No pude decir nada al escucharle decir esas palabras, Nanami me soltó la mano despacio y se acercó más a la tumba, de la bolsa de tela saco algunas cosas para comenzar a limpiarla, me acerque y en silencio comenzamos a limpiarla y a arreglar las flores.
Al terminar, encendió unos inciensos. Recitamos unas oraciones, cuando terminamos le mire por un momento mientras él seguía mirando taciturno hacía la tumba, pese a su silencio hable –no lo sabía, yo... no sabía que él...
Me interrumpió –está bien, tarde o temprano ibas a saberlo pero, en realidad quiero decirte todo aunque...- se quedó callado, parecía que sus ideas se acomodaban en su mente, continuó hablando -quería decirte todo, no aquel día, he tardado tanto en decidirlo que me pareció que al menos debería empezar por algo, no es fácil para mi hablarlo, durante muchos años he guardado silencio, cada fecha que me recuerda a él vengo aquí.
Le tome la mano y por fin me miro, sus ojos esta vez no parecían fríos, al contrario, parecían guardar cientos de emociones –él era mi amigo, veía cosas en mí que nadie más pudo descifrar, tenía un corazón tan dulce y una sonrisa sincera y aunque intento que sean esos recuerdos los que se queden en mi mente otros más terribles y dolorosos ocupan demasiado espacio.
La voz se le quebró, mi corazón se apretujo al verlo tan vulnerable, sin siquiera pensarlo me abrace a él y le sobe la espalda para confortarlo, él se inclinó un poco más sobre mí y dejo caer su cabeza sobre mi hombro, me apretó con fuerza, nos quedamos así hasta que él se sintió mejor. Después de un momento, emprendimos el camino de regreso.
El sol caía con fuerza sobre nosotros, pero el aire del primer día de otoño era fresco y parecía cargar con ese aroma de hojas secas desprendiéndose de los árboles y de días que se volvían más fríos.
Cuando llegamos al lugar donde nos habíamos encontrado, me dijo –lamento haberte hecho alejarte de tu amigo.
-Está bien, esto que hiciste tiene mucho significado para ambos.
La gente pasaba a nuestro lado hablando de sus propios asuntos, sabíamos que no podíamos decir más en estas circunstancias, así que dijo -sé que aun debes tener muchas preguntas, te lo contare pero no aquí, ni tampoco hoy- asentí, él se acercó más a mí y deposito un beso sobre mi coronilla mientras murmuraba –esto significo mucho para mí, gracias.
Sorprendida mire hacía él, sonrió ligeramente y se dio la vuelta alejándose, sin decirme nada más.
Las cosas desde ese día mejoraron favorablemente entre nosotros y la actitud apática con la que habíamos estado conviviendo se había disuelto, los días pasaban más rápido y la confianza entre nosotros pareció que crecía cada día más.
En una ocasión, me invitaron a una salida con más compañeras de diversos departamentos del trabajo. Hacía tanto que no salía con chicas que me pareció una idea sensacional. Ese día, antes de salir de la oficina hablé con Nanami –quiero irme un poco antes hoy, ¿te molesta?
-No, ¿por qué? ¿Es aquella salida que mencionaste?
-Sí, es hoy.
Rodeo su escritorio para acercarse a mí –bien, ciertamente lo había olvidado, pero ahora me debes una a mí- dijo mientras tomaba mi barbilla con sus dedos, había cambiado una noche con él por una en la cual me divertiría con otras mujeres, me reí –sí, lo pagare con creces.
-Es bueno escuchar eso, así no tendré que contenerme.
Volví a reír pero esta vez de nervios –cuando me amenazas así solo haces que piense en las diferentes formas en las que vas a...- puso un dedo sobre mis labios –shhhh, deja que yo piense en eso, por ahora ve y diviértete.
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Cita de viernes
FanfictionMisato ha pasado por una ruptura sentimental y quiere darle un giro a su vida pero cuando el alcohol le hace una mala jugada no se imagina que terminará por poner su mundo a los pies de su atractivo jefe, un hombre serio y con actitud irreprochable...