Capítulo Veinticuatro.

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Cuando era niño, solía recorrer por horas el bosque acompañado siempre de Benjamin. La ventaja de tener la misma edad era que ambos llegaron a acompañarse a la perfección acerca de sus gustos y aventuras.
Todo eso a pesar de que él también era un heredero al igual que Kyle. Siempre había sido su voz de la consciencia, su freno en todas aquellas situaciones que rozaba lo descabellado.

Había dado por hecho que serían amigos eternos, es por eso que cuando Kyle y Gabrielle estuvieron comprometidos, dio por hecho que sus familias serían más unidas, una sola alianza. Los Gallagher y los Whitemore, una unión tan beneficiosa que incluso los que no conocían personalmente a los muchachos, aseguraban sería un matrimonio formidable.
Benjamin jamás estuvo de acuerdo con la idea de que Kyle desposara a su hermana mayor.

Lo conocía demasiado bien, era arrogante, mujeriego y su respeto por las damas se mantenía sólo cuando su padre tenía los ojos encima de él. Era un depredador egocéntrico que habría envuelto a Gabrielle en una vida de soledad y desdicha, aunque suponía por lo que Debonnie le contó, que habría estado mil veces mejor casada con el inepto de su hermano.

Y cuando crecieron y entendieron como se movía el mundo y todo lo que podían aprovechar de él, no tardaron en sacar las ventajas de ello. No es que fuera algo que lo llenara de orgullo particularmente, pero había pasado gran parte de su juventud desperdiciando tiempo precioso, tiempo que pudo invertir en aquello que siempre le interesó.

La dulce Florence Whitemore.

Había sentido una afinidad hacia ella que no había experimentado con nadie más. Desde niños sólo deseaba protegerla y estar cerca de ella, escuchando su voz, tomando su mano, viéndola sonreír, no obstante, las palabras de Benjamin habían sido muy claras. No lo deseaba cerca de su hermana, habían crecido juntos y era quizá gracias a ello que ambos se conocían a la perfección... Y lo que el actual marqués de Aberdeen vio en él no era de su agrado.

Empezó a alejarse, se distanció de ella aun cuando le partió el corazón hacerlo.

Empezó a escudar su anhelo en molestos insultos o bromas pesadas, todo para hacer que ella comenzara a olvidar la posible idea de un futuro a su lado. Un futuro que él también llegó a necesitar y a desear.
Hasta que conoció a Davina.

Ahora, dándole un vistazo al pasado, se daba cuenta del daño tan grande que causó al caer en las redes de esa maldita trepadora oportunista. Si hubiera tenido el valor suficiente para enfrentarse a su mejor amigo, quizá habría podido crecer junto a Florence, quizá se hubiera casado con ella hace tiempo habría podido tenerla solo para él sin la necesidad de ocultarse.

Nervioso, Joseph llevó una de sus manos hasta el contorno de la pequeña naricilla sonrojada y le dio un ligero toque en la punta. ¡Cómo le gustaba! Era extremadamente sensual sin necesidad de forzarlo, toda su atracción por ella era natural y espontánea.

—Me gustaría muchísimo que pudieras leer mi mente para que supieras todo lo que pienso ahora mismo —murmuró con la voz enronquecida por el deseo.

Florence parpadeó un poco, aún obnubilada por el beso anterior. Se removió un poco y las faldas del vestido subieron un poco, mostrando la piel tersa y nívea de sus muslos por encima de las medias. Él suspiró con fuerza al imaginarse deslizando aquellas prendas, despojándola de todo lo que considerara un estorbo para admirarla.

Ella se mantuvo callada aun cuando su mano inquieta no soportó la tentación de colarse por debajo de la tela para acariciar esa parte de su cuerpo. La sintió temblar y sonrió complacido, las manos de la chica lucharon por liberarse, pero él siguió sujetando sus muñecas como un cerrojo irrompible.

Apoyó su frente ante la piel de su pecho, donde el escote dejaba campo abierto a la orilla de su vestido. Aspiró su embriagante aroma frutal y sintió que tenía prisionera a una ninfa entre sus brazos. Ella era probablemente la mujer más dulce que había tenido el honor de acariciar, de besar, de apreciar en general.

Salvar un corazón W2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora