Leiko corrió lo más rápido que pudo para salir de ahí sin saber que Keisuke estaba haciendo lo contrario, él entró al gimnasio para buscarla a ella.
—¿Y a esa que le pasó?.—Murmuró la pelinaranja.
—Ni idea.—Respondió su novio.—¿Crees que sea algo malo?.
—Ella fue por Baji, denle su tiempo.—Interrumpió la voz de Manjiro en la pequeña charla.—Emma me mandó un mensaje, me iré pero cuando encuentren a Leiko diganle que luego pasaré a hablar con ella.
Dicho aquello Mikey también se fué del lugar, con la cabeza gacha, manos en los bolsillos y dejando a todos con aún más dudas de las que ya tenían.
—Le dijo Leiko.
—Todo esto ya es muy extraño, ¿Acaso habrá intentado algo con ella?.—Draken acarició la parte trasera de su cuello con preocupación.
—No lo creo, Baji es su amigo ¿No?.—Se encogió de hombros Chifuyu, Pah asintió dándole la razón pero Haiki y Ken se vieron entre sí con una mueca en sus labios.
—Lei-chan nos va a contar cuando se sienta cómoda, Sólo démosle tiempo.—Llamó a la paz el peliturquesa.
—Mi hermano tiene razón, ella debe saber lo que hace y Mikey también.—Segundó Nahoya.
—Aún así ¿No creen que Baji y Leiko han tenido muchos problemas ya a este punto?, digo, cada vez se alejan más.—Apuntó la ojimiel.—Yo sólo quiero que mi mejor amiga sea feliz y tan alegre con Keisuke ya no la veo, eh. Él se ha estado comportando como un reverendo idiota.
—Bueno, tampoco es como que Baji sepa como comportarse, en general.—Siguió el de trenza.—Ha intentado lo posible pero aún le falta madurar y aprender.
—Es cierto, Hai-chi, Yo doy fé de que él ha intentado lo posible para ser un buen novio, sólo están pasando por una mala racha.
—Fuyu, no es que Baji me caiga mal o algo asi pero ¿Acaso ustedes están ciegos?.—Cuestionó.—Últimamente ni siquiera deja a Leiko hablar con otros chicos porque hace un escándalo, no me parece tan normal que sea así de posesivo y que después el ande invitando a chicas a su apartamento.
—Nadie puede decir que eso no es cierto, porque todos lo hemos visto.—Asintieron a las palabras de Souta.—Pero nosotros no podemos meternos en una relación que no es nuestra.
—Pero son nuestros amigos, a veces necesitan escuchar las cosas para entrar en razón.
—Haiki tiene razón, chicos, que tampoco se les olvide como Baji le gritó cuando peleaban ni el hecho de que le mintió y en algo bastante grave.—La voz de Mitsuya los hizo ver en su dirección, este recién los había encontrado y se había quedado escuchando el debate en silencio.—Ellos tienen muchas cosas que arreglar si van a seguir juntos.
—Leiko es el tipo de persona que siempre pone el bienestar del resto antes que el suyo, ella puede estar muy mal en este momento pero de seguro en lo único que realmente se preocupa es de como está Baji.—Remembró Haiki.—Le tiene miedo a estar sola y yo sé que depende mucho de él, por eso jamás sería capaz de terminarlo pero ¿Y él?.
—Baji la ama, ella es la única persona que lo mantiene alejado de las mierdas en las que estaba metido.—Habló Pah por primera vez en todo ese tiempo.—Sólo es muy idiota, pero no lo hace de mala fé.
—Pues la intención a veces no es suficiente, Pah-chin, no quiero ver a Leiko mal otra vez ¡Menos por un hombre!.—Levantó la voz al último y todos la vieron algo ofendidos pero ninguno dijo nada.—Así que o arreglan todo de raíz o yo misma me voy a encargar de hacer que terminen.
Lo dijo tan seriamente que nadie de los presentes dudó de la veracidad de sus palabras y menos aún de la capacidad que tenía para lograrlo.
[...]
Su respiración era errática y agitada, había recorrido todos los pasillos y el patio pero no fue capaz de ver al pelinegro en ninguna parte.
Tenía ganas de llorar y ni siquiera sabía completamente por qué, Sólo quería verlo y que este la abrazara para no soltarla jamás ¿era demasiado pedir?.
—Mierda.—Gruñó al abrir la última puerta del pasillo, otro salón completamente carente de gente en su interior.
¿Acaso era una señal del destino para que se diera por vencida?.
Se apoyó en el marco de esta para dejar el peso caer de sus hombros, estaba agotada y no sólo físicamente. Su corazón pedía a gritos un respiro, algo que lo ayudara a encontrar un poco de consuelo.
Sabía que no había hecho algunas cosas bien a lo largo del tiempo que llevaba con Keisuke pero tampoco se consideraba una mala novia, intentaba hacer todo lo que tuviera a su alcance para mejorar para él. ¿Tal vez debió haberlo perdonado de inmediato cuando discutieron? ¿O tal vez haber hecho vista gorda a todo y simplemente seguir con él como si nada hubiera pasado?.
No quería que él la dejara, haría cualquier cosa por qué él no se fuera de su lado. Incluso si eso incluía herirse a sí misma, después todo valdría la pena ¿no?.
De seguro había exagerado, una mentira no era nada ¿cierto?. Todo era su culpa por darle vueltas de más al asunto, no debió, no debió, no debió.
Las lágrimas caían de sus ojos sin que nada pudiera detenerlas, de hecho ni ella misma lo había notado hasta que estas recorrieron su rostro para impactar con las cerámicas frías del suelo. Cada gota creaba un sonido que le causaba aún más tristeza, ya sin siquiera importarle todo el esfuerzo que le puso a su maquillaje aquel día intentó limpiarlas corriendo el lápiz negro y la máscara de pestañas. Mordió sus labios para evitar sollozar barriendo con este su labial rosa y por el viento que se colaba por las ventanas abiertas sus rulos ya habían desaparecido.
El dolor en su pecho traspasaba lo físico, se suponía que el amor era lindo y que es lo mejor que a alguien podía pasarle.
¿Entonces por qué a veces lastimaba tanto?.
¿O tal vez ella misma se estaba lastimado por pensar de esa manera?.
Ya no lo sabía, en realidad eran pocas las veces que sabía algo de sí misma con certeza, pues en ocasiones se había visto pensando que era algo para terminar siendo lo contrario.
Aún con esto, si estaba segura de que amaba a Keisuke Baji y ni ella misma ni nadie podría contradecir aquello, jamás.
Así, se dió media vuelta para seguirlo buscando.
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𝘿𝙧𝙪𝙜𝙨&𝘾𝙖𝙣𝙙𝙮.-𝙆𝙚𝙞𝙨𝙪𝙠𝙚 𝘽𝙖𝙟𝙞.
Fanfiction𝘿𝙧𝙪𝙜𝙨&𝘾𝙖𝙣𝙙𝙮.-"Tú y yo somos como drogas y dulces..." Keisuke, Chifuyu y Leiko se conocieron cuando el pelinegro repitió grado. Los tres vivían en el mismo edificio y tenían una gran afición a los perritos. Eran demasiadas coincidencias com...