Baji realmente estaba preocupado pues ni su novia ni su mejor amigo habían dado señales de vida en lo que llevaba de mañana.Por eso tomó la sabia decisión de salirse por las ventanas del gimnasio y ir a verla. Tal vez ella sabía dónde se había metido Chifuyu, o este simplemente se quedó dormido.
Corrió lejos del establecimiento a sabiendas de que si lo veían estaba frito. Cuando entró al edificio rebuscó entre sus bolsillos hasta encontrar aquel regalo de su suegra; una copia de las llaves del departamento de su princesa.
Abrió encontrándose con un silencio abrumador, ni siquiera Yun estaba dando vueltas por ahí. Aquello le pareció extraño, cerró lentamente para quitar sus zapatos dejándolos en el recibidor.
Tal vez estaba dormida. Se acercó con cautela hasta la puerta cerrada y cuando estuvo a punto de abrirlas escucho su voz.
—Lo siento, Chifuyu.—Sonaba débil, como si estuviera llorando. Frunció el ceño, confundido.
—Por favor no llores, Leiko, yo...—Un silencio que sólo fue llenado por sollozos se alargó unos segundos.—Siempre supe que no tenía oportunidad, ¿Sabes?.
—No quiero hacerte sentir mal, en serio no quiero.—De nuevo aquella voz rota.—¿Hay algo que pueda hacer?.
—No, Lei. Yo sé que eres feliz con Baji, ustedes se adoran.—La mención de su persona en tal contexto lo hizo preocuparse.—Ustedes deben estar juntos, todo esto es mi culpa.
—¡No!, Chifuyu, no puedes decirme eso ahora. ¿Sabes como me voy a sentir cuando estemos los tres juntos?.—Silencio, de nuevo.—No puedo estar con Keisuke en paz sabiendo que eso te lastíma.
¿Qué diablos estaba pasando?. Sin pensar demasiado abrió la puerta, encontrándose con ambos en el suelo discutiendo. Efectivamente su novia estaba llorando abrazada de sus propios piernas mientras que el rubio escondía su rostro en su flequillo.
—¿Qué mierda está pasando?.
Tal vez todo lo anterior había sido la paz antes de la tormenta.
[...]
El escuchar de la boca de su amigo aquellas palabras fue demasiado para sí.
"—Estoy enamorado de Leiko, Baji."
Ahora él y la pelinegra estaban sumidos en aquel silencio horrible. Chifuyu se había ido después de que en una mala reacción sin pensar le dió un golpe en la cara. Sus nudillos tenían parte de la sangre que había salido de su boca.
—¿Qué va a pasar ahora?.—Preguntó, con el remordimiento revolviendole el estómago.
—No lo sé, Baji.—Escuchar como lo llamaba por su apellido de nuevo se sintió lejano, tan seco. Ya se había acostumbrado el dulce "Cariño" salir de sus labios.
—Entiendo que te sientas mal por lo que Chifuyu dijo.—Él mismo también lo hacía.—Pero aunque suene duro, sus sentimientos no deberían ser un tema entre nosotros.
—Eres indolente.
No, No lo era. Sólo quería arreglar eso.
—¿Cómo te sentirás en el lugar de Chifuyu?.—No respondió. Probablemente él hubiera huido cobardemente sin siquiera tener la capacidad de decir acerca de lo que sentía.—Antes de que nosotros tuviéramos algo, somos amigos. Los tres lo somos.
—Sí, pero yo no quiero sacrificar nuestra relación por la amistad.—La escuchó suspirar.—¿Es muy egoísta acaso querer que seamos felices?.
—¿En serio puedes ser feliz sabiendo que Chifuyu estaría sufriendo en medio?, porque seamos sensatos, Baji, Chifuyu siempre va a estar en medio.
Gruñó, frustrado. No sabía que hacer, ni que decir. Revolvió su cabello intentando buscar conforte.
—Yo lo adoro, él realmente es muy importante para mí.
—¿Te gusta?.—La pregunta salió de su boca sin meditarlo.
