Moraleja de la historia.

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Wanda bajó del baño y me acerqué rápidamente a ella para abrazarla. No sabía que más hacer.

La tomé por sorpresa, pero correspondió mi abrazo casi de inmediato.

-No me importa sí tú ya no me amas, Wanda. Yo aún... - Me detengo y suspiro. - Me preocupas, sí te estoy lastimando... Dímelo y ya. Me alejaré, lo prometo. - Su cuerpo se tensa y ella me mira a los ojos mientras apoya su cabeza en mi hombro.

Creo que fui extremadamente sincera con lo que dije. Básicamente le confesé que sigo enamorada de ella.

-Tú no me lastimas... Me lastima haberte dejado, Nat. - Sus ojos conectan con los míos. - Créeme que... No quería. - Veo sus ojos llenarse de lágrimas nuevamente. Y antes de que un sollozo escape de sus labios temblorosos decido besarla.

Ella se deja llevar por aquél beso y lo estamos disfrutando, por primera vez no es de esos besos apasionados o agresivos que acostumbramos a darnos. Es más bien un beso calmado que me devuelve el alma al cuerpo, sus manos rodean mi adolorido cuello, pero no me importa, chocamos contra el mesón de la cocina y yo tomo su cintura para guiarla al sofá.

Al llegar ella me deja sentarme primero y se sube a horcajadas en mi regazo. El beso toma un poco más de intensidad y se comienza a sentir el calor en el aire. Mis manos en ningún momento dejan su cintura, no quiero que se sienta presionada a algo más o que crea que me volví más mano larga de lo que ya era.

Comienzo a besar su mandíbula y Wanda tiene los ojos cerrados, se está dejando llevar y yo también. Sus manos acarician mis hombros descubiertos debido a que más de un botón de mi camisa está suelto.

Muerdo su labio inferior y ella suelta un gemido que suena como las puertas del cielo siendo abiertas. Es glorioso volver a oirla gemir mi nombre.

-Natasha... - Se remueve y me observa, muerde su labio inferior y sé que es lo que quiere... Pero quiero que lo pida. Necesito que lo pida. Y como si tuviésemos una conexión especial, ella sonríe de lado. - Hazme tuya...

Sonrío y se me olvida absolutamente todo rastro de cordura que quedaba en mí. Sí es que alguna vez tuve algún mínimo ápice de ella.

-Te deseo, Wanda Maximoff... - Murmuro mientras ella se quita la camiseta dejándome ver su ropa interior burdeo.

Es preciosa, verla es como ver a la mejor creación del universo, simplemente es la mujer perfecta.

Su cuerpo es el fruto prohibido del que tanto hablan...

Porque lo es. Es prohibida.

No puedo hacer ésto.

-Wanda... -Murmuro y suspiro. - No podemos, mira sé que te dije que... Podíamos pero, tú... No quiero que hagas ésto sólo porque estás vulnerable.

Ella niega y yo suspiro.

-Nat, no me siento... Obligada. No es por eso, tampoco lo hago aceptando tu trato, yo realmente quiero que me hagas tuya. - Wanda se sentó en el sofá y pude notar como muchos de sus huesos se notaban en exceso.

-¿Wanda? - Murmuro acariciando aquellas partes en su cuerpo. - ¿Te haz estado alimentando bien?

-Sí. Es por la dieta. - Murmura e intenta cubrirse.

Yo acaricio su cuerpo con mi única mano buena y le sonrío.

-Debes comer mejor. ¿Dieta para qué? Tu cuerpo es hermoso, Wanda... Ya lo era. - Ella sonríe mirando el suelo.

-Mi madre me dijo que debía hacer una dieta, por el matrimonio y... - Mi rostro se deforma al escuchar sobre Natalya.

Creo que no existe ser más repugnante que aquella mujer.

-¿Tu madre es imbecil o se cayó de chiquita? - Murmuro molesta y ella ríe.

-Creo que ambas... - Quito sus manos y le digo que se recueste en el sofá.

-¿Estás segura de qué quieres ésto? ¿Aún sabiendo que quieres estar con Visión? - Mi corazón va a mil por hora con miedo de la respuesta.

-Sí quisiera estar con él y estuviese muy segura no te pediría que me hagas el amor, Natasha. - Eso es... - Solamente quiero estar segura de algo en mi vida por un momento, y es justamente de ésto...

-Bien. - Sonrío y me agacho a besarla.

Te engañó.

Sí, pero se supone que no lo sé, se supone que sólo supongo saberlo.

Y justo hoy quiero fingir que no supongo nada...

Sólo hoy.

Voy a lastimarme un poco más, para ser feliz por unas horas, sólo unas horas...

Recuerdo como papá me contenía luego de que Wanda me dejara... Recuerdo aún sus palabras y lo mucho que me lastimó saber que eran ciertas.

"Algunas personas se enamoran de las personas incorrectas a veces. Algunos errores se cometen, pero está bien. Puede que creas que estás enamorada, cuando realmente sólo estás sufriendo... Y te acostumbras al dolor. Es mejor haber haber amado y perdido, que no haber amado nunca en lo absoluto, cariño"

Es exactamente como lo veo ahora, estoy incorrectamente enamorada de ella, probablemente voy a sufrir toda la vida y aún así... Es mejor ésto, que no tenerla.

Mis besos vagan por los huesos marcados de su cuerpo y ella jadea al sentir como mi lengua baja en cada rincón de su piel.

-Natasha... - Ella gime al sentir que me deshago de su braga y respiro cerca de su zona más íntima. Siento que se me hace agua la boca y separo sus piernas, las subo a mis hombros. - ¿Vas a...? - No alcanzó a terminar cuando yo ya estaba saboreando su interior.

Wanda Maximoff debería ser un pecado capital, es demasiado idílico para ser cierto.

Sus manos van a mi cabello y lo jala levemente. Eso es muchísimo mas excitante, subo mi mano sana a su pecho, mientras mi palma amasa uno de sus senos, mi pulgar hace circulos en su pezón. Wanda no puede dejar de gemir ante mis caricias y mi lengua agil.

Mi lengua sigue moviéndose en su interior y uno de mis dedos va a su entrada para relevarla dejando de lado sus senos y provocando que ella misma se acaricie. Mi lengua presiona sobre su clitoris adolorido e hinchado para provocar que su espalda se arquee.

Es una imagen casi utópica, Maximoff gime mi nombre nuevamente en nuestro antiguo hogar.

Mi corazón arde de deseo. Tan pronto como Wanda comienza a advertirme de su creciente orgasmo, mis dedos se mueven con rapidez, ya son dos en su interior que bombean con agilidad esperando ser apretados por aquél momento añorado del Climax.

Siento la tensión en mi mano, se corre gimiendo con fuerza. Me observa y subo a besarla.

Nuestras lenguas batallan pero de manera pacífica, es lo mejor que podría sentir. Nuevamente la siento mía.

Algo me dice que lo es.

-Tú eres mía. - Susurro contra su boca y ella asiente.

-Sólo tuya. - Eso provoca que un extasis extremo explote dentro se mí.

Es mía.

Nota de autor:

Lamento la tardanza. Codex viene de sus prácticas.

Foto del pelito corto de Scarlett, para que vean que de todos los ángulos se ve bien ahre.

Aprovechando el fin de semana... ¿Quieren otro capítulo?

-Codex.

Déja vu ; scarletwidow / Wandanat. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora