Aquella fiesta

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Fuimos juntos a la fiesta de Satoru. Pero antes de entrar pensamos en que decirle a sus amigos, yo no quería que se sintiera incómodo o que si no estaba listo para presentarme como su pareja frente a los demás lo entendía. Él me escucho atento, pero al final se rio -¿qué tiene que diga que tengo una pareja? No pasa nada si presumo un poco de felicidad- tomo mi mano y le dio un cálido beso en el dorso de la mano.

Cuando entramos a lo que parecía un jardín vimos a bastante gente divirtiéndose, tomando bebidas, probando bocadillos. Satoru al vernos se acercó a nosotros –ya están aquí, me alegra que vinieran.

Extendí las manos para entregarle una caja –feliz cumpleaños casi hermano gemelo.

-¿Casi hermano? pero si solo nos llevamos un año de edad. Respétame entonces. ¿Y qué esto?

-Espero que te gusten.

Abrió presuroso la caja, era una colección de dulces tradicionales del pueblo donde me había criado -¡oh!, lucen elegantes y deliciosos. Gracias. Pasen, hay mesas con bocadillos y bebidas, mucho alcohol para ti Nanami.

Nos acercamos al resto de la gente, reconocía varios rostros, saludaron efusivos a Nanami y se acercaron a mí pensando que seguía siendo una amiga de Gojo.

Estuvimos platicando un momento hasta que Shoko se acercó a saludar, pese a que él y yo estábamos separados y cada uno en distintos lados la mirada de la doctora no pudo evitar mirarnos a ambos, después de saludar a Nanami se acercó a mí -¿vienes como invitada de Gojo o de Nanami?

Lo pensé un momento –supongo que de ambos.

Sonrió ante mi respuesta ambigua -¿lo harán público o aun no?

-¿Fue Gojo?

-No, solo tire un anzuelo.

Me reí ante la trampa –no, o bueno, quiero decir, no es algo oculto, al menos con ustedes pensamos en decirlo, así que solo dejemos que las cosas avancen.

Me miro curiosa –dices que al menos con nosotros, eso quiere decir que...

-Si, en el trabajo no sería posible.

-¿Hay un código de ética?

-No sería conveniente para ninguno- le explique lo que había pasado con mi ex, ella lo pensó un momento –ya veo, ¿te preocupa lo que pueda hacerte?

-Un poco, lo amenazó y bueno...

-Nanami puede cuidarse solo, me refiero a ti, ¿te sientes insegura?

Su pregunta me hizo darme cuenta de algo que había intentado ocultar, sí, sí tenía miedo. No había querido planteármelo de esa manera pero que Shoko me lo dijera directamente me hacía tragar saliva con dificultad –Sí, a veces.

Su mirada que a veces me parecía que guardaba sus emociones se tornó curiosa y compasiva –cuando camino por la calle siento que alguien me sigue, o cuando decidimos salir y cenar siento que alguien observa. De repente recibo mensajes, al principio eran al celular así que termine bloqueando ese número, después fueron correos, han parado pero...- sin darme cuenta me estaba mordiendo el pulgar, Shoko aparto mi mano y la tomo entre la suya –pero, ¿hay más?

Negué con la cabeza, no quería continuar, no quería decirle que la última vez había llegado una carta directamente para Nanami entre la correspondencia del trabajo y que al abrirla había descubierto una amenaza que oculte para que él no la viera.

-¿Y es él?

-No tengo la certeza pero ¿Quién más podría ser? Para él debió ser una ofensa personal más que algo laboral. Intentamos ser cuidadosos pero tampoco podemos ocultarnos completamente, en realidad no sé qué hacer, no estoy dudando de lo que siento por Nanami, estoy dudando sobre si es bueno seguir con esto.

Cita de viernesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora