𝘿𝙧𝙪𝙜𝙨&𝘾𝙖𝙣𝙙𝙮.-𝙆𝙚𝙞𝙨𝙪𝙠𝙚 𝘽𝙖𝙟𝙞.

𝗜𝗻𝘁𝗲𝗿𝗹𝘂𝗱𝗲; 𝗘𝘀𝗽𝗲𝗰𝗶𝗮𝗹.

Este especial es para todas las que pidieron el beso de tres con Chifuyu (Y para mi misma, porque lo deseo en el fondo de mi alma 😭💘). No tiene relación con la trama, es sólo para darnos el gusto. Mañana subiré el cap diario como siempre.

¡Disfruten de su lectura!.

La hora rodeaba las dos de la mañana. Nada más que risas bobas y el sonido de las calles se escuchaba en la terraza de aquel edificio.

Los tres estaban en pijama, literalmente había sido una salida improvisada a comer Yakisoba pues el pelinegro tenía hambre y fue a golpear sus puertas sin consideración alguna al sueño ajeno. Se ganó gruñidos de su novia y un golpe en la nuca de su amigo, Aún así no se arrepentía de nada.

—Tengo frío, todo es tu culpa, Keisuke.—Se quejó Leiko apuntandolo, enfurruñada.—Matsu, abrazame.

Se acurrucó en los brazos cálidos del rubio sacándole la lengua a su chico. Este los veía con una sonrisa burlesca en sus labios.

—¿Me cambias, bonita?.

—Hay suficiente de mí para ambos.—Se encogió de hombros.

—Leiko, hoy despertaste atrevida.—Rió nervioso Chifuyu, sonrojandose por el sentido que le tomó a aquellas palabras. Pensando claramente que era erróneo.

Aunque en realidad, estaba más cerca de la intención de lo que pensaba.

—Si, te levantaste brava.—Sintió las fuertes manos de su novio colarse por su cintura mientras Matsuno seguía apegandola a su cuerpo cálidamente. Se sentía tan bien, una idea cruzó por su mente al instante.

Tiró su cabeza para atrás juntando sus labios con los de su novio, sin deshacer el agarre que el otro chico poseía sobre ella. Los ojos celestes veían con una atención especial como los belfos de ambos chocaban, no deshizo el contacto visual hasta que cerró los ojos sintiendo un apretón bastante fuerte en su cintura.

¿Aquello realmente estaba pasando?, se preguntó el rubio mentalmente.

—Ne, Matsu-kun.—Tragó duro por el tono que ella estaba usando.—¿Quieres un beso también?.

—Claro que lo quiere, bonita. Dáselo.—Aquellas palabras del pelinegro fueron aprobación suficiente para acercar su rostro al de la chica y que ella terminara de eliminar cualquier espacio entre sus bocas.

Aquel era su primer beso, con la chica que le gustaba, la novia de su amigo, quien estaba viendo. Cerró los ojos al sentir una mano claramente más grande pasar por su espalda, obligándolo a apegarse más a a Leiko. Mandó todo al demonio y se comió los nervios que literalmente lo tenían temblando, llevó sus manos hasta la cadera de la pelinegra para enterrar sus dedos con fuerza en la piel cubierta por aquel pijama rosa.

Ella estaba en el cielo sintiendo el fuerte agarre de ambos en su cuerpo, sintió la respiración de su novio en su cuello y los jadeos de ambos sonaron al deshacer el beso. Intentó regular su respiración pero fue nuevamente invadida por los labios del pelinegro, Chifuyu miró la escena, tentado.

—Yo también quiero.—Sonrieron separándose un poco para unir al rubio en el beso. El contacto de ambos  se sentía como el cielo y el infierno a la vez, sofocante pero sumamente correcto. Jadeó al notar como la lengua de Keisuke recorría los labios del rubio, ambos parecieron quedar de acuerdo con aquella acción pues invadieron los suyos propios de una forma que la dejó a merced de ambos.

Se separaron luego de unos minutos de jugar entre todos, sus risas fueron reemplazadas por el sonido de las respiraciones agitadas que tenían.

—Mierda.—Suspiró, comenzando a procesar lo que acababa de ocurrir.

—¿Se te quitó el frío, princesa?.—La pregunta de su novio tenía aquel tono burlesco, se sentían como niños que acababan de cometer una travesura.

—Si aún tienes, podemos seguir ayudándome.—Tembló al escuchar el susurro de Chifuyu en su oido. Ninguno alejaba sus manos de su cuerpo aún, el tacto ardía.

—Los adoro, a ambos.

Un beso en cada una de sus mejillas la hizo sonreír. No sabía que era, pero algo definitivamente había comenzado allí.