claro una cosa, que ya se la dije, pero al parecer no entendió. —Me observa esperando que continúe—. Esta abogada sin nombre, sin venir de un bufete, lo despedazará en el tribunal —repito lo mismo—. Ya que no nos soportamos, solo le pido, de la forma más cordial, que tratemos de tener un trato educado porque tendremos que vernos las caras en más de una ocasión.
No dice ni una palabra en respuesta a mi declaración anterior. Ahora que ha cerrado la boca me tomo algo de tiempo detallarlo. El hombre está muy bueno, no lo voy a negar, incita a tirarlo en la cama y hacerle de todo, pero hay que ser burra para involucrarse con un hombre como este energúmeno.
—No parece odiarme tanto por cómo me come con la mirada —alega con suficiencia.
—Ni en tus mejores sueños —me defiendo—. Lo arrogante te quita lo atractivo. —En cuanto esas palabras salen de mi boca me acorrala contra la pared del elevador. Retadora, levanto la vista para mirarlo a los ojos. Esos orbes inmensos me observan con rabia, tiene las pupilas dilatadas. Le saco de sus casillas con una facilidad que por dentro de mí estoy dando brinquitos.
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Defendiendo la Verdad
ChickLitDos abogados un matrimonio roto Una empresa envuelta en un desfalco donde no se sabe quien es el culpable. En esta historia te aseguro mucha intriga entre el caso y descubrir quien es el verdadero culpable. Dame la oportunidad y no te arrepentirás.