El resto de los videos no tenían información que pudiera interesarme. Fueron alrededor de dos horas en aquella cabina sin poder encontrar nada más que pudiera servirme. Ahora Donato y el abogado han entrado en la jugada. Donato puede tener coartada, pero Giovanni, el abogado, no sé, qué me va a decir. Fuera de la oficina de Anna, ubico a su secretaria y le pido que me acompañe fuera de la empresa. Quiero conversar con ella fuera de las miradas curiosas del personal.
—Antes que nada, me debo de presentar debidamente, soy Antonella Marchetti...
—La abogada que defiende a mi jefa con respecto al desfalco —interrumpe mi presentación para acabarla por mí—. Para lo que me necesite, la ayudaré en todo lo que sea necesario. —Es bueno que quiera colaborar.
—De acuerdo, lo primero que necesito saber es, ¿qué tipo de documentos Annalisa debe de firmar?
—Principalmente estados de cuentas, inversiones en material que necesitamos y cosas así.
—¿Quiénes, además de ti, tienen acceso a esos documentos que Annalisa firma? —Esta es la pregunta más importante, veamos que tanto quiere colaborar.
—El señor Milano. En el caso de los estados de cuentas, me los pide cada mes porque le gusta tener el trabajo controlado, lo cual es raro, o sea su esposa es quien está a cargo, no creo que haya necesidad de revisiones si confía en ella, pero bueno, ese es su modo de trabajo y Anna nunca se quejó.
Milano y sus desconfianzas. Yo necesito hablar esto más a fondo con Annalisa. Todavía no sé cómo se pudo casar con un hombre tan desconfiado como él. Tiene que haber algo en la historia con ellos dos, que explique porque si la ama tanto, se comporte de esa manera tan poco apropiada para un hombre enamorado.
—De acuerdo.
—¿Puedo darle un dato?
—Sí, adelante. Todo lo que me pueda servir para la investigación.
—No sé si sirve de algo, pero bueno... El señor Vitale —al mencionar el apellido del abogado de la empresa, la chica tiene toda mi atención. No pensaba preguntarle nada sobre él. Tengo en mente hablar directamente, entre nosotros, con la misma profesión, nos entenderemos—, él algunas veces me pide documentos de Anna para revisar que todo esté legal. Incluso le propuso una inversión en una pequeña empresa que es de autos, pero estaba a punto de quebrar, pero no sé si Anna llegó a culminar esa inversión.
—¿La empresa tiene ese tipo de políticas? —pregunto y ella me observa sin entender mi punto—. Me refiero a si la empresa realiza esas inversiones con tal de ver crecer el capital.
—Sí, por supuesto. Desde que trabajo aquí, se hace.
—¿Quiénes se encargan de eso?
—Anna, Donato y el abogado para los temas legales.
—Háblame de esa inversión que propuso Vitale a Anna, ¿estaba enterado Donato de eso?
—No tengo conocimiento de ello, abogada. Podríamos revisar los documentos de Annalisa en su oficina.
—Sí, vayamos.
Nos dirigimos de vuelta a la empresa y llegamos a la oficina de Anna que lleva cerrada desde que empezó todo esto. La secretaria abre la puerta que se encuentra trabada con llave y se dirige al archivo tras el escritorio y con la misma llave que abrió la puerta, abre el candado que resguarda los documentos.
Si la llave es la misma, eso significa que si alguien la toma, no solo tiene acceso a la oficina, sino también al archivo donde están todas las cosas importantes. Annalisa es bastante descuida, quizá por eso le está pasando esto.
Me he dado cuenta, desde que conozco a Anna, que ella no es consciente de la maldad que puede existir en una empresa como la que ella lidera junto a su marido, el cual fue el primero en culparla por todo.
Me despierta de mi ensoñación la secretaria, tiene un documento en sus manos, que supongo que sea esa inversión de la que me había hablado. Al abrirla, allí está el documento que da inicio a la inversión, fuera del documento firmado para la autorización, no hay ningún otro papel, deberían estar las cantidades que se iban a invertir.
Le doy las gracias a la chica, realmente fue muy amable y me ayudó en todo lo que le pedí, así que no hay necesidad de preocuparse por ella.
Aunque con Milano y Vitale la lista de sospechosos siga creciendo, aún no descarto a Alonzo, ese chico puede parecer inofensivo, pero tengo muchas razones para pensar que está involucrado, ya sea como autor intelectual o como cómplice. Esa respuesta la sabré muy pronto, o eso espero. En las cámaras de seguridad, no vi al chico en el piso de presidencia, por lo tanto, quedó descartado por esa parte con respecto a la firma.
—Diga —responde nuevamente nervioso Alonzo.
—Soy yo de nuevo. Antonella.
—¿Qué quiere ahora?
—¿Ya me tienes la información que te pedí?
—Aún no. Soy informático, no mago. —Ruedo los ojos ante su sarcasmo tan patético.
—Es bueno saber que tiene sentido del humor, Alonzo. A lo que iba, necesito que me digas la fecha exacta y la cantidad de dinero que se transfirió al número de cuenta que te voy a mandar. También las transferencias realizadas por Donato.
—De acuerdo, solo necesito que deje de atosigarme y me deje trabajar en paz. No me siga presionando señorita. Yo no trabajo para usted ni me está pagando por invertir mi tiempo en esto.
—También mándame en un mensaje de texto, las contraseñas del sistema de la empresa. —He ignorado deliberadamente su comentario anterior. Es cierto lo que dijo, pero no puedo responder sin ponerme en evidencia—. Lo necesito pronto. Así que cuando cuelgue, le pido que lo haga.
—¿Para qué quiere las contraseñas?
—Revisar unos estados de cuenta que no tengo en los documentos que me dieron. Tienen errores —miento, no puedo decirle, lo pondría sobre aviso
—De acuerdo, en cuanto cuelgue lo tendrá en su teléfono. Que tenga un buen día. —Tras decir aquello cuelga el teléfono sin dejarme decir ni gracias.
Con el teléfono en la mano, le mando el número de la cuenta falsa de Annalisa a Keller y seguidamente, deslizo por mis contactos, doy con el número de mi querido amigo y marco.
—Cariño, te necesito esta noche en mi casa. Tengo un trabajo importante para ti. Eres la persona ideal para hacerlo.
¿Quién será ese amigo de Antonella?
¿Ya tienen idea de quién puede ser el culpable?
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Defendiendo la Verdad
Chick-LitDos abogados un matrimonio roto Una empresa envuelta en un desfalco donde no se sabe quien es el culpable. En esta historia te aseguro mucha intriga entre el caso y descubrir quien es el verdadero culpable. Dame la oportunidad y no te arrepentirás.