Aunque Misato hacía un intento por concentrarse en su trabajo no podía dejar de evocar lo que había pasado con su jefe solo un par de días antes, sonreía sin motivo alguno y sentía como la sangre se le subía al rostro.
Ese lunes por la mañana, Nanami le envió un mensaje diciendo que llegaría a la hora del almuerzo, ella respondió lo más formal como correspondía siendo su asistente, pero de alguna manera sentía que llegaría un punto en el que no podría separar ambas cosas, enfrascada en esos pensamientos, recibió una llamada de la recepción, un hombre que no tenía cita deseaba hablar con Nanami y decía que era un asunto urgente, no dejaba más datos que su nombre. Misato recorrió la agenda pero el nombre no le sonaba de ningún lugar, el hombre insistía así que no tuvo más remedio que decir que lo dejarán subir para que ella supiera si podía ayudarle.
Misato esperaba atenta a que el hombre apareciera por la oficina pero no estaba preparada para ver la imagen del curioso personaje; era un hombre joven, delgado y alto, vestía completamente de oscuro con lo que parecía ser un uniforme, pero lo que más le llamaba la atención era la blancura de su cabello que caía en mechones lacios por su rostro igual de blanquecino, llevaba unos lentes pequeños y completamente negros, al entrar la miro de arriba a abajo -tú debes ser la asistente de Nanami- Misato se presentó, él hombre extendió la mano –Mi nombre es Satoru Gojo.
-Un placer señor, ¿puedo ayudarle en algo? En recepción dijeron que era una asunto urgente pero...
El hombre la interrumpió –verás, no estoy aquí en lo que sea que trabaje Nanami, vengo por una cuestión personal.
-Ya entiendo.
Pero en realidad Misato no entendía nada, no sabía nada de la vida fuera de la oficina sobre Nanami, bueno al menos algo fuera de una habitación y sus cuerpos desnudos y juntos. Se recompuso y continuo hablando –el señor Nanami llegará a la hora del almuerzo, puede dejarme sus datos o puede esperarlo aquí- el hombre parecía no quedarse quieto mucho tiempo, ya había recorrido la habitación con sus largas zancadas y fisgoneado por los escasos muebles que tenían ahí –esperare, ¿te molesta que me siente aquí y holgazanee un rato? Casi no tengo momentos así- Misato se sintió intrigada por ese extraño personaje –siéntase cómodo- le señalo la pequeña sala, el hombre se dejó caer en uno de los sillones y extendió sus largas piernas para cruzarlas –son bastantes cómodos ¿los eligió Nanami?
-No, ya estaban anteriormente... tengo café recién hecho ¿quiere una taza?
-No, el café es muy amargo, ¿tienes algo más dulce?
Misato rebusco en el pequeño refrigerador, pero como Nanami solo bebía café, té o agua mineral no había nada de eso a excepción de uno de los jugos que ella a veces guardaba para su almuerzo, lo saco –tengo un jugo de arándano- el hombre extendió la mano –gracias, eres muy amable y te ves feliz ¿Por qué trabajas para él?
Misato soltó una ligera risa –él es agradable y es un buen jefe.
Ella no pudo descifrar la mirada de ese hombre detrás de los oscuros lentes, el hombre bebió el jugo y ella se concentró en su trabajo, pasada una media hora, el hombre le hablo -¿alguna vez habla sobre su vida personal?- ella desde su escritorio miro al hombre –no, nunca.
-Entonces puedo hablarte de ella si tienes algo de curiosidad- claro que tenía curiosidad y mucha pero ¿sería correcto?, estaba debatiéndose en decir que no o si pero el hombre no espero a su respuesta –soy un viejo amigo de la preparatoria.
-¿Así qué son amigos de años?
-Sí, pasamos por muchas cosas juntos, algunas veces nos reunimos con otros compañeros y rememoramos viejos días.
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Cita de viernes
FanfictionMisato ha pasado por una ruptura sentimental y quiere darle un giro a su vida pero cuando el alcohol le hace una mala jugada no se imagina que terminará por poner su mundo a los pies de su atractivo jefe, un hombre serio y con actitud irreprochable...