𝘿𝙧𝙪𝙜𝙨&𝘾𝙖𝙣𝙙𝙮.-𝙆𝙚𝙞𝙨𝙪𝙠𝙚 𝘽𝙖𝙟𝙞.

𝗣𝗹𝗮𝗻𝗻𝗶𝗻𝗴.

Todos estaban reunidos en aquel parque cerca del departamento de los chicos. Leiko estaba con Angry, sin importar los gritos del pelinegro, los habían mandando a comprar helados para todos, pues necesitaban comenzar a afinar el gran evento del próximo fin de semana.

—Lo más importante es que me consigas su talla para mañana, Baji, necesito comenzar a trabajar lo antes posible.—Le repitió Takashi.

—Si, mañana la tendré.—Asintió, había olvidado aquello por completo.

—Mikey y yo hicimos un recorrido de lugares lindos por la ciudad donde pueden ir en tu moto, ten.—Tomó el mapa marcado que le entregaba la rubia, aquello de hecho era una ayuda enorme. No es que ir a pasear por los descamparos o donde tiran chatarra sea muy romántico.

—Ten mi aporte.—Draken le extendió un papel doblado, Frunció el ceño pero asintió guardandolo y decidiendo que lo vería más tarde.

—Leiko va a pesar que eres el hombre ideal, Bastardo.—Le Gruñó al pelinaranja.

—Pues lo soy, ¿Con quién te crees que hablas, enano?.

—Hijo de-

—¡Keisuke-kun!.—Leiko corría hacia ellos con gracia, haciendo flotar los volantes de su vestido color blanco, más de uno la vió como si fuera una especie de ángel caído.—No encontré tu favorito, pero te traje uno de Kitty.

—Muchas gracias, bonita.—Emma vió con ensoñación como el que siempre creyó que era un cavernícola tomaba delicadamente a su amiga de la cintura y dejaba un beso en su mejilla sentandola en sus piernas. Aquello estaba lejos de verse morboso, era adorable. Sintió envidia.

Souta repartió uno por uno cada paleta de diferentes sabores, Para los hermanos Sano eran de fruta, Draken de limón, Pah había pedido uno de crema bañado en chocolate y él y su hermano comían unos supuestamente ácidos. Mientras que la única pareja -declarada- junto a Chifuyu comían aquellas paletas de Hello Kitty.

—¿Qué tal si vamos a dar una vuelta?, estoy cansada de estar sentada.

—¡Si!, vamos.—Las únicas chicas presentes se levantaron de un brinco, Baji y Draken se dirigieron una mirada sin darse cuenta.

Y Mikey y Chifuyu otra.

—Ah, Kenchin, yo debo ir a ayudar al abuelo en algo, te encargo a Emma, ¿Si?.—El líder de Toman fue el primero en pronunciarse.

—Si, Nosotros también tenemos que irnos.—Se levantaron los gemelos.—Adiós, Leiko, me alegra que estés mejor.

—Adiós, Souta-kun, muchas gracias.—Se despidió la pelinegra yendo a darle un pequeño abrazo. Keisuke los vió indignado.

—Ya, si, pero ven.—No tardó en volver a apresar a su novia en sus brazos, celoso del peliturquesa. No le estaba gustando del todo esa amistad.

—Nosotros también nos vamos, hombre.—Pah pasó su brazo sobre los hombros de Chifuyu, el rubio miró a los cuatro cómplices.—Diviertanse.

—Bueno, somos los que somos, ¿no?.—Sonrió Emma colgandose del brazo del más alto.

—Claro, ¡Te traigo algo, Chifuyu!.—Le gritó a su amigo mientras se alejaban.

Todos los restantes se miraron entre sí.

—¿Vamos a dar una vuelta en Moto o que?.

—Él último que llegue al templo paga la comida.

[...]

D

raken los había convencido de ir al centro comercial, al principio sonaba bien pero las chicas comenzaron a probarse ropa.