—Es mi mejor amigo.
Asintió, comprendiendo el punto.
—¿Entonces qué va a pasar, Leiko?.
—Me siento culpable. Tal vez nunca debimos ser tan cariñosos frente a él. Mierda, Baji, ¿Sabes como se debió haber sentido cuando nos besabamos a su lado?.
—Como la mierda.—Asintió.—Pero nosotros no lo sabíamos.
—Pero aún así no debimos haberlo hecho en primer lugar, maldición.—El conflicto interno que ella tenía era impresionante.—Siento que ya todo se fué a la mierda.
Sus palabras lo alertaron. Se acercó para con cuidado pasar sus manos sobre sus hombros.
—No, Leiko.—Negó de inmediato, con voz firme.—Ustedes mismos prometieron que no nos separaríamos nunca. Chifuyu lo va a superar, él es fuerte.
—¿Y si no lo hace?.—Secó las lágrimas con sus pulgares.
—Entonces será su decisión que hacer, princesa. Nosotros no tenemos que ponernos mochilas que no nos corresponden. A él no le gustaría que fueras infeliz, piensa que por eso se guardó todo tanto tiempo.
La atrajo hasta su pecho dejándola soltar las lágrimas que quisiera, su camisa se humedeció al instante. Acarició su cabello desordenado y ya unos minutos después ella correspondió su agarre abrazandolo y juntando sus manos en su espalda.
Aquella tarde descubrió algo que su novia odiaba y que haría todo lo posible por evitar; lastimar a las personas que quería.
[...]
Sentado en aquella escalones dejó salir las lágrimas al igual que una línea de sangre corría de su boca. Lo había jodido, lo había jodido todo.
¿Por qué abrió la boca en un primer momento?, ¿Cómo había llegado Baji ahí?.
¿Por qué tuvo que caer por esa chica?.
Aunque no estaba arrepentido de enamorarse en sí, pues consideraba que el amor era el sentimiento más hermoso que podía existir, sí sentía la gran culpa de que fuera Leiko quien despertó esos sentimientos. ¿Tal vez si hubiera hecho algun movimiento antes de que ellos emperazan a ser algo habría tenido un pequeño chance?, quería pensar que si.
Ahora seguramente el pelinegro lo odiaba, y con razón.
—Disculpa, ¿Estás bien?.—Aquella voz le sacó un pequeño susto. Levantó la mirada encontrándose con una chica pelinaranja que en su vida había visto.
—Lo siento, ¿quieres pasar?.—Se disculpó moviéndose mientras sorbía la nariz y intentaba limpiar el desastre que era su rostro.
—Venía a ver a alguien pero ahora quiero saber que es lo que te ocurre.—La fémina se sentó a su lado viéndolo con compasión.
Maldijo, pues realmente odiaba que lo vieran con pena. ¿Por qué siempre cosas así le ocurrían a él?.
—Me llamo Natsuki Haiki, ¿Cuál es tu nombre?.
—Sólo Chifuyu.—Respondió sin mirarla.
—Entonces, Chifuyu, ¿Quieres contarme que ocurrió?.
Esa chica estaba loca, ni siquiera lo conocía.
Pero aún así, la vió con sus orbes empapados en lágrimas. Su labio inferior tembló y buscó refugio cubriendo sus ojos con la manga de su camisa.
—¿Alguna vez te has enamorado de alguien fuera de tu alcance, Haiki?.
ESTÁS LEYENDO
𝘿𝙧𝙪𝙜𝙨&𝘾𝙖𝙣𝙙𝙮.-𝙆𝙚𝙞𝙨𝙪𝙠𝙚 𝘽𝙖𝙟𝙞.
Fanfiction𝘿𝙧𝙪𝙜𝙨&𝘾𝙖𝙣𝙙𝙮.-"Tú y yo somos como drogas y dulces..." Keisuke, Chifuyu y Leiko se conocieron cuando el pelinegro repitió grado. Los tres vivían en el mismo edificio y tenían una gran afición a los perritos. Eran demasiadas coincidencias com...