𝗧𝗵𝗿𝗲𝗲 𝗺𝘂𝘀𝗸𝗲𝘁𝗲𝗲𝗿𝘀.

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El descanso había comenzado hace un par de minutos, dio un pequeño bostezo. Realmente ya estaba harta de las clases y recién era primer día.

Además, extrañaba a sus amigas. Todas habían quedado en escuelas diferentes, sólo podría verlas de vez en cuando pues ella tenía clases por la tarde pero Haiki y Akemi por la mañana. Sus horarios no colindaban.

Puchereó viendo como todos sus compañeros se juntaban entre ellos para charlar, comer o salir al patio. En cambio ella sólo se quedó observando con cuidado todos y cada uno de los individuos que aún estaban dentro.

—Hmmm.—La voz extrañamente grave de uno de ellos la hizo despertar aquella chispa de curiosidad que siempre tenía dentro. Buscó con la mirada al dueño de aquella y se topó con alguien completamente distinto a lo que imaginó en esos segundos.

El chico tenía lentes, uniforme pulcro y una coleta peinada con gel. Se veía extraño pero al mismo tiempo le pareció lindo. Lo había decidido, iba a hablarle.

Juntando toda la poca valentía que tenía para socializar guardó sus útiles en su bolso y se levantó para acercarsele. Hasta ese momento él no había notado su presencia, cosa que agradecía.

—Si, debe ser así...—No pudo evitar soltar una pequeña risita al notar que el pelinegro estaba divagando, definitivamente si era lindo.

—Ese diccionario es muy avanzado, ¿tienes problemas para entenderlo?.—No midió sus palabras en ese momento, no las decía con mala intención. Se lamentó cuando lo escuchó gruñir y vio aquella mirada filosa bajo los cristales.

—Si, en realidad no entiendo nada.—Dejó escapar todo el aire de sus pulmones, realmente pensó que lo había ofendido.

Al parecer su rostro era así por naturaleza.

—Tengo este, mira.—Buscó entre sus cosas aquel librillo para principiantes que su primo le había dado.—Yo tampoco soy buena con esas cosas, espero que te ayude. A mí me sirvió.

Con cuidado él tomo el libro y le dedicó una mirada que descifró como más gentil. Tomó una de las sillas libres para sentarse a su lado en la mesa.

—¿Cuál es tu nombre?.

—Keisuke Baji.—Sonaba imponente, su voz era hasta hipnotizante.—¿Y el tuyo?.

—Leiko Hitomi.—Le regaló una sonrísa. Él la miró por unos segundos y volvió su vista a las hojas llenas de explicaciones simples.

—Ya veo, así que eso es lo que significaba...—Si, Keisuke definitivamente era muy lindo. Se quedó a su lado en silencio sólo disfrutando de la compañía, Fue cuestión de minutos para que estuvieran sólos en el salón.

—¿Qué es lo que escribes?.

—Se supone que-

Fue interrumpido por una tercera cabeza. Aquel chico se veía como un punk, movió un poco su silla, recelosa.

—¿Hm?.—Baji cambió su postura a una un poco más recta cuando el Punk se sentó al otro lado de la mesa.
—¿Y tú quien eres?.

—Chifuyu Natsuno de la clase uno.—Ahora su mirada se dirigió hacia ella, tembló.—¿Y ustedes?.

—Keisuke Baji, ella es Hitomi.—Se sintió aliviada de que Baji contestase por ella, no podía abrir la boca.

—Bah. Oye, cerebrito.—Ambos vieron atentamente como Chifuyu apuntaba uno de los Kanjis que el pelinegro se había esforzado en escribir.—¿Qué se supone que es esto?.

—"Tora".—Respondió él.

—Baji, está mal escrito. Mira.—Le apuntó aquel símbolo en el pequeño diccionario. Un preocupado ojiambar revisó dándose cuenta de que era cierto.

𝘿𝙧𝙪𝙜𝙨&𝘾𝙖𝙣𝙙𝙮.-𝙆𝙚𝙞𝙨𝙪𝙠𝙚 𝘽𝙖𝙟𝙞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora