Misato se dejaba llevar sin pena por el placer que ese hombre le provocaba en cada embestida, al principio había vuelto a explorar con sus dedos su femineidad para cerciorarse de que estaba húmeda, después había entrado suave dentro de ella y poco a poco había incrementado la fuerza y velocidad, ella se afianzo a los hombros de él sofocando algunos gritos de placer, intentaba no dejarle marcas, él no se había negado a que ella le mordiera pero le pedía que no dejará marcas en lugares visibles, él se separó un poco de ella para tomarla de los muslos y de esa manera cambiar su ritmo, esa nueva vista de ella desde abajo mirándole con placer le excito demasiado, algo tenía esa mujer que desde que la vio en ropa interior sintió que no iba a parar hasta hacer suyo cada rincón de ese cuerpo, la volvió a embestir primero suave y después fuerte, ahora que ella no podía morderle los hombros que ya los sentía calientes y rojos, la veía luchando por intentar contener el placer que él mismo le estaba provocando.
Le gustaba verla disfrutar y que le pidiera más, necesitaba escucharla rogar, suplicar por más placer, era momento de cambiar de posición, la tomo de la cadera y la alzo mientras él se sentaba en el borde de la cama, esta nueva pose hizo que entrara más profundo provocando que ella gritará mientras lo sentía entrar con suma facilidad dentro de ella, él se acercó a su oído y pregunto se estaba bien, ella se mordió los labios –sí, es solo que estas tocando otras partes y...- la miro ansioso, los ojos de ella brillaban bajo la tenue luz del cuarto mientras que sus gemidos se incrementaban, él pregunto -¿y...?- aumento la velocidad, ella se aferró con fuerza de su cuello -ah.... ¿realmente quieres saber?
-Sí, quiero escuchar todo lo que provoco en ti- con un vaivén la subía y bajaba sobre su miembro, la había tomado de las nalgas y las apretaba con fuerza, ella entre grititos decía –estás entrando tan profundo.... ah...no sabía que podías llegar hasta ese punto- era verdad, incluso él sentía que estaba creciendo demasiado pero simplemente no podía parar, ella apretó un poco y él gimió al unísono con ella, la miro a los ojos, podía ver el placer en ellos y un fuego que no sería fácil de apagar, ella se dio cuenta de cómo la miraba y con voz seductora le dijo -más duro, quiero que lo pongas más duro- la manera en que se lo había pedido le hizo obedecer al instante –este no es el castigo que te esperaba- dijo él, ella le sonrió –es porque ahora me estoy portando bien- su erección creció un poco más, ella lo sintió en seguida y grito con más fuerza –entonces ¿cómo serás cuando te portas mal?- le dijo él mientras ella que no había soltado el agarre en su cuello comenzó a morderle la oreja –pronto te lo mostraré- ella había descubierto muy rápido uno de sus puntos débiles, Nanami gimió mientras la apretaba con fuerza de las caderas y la subía y bajaba a mayor velocidad –también sabes que en cualquier momento puedes decir mi nombre- le dijo mientras la tomaba del pelo y le echaba la cabeza hacía atrás para pasarle lentamente la lengua por el cuello, ella se rio –realmente deseas eso ¿no?, entonces debes esforzarte más.
A él le gusto que ella comenzará poco a poco a tomar las riendas de la situación, ella lo tomo del rostro y le miro a los ojos –tírate, voy a montarte- él obedeció sin chistar, cuando sintió que ella se acomodaba el placer de Nanami exploto desde la base de su miembro hasta cada parte de su cuerpo, ella comenzó a hacer círculos con sus caderas, quería tocarla pero esta vez ella le retiro las manos –no, no puedes tocarme a menos que yo te lo diga- se mordió los labios mientras él ponía las manos en su nuca para evitar tentaciones, los movimientos que ella hacía iban aumentando de velocidad, llevaba un ritmo primero lento y después rápido, a veces lo apretaba con fuerza y después soltaba, desde esa vista Misato disfrutaba ver como ese hombre que llegaba a intimidarla con su sola presencia, se deshacía de placer bajo ella, además se daba el lujo de tocar su bien definido pecho, esos pectorales la mataban, deseaba quedarse a dormir sobre ellos y aspirar ese aroma tan embriagante, cambio el ritmo de sus movimientos bajando y subiendo lentamente cosa que provoco que él intentara incorporase, ella lo detuvo –no te puedes mover- él se llevó las manos al rostro en señal de desesperación –me estas volviendo loco- ella sonrió –en cualquier momento puedes decir mi nombre.
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Cita de viernes
FanfictionMisato ha pasado por una ruptura sentimental y quiere darle un giro a su vida pero cuando el alcohol le hace una mala jugada no se imagina que terminará por poner su mundo a los pies de su atractivo jefe, un hombre serio y con actitud irreprochable...