𝗖𝗼𝘀𝘁𝘂𝗺𝗲.

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A él no le gustaba que miraran a Leiko en el día a día. Imagínense como estaba cuando la chica portaba aquel ajustado y brillante vestido rojo. Quería ir y romperle la mandíbula a todos quienes osaban halagarla.

Y aquí el problema no era ella; Leiko se veía hermosa, radiante. Pero si alguien pensaba en ponerle un solo dedo encima lo iba a matar. No era aviso, era amenaza.

—Keisuke-kun, vamos a los puestos del patio.—La chica se colgó en su brazo, asintió abrazandola posesivamente sobre sus pequeños hombros. Fuera de que tenía un humor de perros por los imbéciles de la escuela el festival no estaba nada mal.

Había una sector de manualidades y otro de comida, la pista donde hacían actividades ya fueran deportivas o de ingenio y todos los pasillos estaban decorados con motivos de fiesta. Aquel día se celebraban cincuenta años desde su fundación, en sí le parecía una estupidez pero perdían clases, eso sí no lo era. Aunque sus disfraces habían sido de último momento, pues al incompetente de su maestro se le olvidó avisar hasta un día antes, Leiko se las había arreglado de alguna manera para conseguir ambos.

—¡Chifuyu!.—Ah, y a Chifuyu también tuvo que hacérselo ella.

—Leiko, ¡te ves muy linda!.—La aduló a propósito para molestarlo. —Aunque siento que sus disfraces les hubieran quedado mejor al contrario.

—¿Tienes algún problema con mis alas?.—Apuntó aquel par lleno de plumas blanquecinas.

—Tu aureola está chueca, te vas a ir al infierno.—Se burló apuntando su cabeza.—Aunque si Lei es el diablo no creo que te moleste.

—Ya, déjalo en paz.—Intervino ella apuntando al rubio con su tridente de plástico.—O te quito tu alma.

—Bien, bien.—Matsuno levantó sus manos en señal de derrota.—Una chica de mi salón me dio esto, creo que le gusto.

Fue cuestión de segundos para que Leiko le arrebatara la carta de las manos a su amigo, abrió el sobre sin cuidado para comenzar a leerla. Al principio tenía un ceño fruncido que fue cambiando hasta llegar a una expresión de ternura.

—¡Qué linda!, ¿vas a aceptar sus sentimientos?.

—No, ella no me gusta.—Se encogió de hombros.—No quiero terminar como el protagonista de mi manga.

—¿Qué le pasó a él?.—Cuestionó, él asintió apoyandola.

—Ahora está amarrado con alguien que no ama y la chica que le gustaba está con su mejor amigo.

—Oh, eso debe ser horrible.—Murmuró preocupada la pelinegra.—Yo no podría soportar ver a la persona que me gusta con alguien más.

—Pero yo no pienso estar con nadie si no es contigo.—Le afirmó sacándole un sonrojo, que bien se sentía poder causar esa reacción en ella.

—Ya dejen de comer frente a los pobres, mejor me voy a participar en el partido de fútbol.—Se fue gruñendo el rubio, ambos se miraron y rieron por su actitud. Tal vez debían conseguirle una novia a Chifuyu.

Aunque con la reputación que tiene...

Tal vez sea más fácil comprarle más mangas.

[...]

—¡Kenchin, mira!.—Quiso reír para no llorar, ¿Que estaban haciendo esos dos ahí?.

—No sabía que te quedaba bien el blanco, Baji.

—Hijos de su...—Sólo Sintió el tacto de su novia en su mano y se abstuvo de terminar la oración, no porque no quisiera decirla, pero Leiko lo dejaría sin besitos luego y no estaba dispuesto a pagar esa fianza.—¿Acaso ustedes no tienen vida?.

—¿Por qué te conseguiste un novio así, Leiko-chan?.—Baji negó, pelear con Mikey no tenía caso.

