Capítulo 8: Ella es la culpable 🧑‍⚖

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Ya había organizado la forma en que iba a trabajar teniendo al informático de mi lado

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Ya había organizado la forma en que iba a trabajar teniendo al informático de mi lado. Con él, todo sería más sencillo. Si hacía bien su trabajo podía eliminarlo de mi lista de sospechosos, aunque eso no es tan verídico en algunas ocasiones. Me dejaré llevar por mi instinto a ver cómo se desarrolla todo. Observo como Luciano sale soñoliento del cuarto. Las chicas ya se habían ido cuando recién yo me levantaba. Él, como siempre, es el último en despertar.

—Cariño, no descansas ni un día de ese caso. —Se coloca a mi lado, observando la cantidad de documentos que tengo regado sobre la mesa—. Al menos tomate el día de hoy —pide y yo niego.

—Es imposible, bebé. El juicio no ha sido programado, pero no puedo arriesgarme a que lo programen y yo no tener trabajo hecho. Annalisa es inocente y tengo que demostrarlo a costa de lo que sea. Tengo mucho trabajo que hacer —afirmo observando los papeles con pesar.

—Sí, yo no creo que sea culpable. —Mi ceño se frunce ante lo que ha dicho y me preparo para arruinarle las ilusiones.

—Bebé, ahora que la mencionas, no creas que no me di cuenta cómo la miraste ayer cuando se conocieron. Yo a ustedes no les di muchos detalles. —Ahora el que me mira levantando la ceja es él—. La persona que la está demandando es su marido. —Abre los ojos de la sorpresa—. Está embarazada de dos meses y medio, lo cual complica la situación. —Asiente—. Te pido de favor que no intentes acercarte a ella. Por desgracia, ese bebé los une y ella está enamorada de su marido a pesar de todo.

—Pobre regaza. Con esa cara de ángel y mírala cómo sufre —reflexiona mi amigo—. No te preocupes, Anto, me mantendré al margen. —Me alegro que lo haya comprendido.

Estoy revisando los papeles de las transacciones que se hicieron en los últimos tres meses. Los que me dio Martín, no tienen fecha, pero cuando veo los que me facilitó la policía me doy cuenta de algo que me eriza de pies a cabeza.

No, no puede ser... Es todo lo que pienso.

Agarro los papeles a la velocidad de un cohete, tomo mi bolso y echo todo lo necesario, las llaves del auto y voy rumbo a ver a Annalisa para que me explique lo que acabo de ver. Los casos de desfalco empresarial suelen ser complicados, pero cuando aparentemente todo estaba bien, cosas como estas te sacan de la zona de confort y te hacen replantearte demasiadas cosas. Con esto que tengo en mis manos, es tan malo para mí, como para ella.

Voy directo al ascensor del hotel sin detenerme en recepción para que le avisen que estoy subiendo. El maldito aparato parece subir en cámara lenta. Me está asfixiando y mis nervios están llegando a su cúspide. Gracias a Dios, con respiraciones lentas y profundas pude calmarme y el chisme de aparato abre la puerta en el piso correspondiente.

—¡No soy la culpable! —Escucho el desgarrador grito de Annalisa cuando estoy frente a su puerta y rápidamente abro encontrándome con el energúmeno número uno.

—¡¿Qué mierda haces aquí, Lefevre?! —grito encolerizada. Odio ver a Annalisa justo así: con un llanto desgarrador. Sabrá Dios qué coño le habrá dicho ahora—. Te exijo que dejes en paz a mi cliente. Haz tu trabajo y le dirás lo que tengas que decirle en el juzgado.

—Una novata como tú no va a enseñarme procedimientos a mí. —Me enerva la sangre cada vez que me desacredita. Se le está haciendo costumbre.

—Ya veremos si no te enseño unas cuantas cosas. —Me acerco a él y le sueno una bofetada que lo deja en shock—. He soportado que me llames incompetente en muchas ocasiones desde que nos conocemos. No sé qué rayos tienes contra mí porque no te he hecho nada. No voy a seguir permitiendo que me ofendas como te venga en gana. A mí, me respetas o hago que me respetes —le digo mientras él sigue sosteniendo la mejilla donde lo he golpeado. Nunca esperó esa reacción de mi parte—. No quería llegar a esto, pero todos tenemos un límite y lo has sobrepasado con creces. Márchate.

—Me las pagarás, Antonella. A mí nadie me golpea y sale bien librada — su amenaza no me provoca nada.

—Tengo mis armas contra ti, Lefevre. Recuerda que te has dedicado a entorpecer mi trabajo. Si voy con la fiscal, te saca del caso porque no puedes hacer eso. Tengo testigos que corroborarán mis acusaciones —explico victoriosa.

—Tu mayor error y tu destrucción serán confiar en Annalisa. Antes no tenía pruebas de que ella es la culpable, pero ahora sí las tengo. —Sé a lo que se refiere. Ese es el mismo motivo que me trajo aquí está tarde.

—Y tu mayor error será quedarte con solo esa información sin seguir ahondando en el tema. Lo cual, te convierte en un pésimo profesional. Una prueba no es suficiente —defiendo a Annalisa aún con mis dudas. Solo espero que las palabras de Martín no se vuelvan realidad y qué por creer en ella, termine hundiéndome yo.

—No sé cómo ese dinero llegó a mi cuenta —nos dice Anna a los dos, interviniendo por primera vez—. Hay alguien muy interesado en perjudicarme y lo está haciendo muy bien. Se está tomando demasiadas molestias. —En eso tengo que darle la razón—. Ya hasta tú dudas de mí, Antonella. Al final, sea quién sea que esté detrás de esto, logrará su objetivo, que me declaren culpable. ¿Dónde está la justicia? Pensé que esa justicia me llegaría a través de ti, Antonella, pero veo que no. Márchense. Deseo descansar, las emociones fuertes afectan mi embarazo y a pesar de saber mi destino, no quiero perderlo. —Su dolor me llega al alma—. Siento que mi caso no haya estado a la altura de lo que deseabas, Antonella. —La cara de Martín se desfigura. Lo veo pensativo, tratando de descifrar las palabras de Annalisa.

—Anna, yo no abandonaré el caso. Esa justicia que tanto buscas, yo te la daré. Yo creo en ti. —Tomo su mentón para que me observe—. No te voy a negar que ver estas transferencias a tu cuenta me han sorprendido, pero mi instinto me dice que indague un poco más. Esto debe de tener una explicación y yo la voy a encontrar. —Ella asiente y me abraza. Siento como su pequeño cuerpo se relaja entre mis brazos.

 Siento como su pequeño cuerpo se relaja entre mis brazos

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¿Qué opinan? ¿Creen que Annalisa sea inocente o no?

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