𝗡𝗼 𝗳𝗶𝘅

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Fue esa chica la que le abrió la puerta, los gritos de los dos chicos junto a los ruidos fuertes de impactos se escuchaban desde el pasillo.

—¿Qué mierda están haciendo?.—Se acercó para intentar separarlos pero Chifuyu estaba sujetando la camisa de su amigo con tanta fuerza que realmente fue imposible. Se alejó para quedar en medio de la habitación escuchando las respiraciones agitadas de ambos, al menos el Matsuno había dejado de golpearlo.—Baji, ¿Es cierto que estás viéndote con otra chica?.

—¡Claro que no!.—Se removió bruscamente intentando liberarse.—¡Airi, explícale que es lo que haces aquí!.

Ahora su mirada viajó hasta esa joven, esta no veía más allá del suelo y su postura era encorbada.  Se veía como una cobarde, buscando por donde escapar.

—¡Airi!.—Volvió a gritar el Ojiambar, desesperado por su silencio. Esta dudó pero llevó las manos hasta su cabello para tirar de él, tal vez se había escapado del sanatorio.

—¡Es que no es justo!.—La tensión se podía cortar con un cuchillo.—¡¿Que tiene ella que no tenga yo?!.

—¿De qué está hablando, Baji?.—Cuestionó.

—¡¿Yo que mierda sé?!.—Respondió desesperado, se sentía ajeno a su propio problema.

—¡Yo lo amo!.

La situación le estaba colmando la paciencia, de un empujón alejó a Chifuyu para ahora él acorralar al pelinegro.

—Baji, ¿En serio estás engañando a Leiko?.—Sus ojos estaban más oscuros de lo normal, aún así este le sostuvo la mirada.

—¡No! ¡Yo sólo la estaba ayudando!.

—Vaya, no sabía que ahora eras buen samaritano.—Sonrió de forma irónica.—¿Y por qué le mentiste?.

—¡Porque no quería que esto pasara!.—Se defendió.—Sabía que iban a hacer un puto escándalo, ¡Yo jamás podría engañar a mi novia, Mikey, cree en mí!.

—Es difícil hacerlo cuando ella está llorando en su apartamento y tú estabas sólo aquí con esa perra.

—¿No crees en mi?, ¡La amo, maldita sea!.—Gritó, Airi había comenzado a llorar y Chifuyu estaba limpiando la sangre de sus nudillos.—¡No quise mentirle, Me equivoqué!.

—Pues te das cuenta tarde, ¿Sabes que rompiste algo que no vas a poder arreglar?.

La confianza.

Keisuke echó su cabeza para atrás, pues las lágrimas estaban comenzando a superarlo. Sabía que había sido su culpa, no debió negarle ni mentirle nada a su novia pero en su cabeza ocultar todo para no provocar conflictos sonó mejor.

—¿Qué dijo ella?.

—Haiki la está convenciendo de que no vales la pena pero ella insiste en defenderte diciendo que tú no eres de ese tipo de personas, eres un imbécil de mierda. No la mereces.—Cerró los ojos dejando el aire salir de sus pulmones.

¿No la merecía?, estaba de acuerdo. Pero lo iba a arreglar, iba a hacer lo que fuera necesario. Ya habían pasado mucho en los nueve meses que llevaban juntos, esto no podía ser el quiebre de su relación.

No lo iba a permitir.

—Ahora te vas a sacar la sangre de encima y vamos a ir a hablar con ella para que se arregle este asunto.—Antes de que ella pudiera hablar se adelantó.—Y tú también vas, perra.

[...]

Draken, Emma y Mitsuya habían ido pues Haiki los llamó para ponerlos al tanto de que estaba pasando y preocupada de que podía llegar a ocurrir en el departamento del pelinegro.

Así que ahora Keisuke se estaba enfrentando a todas sus miradas serias y desaprobatorias pero aún así, la peor era la de su novia.

Ella no se veía enojada, sus ojos sólo reflejaban decepción. Y eso lo hizo sentir aún peor, pues sabía que el enojo se iba en unas horas pero la decepción era algo que era casi imposible de solucionar.