—¿Como están chicos?, siento no haberles abierto el otro día.—Se disculpó, ambos rubios negaron acercándose.

—No te preocupes, Leiko. Todo fue culpa de Baji.—Le restó importancia el más alto.

—Les repito, par de...¿Qué hacen aquí?.—Algunas chicas y chicos de otros grados estaban viéndolos, lo que menos quería era llamar la atención. Maldijo por lo bajo.

—¿Quieren ir a comer?, los chicos no paran de preguntar por Leiko, Angry dijo que hasta que no la vea no iba a creernos que estaba bien.—Eso, así que esas eran sus verdaderas intenciones. Abrió la boca para negarse con todo pero la voz de su  chica lo interrumpió.

—¡Claro!, que lindo es Souta-kun.—Parpadeó un par de veces, completamente incrédulo.

¿Leiko le había dicho lindo a ese cara de ogro?.

—Vámonos entonces.—Sonrió Draken.—En realidad nos están esperando, si se negaban íbamos a llevarlos a la fuerza. O más bien a ti, sabíamos que Leiko no diría que no.

Esos bastardos, ¡Él quería pasar la tarde con su novia!, ir a tomar un helado, pasear. ¡Cómo las parejas normales!, ¿Y piensan arruinar sus planes así de rápido?.

—Apurate, cariño.—Ella había entrelazado sus dedos poniéndole aquel apodo tan dulce.

Si, parece que sus planes si eran rápidos de cambiar.

[...]

—¿Y?, ¿Cuándo van a cumplir un mes?.

—En dos semanas, Debo planear algo especial.—Le respondió a Ken. Leiko estaba feliz hablando con Emma y Chifuyu -Quién se les colgó- y él tomaba su malteada de chocolate junto a Draken, Mitsuya, Mikey y los gemelos. Pah estaba en la caja pidiendo más comida.

—¿Quieres que le haga un vestido?.—Se ofreció el de cabello malva. Eso no sonaba mal, al contrario.

—Sería perfecto.—Asintió.—También quiero llevarla a comer a alguna parte.

—Organiza un picnic, Leiko-chan de ve de él tipo de chicas que le gustan esas cosas.—Mikey tenía un punto. Enumeró en su cabeza.

—Vestido, Picnic, ¿Algo más?.

—Llevala a dar un paseo de noche en la moto, vi una película donde hacían eso.—Contribuyó Draken.

—¡Ya sé!, puedo darle un casco, soy un maldito genio.—Mitsuya iba a replicar diciendo que aquello no tenía una pizca de romanticismo pero Angry le tapó la boca antes de que pudiera.—Tienes potencial de novio, Draken.

—Bah, no hables estupideces.—Desvió la mirada hacia cierta rubia discretamente. Aunque la acción no pasó desapercibida para nadie.

—Deberías decirle a Emma, mirame a mí, si yo tengo novia tu también puedes.—Tardó unos segundos en darse cuenta de que técnicamente se había insultado, pero no importaba, pues vio al de trenza dudar.

No hablaron más de aquello y cuando Pah volvió con tres órdenes grandes de papas fritas todos volvieron a reunirse, Leiko se veía contenta conviviendo con sus amigos. Eso lo hizo sentir tranquilo, pues si lo pensaba, no sabría que hacer si estos no se llevaran bien.

Que se hiciera amiga de Emma sólo le daba pie a poder incluirla cómodamente en algunas cosas de Toman, claramente no iba a traerla a peleas o algo por el estilo, pero si a algunas reuniones o los pequeños viajes que hacían de vez en cuando. Todas las personas que consideraba importantes estaban riendo y charlando amenamente, sonrió.

Era una sensación tan agradable, como un hogar.

𝘿𝙧𝙪𝙜𝙨&𝘾𝙖𝙣𝙙𝙮.-𝙆𝙚𝙞𝙨𝙪𝙠𝙚 𝘽𝙖𝙟𝙞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora