Llegamos a su departamento pasada la medianoche, me sentía agotada y con dolor de cabeza –ve a darte un baño- me dijo, era lo conveniente, pensando que con eso iba a refrescar mi cabeza y mis propios pensamientos que parecían una maraña en mi mente.
Al salir, vi que había dejado ropa en una silla, era un pijama de él que obviamente me quedaba grande pero al menos el aroma impregnado en la prenda me tranquilizaba. Cuando me vio sonrió, también se veía cansado –te he dejado un té en la sala, iré a bañarme también.
En la sala estaba el té, me recosté en un sillón donde había dejado una manta, la tome y me enrolle en ella mientras que el líquido caliente me reconfortaba, el silencio y la tranquilidad del espacio tranquilizaron mi mente, no podía dejar de recordar como Nori me había lastimado, pase mi mano por aquellas heridas.
-No te las toques, vas a infectarlas- la voz de Nanami hizo que saltará, no dije nada, él fue a sentarse a mi lado, llevaba un pequeño botiquín –déjame ver tu tobillo- se lo acerque, él calmadamente comenzó a curarlo, se había puesto sus lentes de lectura y el cabello mojado caía en mechones por su rostro, no pude evitar pasar mi mano por ellos –mañana te daré un masaje en la mano, por el momento intenta no cargar nada pesado- me dijo mientras volvía a guardar todo.
El silencio nos envolvió -¿quieres algo más?
Negué, él jalo una parte de la cobija y se cubrió con ella mientras encendía el televisor, estuvimos así hasta que por fin dijo -¿puedes decirme como era tu relación con él cuando estaban juntos?
-¿Por qué?
-Tengo curiosidad, sé que podría ser incomodo debido a lo que paso hoy pero, ¿alguna vez te hizo esto antes?
Claro que le había dado vueltas a esa idea a mi cabeza durante toda la noche, recordando aquellos momentos, asentí con lentitud, en su rostro volvió a surgir la furia. Comencé a contarle como había sido mi relación, en realidad ni siquiera había sido larga pero los malos momentos habían superado a los buenos, nunca me había pegado, pero jalones, pellizcos o apretones si se habían hecho presentes durante un tiempo, nunca les había dado importancia, al terminar de hablar noté que su gesto era frío, se mantuvo en silencio durante un largo rato -¿qué harás?- le pregunte pues me preocupaba que no dijera nada, negó con la cabeza como haciendo a un lado todos sus pensamientos –no te preocupes por eso, lo solucionaré.
El ruido de la tele hacía menos raro el momento que pasaba entre nosotros, después fui yo quien dijo -¿algún día me hablaras de tus relaciones pasadas? Deben ser menos penosas que las mías.
-No he tenido tantas.
-Pero, ¿hubo alguna que te marco?
Me miro de soslayo -¿A dónde quieres llegar?- me encogí de hombros –no lo sé, ¿has amado a alguien antes?
Guardo silencio como si estuviese procesando su respuesta, -no...- la manera en que lo dijo no me convenció pero no quise insistir, -¿tú sí?
-Uhmm..., creo que no.
-No sonaste convencida.
-Tú tampoco- sonrió –es tarde, vayamos a dormir.
Durante un largo rato mire al techo sin poder conciliar el sueño, la respiración de Nanami a mi lado era pausada, supuse que dormía, pero su voz ronca y profunda dijo -¿estas dormida?
-No..., creo que tengo insomnio- sentí como cambiaba su posición y se acercaba a mí, -¿en qué estás pensando?
-Nada en concreto, me pregunto ¿qué hubiese pasado si tú no hubieras llegado?
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Cita de viernes
FanfictionMisato ha pasado por una ruptura sentimental y quiere darle un giro a su vida pero cuando el alcohol le hace una mala jugada no se imagina que terminará por poner su mundo a los pies de su atractivo jefe, un hombre serio y con actitud irreprochable...