Su último día en aquel lugar maravilloso se fue en recorrer los distintos centros comerciales, Chifuyu y Leiko habían corrido a una sucursal de mangas enorme y él junto a Rioka y su suegro que no sabía que era su suegro habían entrado a una tienda de cosas del hogar, pues Leiko se había quejado de que no tenía un buen espumador.—¿Leiko se gasta todo el dinero que le mando en Mangas, No?.
—Si, o en las galletas de My Melody que venden en la tienda de conveniencia de en frente.—Le respondió escondiéndose de hombros. El pelinegro rió, su pequeña nunca iba a cambiar.—También compra cosas para Yun.
—¿Yun?.—Lo vió curioso.
—Si, es un gatito que encontré pero ella lo acogió en su departamento. Aunque yo compro su comida y la arena ella lo tiene lleno de juguetes.—Uriui largó una carcajada, de seguro Yoora estaba feliz con el minino, a ella siempre le gustaron esos animales.
—Ustedes son mucho más cercanos que con Chifuyu, eh.—No, no iba a abrir la boca. Leiko le había dicho que ella iba a contarle, inhaló y exhaló para no soltar su lengua.
—Nosotros compartimos clases, además nos conocimos porque ella me ayudó con mis Kanjis.—Contó algo avergonzado.—Chifuyu es de otra clase, lo conocimos un poco después pero los tres vivimos en el mismo edificio, nos la pasamos juntos todo el tiempo.
—¿Leiko ayudando con ortografía?, vaya.—Si algo recordaba de su pequeña era que por más que intentara seguía escribiendo la mayoría de cosas mal, legibles pero lejos de las reglas.
—Ella tiene promedio perfecto, de hecho me ayuda a mi con mis proyectos porque termina los suyos muy rápido.—El hombre infló el pecho orgulloso, le alegraba escuchar eso como no tenían idea.
—¿Y sigue cantando?.—Keisuke se quedó marcando ocupado unos segundos.
¿Cantar?, jamás había escuchado a su novia cantar.
—¿No...?
—Bah, eso es malo, chico.—Se metieron por la sección de cestas y canastas para ropa.—Ella siempre quiso ser cantante, incluso la llevé a clases, su voz es preciosa. En serio me da lástima saber que no sigue haciéndolo.
Cuando hablaron de sus sueños Leiko le dijo que su meta era ser abogada, ahora que lo pensaba, Ella usó esa palabra; no "sueño". ¿Por qué no le contó que le gustaba cantar?.
La voz de su novia era suave y algo aguda, Le gustaba demasiado. A veces lo calmaba a tal punto que caía dormido en sus piernas, está seguro de que sería la mejor cantante de la historia.
—Hmm.
—¿Donde se metió Rioka?.—Oh, Aquello era cierto. El castaño no estaba. A lo lejos escucharon los regaños de una mujer, el mayor suspiró sabiendo lo que se venía.—Esperame muchacho, No quiero que le pongan otra demanda.
Dios, mejor no quería saber por qué ya tenía una.
Se perdió entre los pasillos restantes, estos estaban más dirigidos a la mujer, pudo notar. Tal vez era su oportunidad de darle un regalo a su novia, sí, debía encontrar algo perfecto.
Descartó individuales y cosas de hogar, No quería que pensara mal de él. El último pasillo estaba lleno de peluches, aunque estaban algo extraños, y vió a lo lejos el objeto perfecto.
Unas pantuflas suavecitas de My Melody estaban en una estantería, iba a mecerer muchos besos por eso.
[...]
Leiko tardó media hora en soltar a su padre, vio como en el fondo ella realmente lo extrañaba y se sintió un poco mal por ello, pues realmente no era mucho tiempo el que tuvieron para estar allí. Esta vez sus asientos en el avión eran dispersos, Chifuyu y Rioka se fueron hasta atrás -Esos dos Se estaban llevando tan bien que temía por el bien del rubio- Y él junto a su chica se ubicaron adelante.