—¿Podrían dejarme sola con Baji, por favor?.

Emma fue la encargada de sacar a los chicos a penas, Pues ni Mikey ni Chifuyu parecían querer dejar a la pelinegra sola, Haiki era la que tenía retenida a Airi así que de un solo tirón brusco -claramente a propósito- la sacó hasta el pasillo también.

—Princesa, te juro que te puedo explicar todo lo que está pasando.—Habló en cuanto la puerta se cerró. Se levantó para llegar hasta el sofá donde su novia estaba sentada y se ubicó a su lado, se alejó cuando quiso tocar su hombro.

—Te escucho.

—Airi me dijo que gustaba de uno de los chicos, mi vida, me pidió ayuda y fue amable...—Cortó, pues decir eso iba a empeorar las cosas.—Yo sólo acepté ayudarla para que alguno de los idiotas consiguiera novia.

—Mhm.—Asintió.

—La invité para hablar de eso, ella me diría quien era pero-

—Pero eras tú, ¿En serio eres tan idiota como para no haberlo notado antes?.

No pudo negarlo, pues ahora que veía hacia atrás sí era bastante notorio el coqueteo de la chica.

—Yo en serio lo siento, no debí-

—No debiste en primer lugar; negarmelo. No debiste mentirme, no debiste aceptar ayudarla si ella se te Estaba insinuando. Además ¿Por qué no viniste a hablar conmigo primero en vez de estar con ella hoy?.

Diablos, tampoco había razonado eso.

—Ella me llamó, bonita, yo-

—Cállate ¿quieres?.—Tragó duro al verla levantarse.—Ya soy consciente de que a veces eres distraído y imbécil, pero pensé que sí tenías en orden tus prioridades, o tal vez si las tienes y yo no soy una de ellas, ya no lo sé.

—Leiko, por favor no digas eso, eres mi prioridad sobre todas las cosas.—Respondió sintiendo de nuevo los nervios apoderarse de sí.—¿Qué necesitas para perdonarme?, te juro que yo haré lo que sea, bonita. Te lo prometo.

—Me prometiste que jamás me ibas a mentir.

Era cierto, él lo recordaba perfectamente.

—Además, ¿Acaso no confías en mí?, ¿Por qué no me dijiste todo desde un principio?.

—No quería que te molestaras por tener una amiga, pero al parecer fue peor.—Aquello pareció enfadarla aún más.

—¡¿Y yo cuando me he enfadado porque tengas amigas, Keisuke?!.—Dios, ¿es que sólo abría la boca para Jodela más?.—¡Aquí el que no me dejaba ni siquiera hablar con nuestros compañeros eras tú!.

—¡Porque todos ellos estaban detrás de tí!, ¡Te estaba cuidando!.

—¡Pues al menos yo no invito extraños a mi apartamento sola!, ¡Y menos te lo ocultaría!.

—¡Lo sé!, ¡Fue mi culpa, Leiko, no debí hacerlo!, ¡¿Qué se supone que quieres para arreglarlo?!.

—¡Ah!, ¡¿Encima yo soy la que debe arreglar el problema?!.

—¡No soy adivino, maldita sea! ¡¿Como voy a saber que quieres para perdonarme si no me lo dices?!.

—¡Así no se pide perdón, tú eres el que debe saber como solucionarlo!.

—¡Pues no lo sé!.

—¡¿Entonces que mierda haces aquí discuplandote si no sabes como arreglarlo?!.

—¡Porque no quiero que terminemos por algo así!.

—¡Pues debiste haberlo pensado antes!.

Fuera, todos escuchaban la discusión con los nerviosa flor de piel. Pues sus gritos ya habían subido bastante de tono, era cuestión de que escucharan un ruido extraño para intervenir.

Pero inevitablemente, su primera pelea iba a dejar una marca de por vida en su relación.

𝘿𝙧𝙪𝙜𝙨&𝘾𝙖𝙣𝙙𝙮.-𝙆𝙚𝙞𝙨𝙪𝙠𝙚 𝘽𝙖𝙟𝙞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora