—¡Keisuke!, ¿Que va a decir tu madre?.—Regañó al pelinegro, este sólo se encogió aún más es la silla.—No le pudo haber ido tan mal.—Chifuyu agarró la hoja con las calificaciones de los exámenes, ni siquiera los habían puesto de forma individual. Un gran cero estaba escrito con rojo en medio. Se dirigió a su amigo.—¿Ni siquiera escribiste bien la fecha?.
—Ya no dan puntaje por eso.—le recordó.—¿Cómo es posible que no tengas ni una sola buena?.
—Es que me distraje.—Se quejó escondiéndose en sus brazos apoyados en la mesa.
—¿Qué pudo haber sido tan fuerte que te distrajo de todos los exámenes?.— "Tú", quería responder.
No podían culparlo, la vista de la joven tan concentrada y mordiendo su lápiz de vez en cuando era cautivadora ¡Todo era su responsabilidad por ser tan linda!.
—Yah, pero en los próximos le irá mejor, ¿Por qué no le ayudas a estudiar?, sacaste calificación perfecta, Leiko.—Lentamente levantó su brazo izquierdo para ver a la chica.
—Me encantaría ayudarlo pero yo no estudio.
Que no estudia dice.
¿No estudia?.
—¡¿Cómo es eso posible?!.—Se incorporó de golpe.
—¿Es broma, no?.—Preguntó Chifuyu mirándola suplicante.—Por favor dime que es broma.
—Bah, es sólo cosa de prestar atención en clases. El nivel de esta escuela es muy bajo en comparación a mi primaria, por eso se me hace más fácil.—Ambos asintieron pero seguían sin palabras, Dios tenía favoritos.—Aunque si quieren podría intentar ayudarles.
—¡Qué alma tan dulce eres, Leiko!.—El ojiceleste se lanzó para abrazarla siendo correspondido con cariño. La pelinegra vería a Chifuyu como un hermanito.
—¡Oi, sueltala!.—Los gruñidos de Baji no se hicieron esperar, él agarró el lado derecho de la chica abrazandola de forma posesiva mientras veía de forma horrenda a su amigo. Lo quería pero nunca a tal extremo como para dejar que se pasara con Leiko, hay límites y a él no le enseñaron a compartir en el kinder.
—Yah, Yah, los dos vengan aquí.—Pasó sus brazos por los hombros de ambos chicos para acercarlos hasta ella, aún así Baji miraba mal al rubio.—No mires así a Chifuyu, él no hizo nada.
—Bah.—Bufó apretandola con más fuerza pero al mismo tiempo asegurándose de tener cuidado.
—Ya van a tocar, debo ir a mi salón.—Asintió soltando al rubio quien se despidió con un ademán para dejarlos solos de nuevo.
—Chifuyu parece una garrapata.—Se quejó Baji. Rió del tono infantil que estaba usando, parecía un niño pequeño haciendo un berrinche.
—Mira quién lo dice.
—Lo siento pero al que le hablaste fue a mí, No a él.
—Que celoso eres, Keisuke-kun. No pensé que fueras así.—Bromeó. Baji se tensó entre sus brazos.—Es juego, eres adorable.
Comenzó a hacerle piojito en el cabello. Notó que aquello era algo que le gustaba mucho y ella también disfrutaba pasar las yemas de sus dedos por aquel cabello brillante y suave. Si, él cabello de Baji era bastante suave a pesar de que se veía rebelde. Además las ondas que se le formaban de vez en vez también eran muy lindas.
Todo él era muy lindo, físicamente y también su personalidad. Se había prendado del chico de colmillos puntiagudos de una forma que ni ella misma creía.
[...]
Aquel día era su turno para ordenar y limpiar el salón, por eso estaban allí. Dando vuelta las sillas cuando probablemente no quedaba ni siquiera un profesor. Su amigo rubio ya se había ido pues a él le tocaba la próxima semana junto a una de sus compañeras.
—Odio limpiar, además nuestros compañeros son muy sucios.—Se quejó tirándose a los brazos de Baji sabiendo que él la agarraría.
—Voy a hacer que se coman todos esos chicles.—Apuntó la bolsa de caramelos secos que había sacado de dejado de las mesas, irritado. Si ya le caían pésimo ahora lo que tenía con sus compañeros era personal.—¿Quieres que te lleve en mi espalda?.
—Si, por favor.—Asintió soltando a la chica y bajando un poco para que ella pudiera subir cómodamente. No pesaba nada y estaba calientita, ella se acomodó y sintió su respiración en su cuello. Tomó firmemente sus muslos para poder irse, las palmas le ardieron al tocar la punta del comienzo de su falda.
Sus piernas eran tan suaves, no quería sonar como un pervertido pero realmente le gustaban.
—Keisuke-kun.—Murmuró viendo estaban en medio del pasillo.
—¿Hmm?.
—Mi padre me llamó anoche.
—¿Y qué te dijo?.—Le preguntó mientras atravesaban la puerta de la escuela para al fin dar con las calles, hacia un frío terrible. Gracias al cielo vivían cerca.
—Me ofreció pasajes para ir a verlo con Haiki y Akemi, pero yo no quiero ir con ellas.—Su tono se alargó al final.—¿Me acompañarías?.
Santa mierda, se había puesto nervioso. ¿Un viaje juntos?, ¿Solos?.
—También le diré a Chifuyu y iríamos con mi primo Rioka, él es el mayor de edad agacargo.—Ironizó, pues aquel veinteñero era más infantil que ella misma y aún usaba artes de Hello Kitty.—¿Qué dices?.
—Me gusta la idea, ¿Cuando?.
—Él próximo fin de semana largo, gracias Keisuke-kun.—Poco a poco su voz se escuchaba más apagada.—Te quiero mucho...
Lo siguiente a eso que escuchó fue un pequeño ronquido, ella se había quedado dormida. Dios, tan linda.
—También te quiero, Bonita.—susuró, sabiendo que nadie más que el viento iba a escucharlo.
[...]
La madre de la chica le indicó que la dejara en su habitación, obedeció. Yoora-san era un calco de Leiko con cabello corto, ni siqueia aparentaba su edad.
—Gracias por traerla, Keisuke, eres un buen chico.—Negó diciéndole que no había nada que agradecer, le avergonzaba aquello.—Ella te aprecia mucho a ti y a Chifuyu, me alegra que haya encontrado buenos amigos.
—Yo también la aprecio mucho, Leiko siempre está cuidando de nosotros a pesar de que a veces le damos problemas.—Miró al minino que descansaba en el sofá de la señora, Ella rió.
—Sigan cuidando de ella, la dejo en sus manos.
—No tiene de que preocuparse, la vamos a cuidar con nuestra vida.—Afirmó con la convicción que no sabía que tenía o que sólo utilizaba en asuntos de Toman.—Tenga buena noche.
—Dale saludos a tu madre, dile que venga a tomar el té conmigo uno de estos días.—Asintió dándole una última mirada a la madre de Leiko para dirigirse a la escaleras.
Yoora vio con una sonrisa al chico que aún tenía las mejillas rojas, se veía a leguas que era alguien dedicado y con un interior brillante. Su hija realmente tenía buen ojo, se alegraba por ellos.
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𝘿𝙧𝙪𝙜𝙨&𝘾𝙖𝙣𝙙𝙮.-𝙆𝙚𝙞𝙨𝙪𝙠𝙚 𝘽𝙖𝙟𝙞.
Fanfiction𝘿𝙧𝙪𝙜𝙨&𝘾𝙖𝙣𝙙𝙮.-"Tú y yo somos como drogas y dulces..." Keisuke, Chifuyu y Leiko se conocieron cuando el pelinegro repitió grado. Los tres vivían en el mismo edificio y tenían una gran afición a los perritos. Eran demasiadas coincidencias com...