Cuando su respiración aumentó, creí que ya no podíamos estar más cerca uno de otro, podía sentir todo su calor sobre mi cuerpo, después de un momento dijo -¿puedo besarte?
No era una pregunta que esperaba recibir, y más cuando esa regla la había puesto él, el corazón que me martilleaba en el pecho aumento un poco más su velocidad, había esperado tanto este momento y ahora iba a pasar, tragué saliva y murmuré –sí.
Retiro su mano de mi cintura y coloco ambas en mi cuello, masajeando mi nuca, aun acostados en la oscuridad intentaba interpretar los gestos de su rostro, uno de sus dedos paso por mis labios, suspiré y decidí cerrar los ojos mientras sus manos acercaban lentamente mi rostro al suyo, cuando sentí el primer contacto de sus labios con los míos, una descarga eléctrica me recorrió el cuerpo, sus labios suavemente me besaron como si estuviese probando por primera vez un dulce, yo sentía lo mismo, sus labios delgados eran como una fruta nueva para mí, suaves y deseosos, poco a poco la intensidad aumento, su lengua, al principio con timidez entro en mi boca, explorando mis rincones, nuevamente esa descarga eléctrica se hizo presente, mi lengua no se quedó mucho tiempo en su lugar y fue a jugar con la suya, reconociéndose entre ellas, era como un juego que ambos deseábamos desde hacía mucho tiempo pero para el que no estábamos preparados.
Entre nuestra impaciencia y las ganas de sentirnos más cerca uno del otro, sus brazos me rodearon y me apretaron todavía con más fuerza hacía él, yo alcance a pasar los míos por sus hombros mientras mis dedos se aferraban a su cabello, el beso que había iniciado con lentitud y timidez se había transformado en un huracán de mordidas.
La ropa comenzaba a estorbarnos y nos fuimos deshaciendo de ella, no me había dado cuenta de cuanto extrañaba ese cuerpo y su piel contra la mía hasta que la tuve nuevamente sobre mí, si loción se fundía con mi perfume, suspiraba cada vez que él me acariciaba o masajeaba mis pechos, en todo ese tiempo, nuestras bocas no habían querido separarse y volvían unirse en cuanto podían. Intentábamos no mostrar nuestra desesperación pero era inevitable, ambos nos habíamos extrañado, era como si nuestros cuerpos recordarán cada parte del otro y lo bien que se sentía estar así.
Me aferré a su espalda mientras lo sentía entrar en mí, primero lento y después con desesperación, me moví debajo de él para llevar el ritmo, quería que no fuera algo rápido, que nos tomáramos nuestro tiempo, lo comprendió y me susurró al oído –bien, lo haremos a tu ritmo- lentamente pero sin dejar de entrar con fuerza comenzamos un vaivén, tampoco quería que se forzará mucho, me preocupaba que su cuerpo estuviera resentido por la herida, aunque en su abdomen solo quedará una ligera marca roja ahí donde había sido lastimado.
Al cambiar de posición me puso boca abajo mientras que con sus manos y lengua recorría mi espalda, me crispaba con sus ligeras mordidas y gruñidos que dejaba escapar, me puso en cuatro, y mientras volvía a entrar, arque la espalda para que la sensación se volviera más placentera, él lo noto y gimió, alcanzó mis manos y las colocó en mi espalda, de esa manera era ahora él quien llevaba el ritmo, acelerado por momentos y más lento en otros, dejé salir una exclamación de placer mientras él entraba y salía a su gusto, sentía mi espalda erizada, estaba tan excitada mientras sentía su miembro duro y caliente dentro de mí, él se dejaba ir en su propio placer, disfrutando.
Soltó mis manos después de un rato y las noté rojas de las muñecas, me dio la vuelta nuevamente para sentarme en sus piernas, tumbado en la cama pude ver su rostro enrojecido y caliente, -¿estás bien?
-Si
-Si te sientes mal podemos parar.
-Quiero que terminemos juntos.
Antes de que poder decirle algo, se incorporó para acercarme a él y besarme –te necesito- me dijo entre besos, yo intente montarlo con suavidad, sentí que su temperatura había subido, me miro con ojos brillantes mientras tomaba mis manos y las besaba, durante un largo rato apaciblemente lo monté, pero después me pidió con voz profunda que aumentará la velocidad, que usará ese tono conmigo hacía que obedeciera al instante, sabía perfectamente lo que me provocaba, tomo mis caderas con sus manos y nuevamente él dirigió el ritmo, sentía como nuevamente su miembro crecía dentro de mí.
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Cita de viernes
FanfictionMisato ha pasado por una ruptura sentimental y quiere darle un giro a su vida pero cuando el alcohol le hace una mala jugada no se imagina que terminará por poner su mundo a los pies de su atractivo jefe, un hombre serio y con actitud irreprochable...