Pasó su brazo por su cintura dejando que ella recargada su cabeza en su pecho, decaída. En otra instancia hubiera intentado con todas sus fuerzas animarla pero esta vez ella realmente parecía necesitar hundirse un poco en su mente, él estaría ahí para acompañarla de todos modos.
Sacó con cuidado su reproductor de música y un par de audífonos, Ella lo veía atentamente sin decir palabra. Conectó ambos y le dio a "play" entregandole un audifono y poniéndose el otro.
—You and me...—Escuchó el pequeño tarareo de ella embobado.—We used to be together.
Leiko llevaba una de sus sudaderas viéndose adorable, aún no le entregaba el presente pues pensó que dárselo llegando era más apropiado. Su cabello estaba atado en una coleta alta y con algunos mechones rebeldes en su rostro, no podía creer que alguien tan linda fuera real y sobre todo; que estuviera con él.
¿Había llegado a pensar que no la merecía?, probablemente cada noche. Lo más probable es que a su lado, ella viva más bajas que altas ¿pero que más daba?, iba a mejorar todo lo que viera que le hacía mal pero jamás se iba a alejar. Iba a ser egoísta, como la mierda, pero no estaba dispuesto a dejarla ir bajo ninguna circunstancia. Para él, la frase "la dejé ir porque la amaba", era el mayor gesto de cobardía existente, pues si realmente amas a otra persona estas dispuesto a hacer lo que sea, cambiar, mejorar, dejar o eliminar cualquier acción para seguir a su lado.
La canción fue sustituida en segundos, "Love Will Keep Us Alive", de The Eagles ahora inundó sus oídos. De todas las canciones de The offsping y Nirvana que tenía, que aquella fuera la que se reproducía definitivamente era el destino.
Le gustaba pensar aquello, como aquellas historias que escuchaba de pequeño, donde la diosa de la Luna y el Dios del sol estaban destinados a estar juntos y que por eso se creaban los eclipses. Sabía que si cualquiera de sus amigos lo escuchara pensarían que ha enloquecido, y tal vez era un poco cierto, pues notó en si mismo el impacto positivo que la chica que está abrazando con cariño en aquel instante ha tenido, y es algo que le agradecerá siempre. Gracias a ella ahora mejoró su promedio y come bien, duerme un poco más en sus horas y intenta no salir tan lastimado en las peleas, en comparación a antes que poco le importaba si incluso lo mataban.
Leiko había hecho que valorara su vida de nuevo, y eso no lo había logrado nadie.
El amor ahora lo mantenía con vida, y le gustaba que fuera así. Le gustaba sentirse en las nubes y saber que en cualquier momento alguien lo estaría esperando, que lo procuraban y querían. Que cuidaban de él tan bien que lo hacían no desear nada más. Pues Leiko incluso iba más allá de una simple novia o alguien que adoraba, ella era a quien quería como compañera para tener a su lado por siempre.
Y si él quiere algo, lo va a conseguir sean como sean las circunstancias.
—Te quiero...—Le dijo ella, medio dormida y buscando su mano.
—También te quiero, duerme, bonita.—Besó sus cabellos y entrelazó sus dedos para que pudiera descansar.
Él iba a velar por sus sueños aquella noche.
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𝘿𝙧𝙪𝙜𝙨&𝘾𝙖𝙣𝙙𝙮.-𝙆𝙚𝙞𝙨𝙪𝙠𝙚 𝘽𝙖𝙟𝙞.
Fanfiction𝘿𝙧𝙪𝙜𝙨&𝘾𝙖𝙣𝙙𝙮.-"Tú y yo somos como drogas y dulces..." Keisuke, Chifuyu y Leiko se conocieron cuando el pelinegro repitió grado. Los tres vivían en el mismo edificio y tenían una gran afición a los perritos. Eran demasiadas coincidencias com...