Capitulo 31 - Lejos estamos mejor

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No sabía cuánto tiempo había pasado, simplemente de un momento a otro escuchó los gritos a su alrededor, ensordeciéndola, aunque por instantes bajaba la frecuencia y parecía que se escuchaban a través del agua y no lograba captar lo que decían.

Sintió que le agarraban la cabeza y luego alguien más le tomaba las manos, mientras le decían algo que no comprendía.

De pronto fue como si le asestaran un martillazo en el hombro y el dolor se extendiera desde ahí hasta el cráneo, provocándole una punzada tan espantosa que tuvo que abrir los ojos y gritar.

-¡Ayyy! ¡Noo! ¡No me toques ahí! ¡Eso duele!

-¡Rosé! ¡Rosie, estás bien!-gritó Lisa, quien estaba a su lado arrodillada.

-Sí, sí, estoy bien, sólo me duele la cabeza y el hombro-respondió, intentando levantarse, pero enseguida alguien la obligó a recostarse de nuevo, volteó y vio que era Hyungsik.

-¡Hyungsik! ¡Estás bien! ¡No te pasó nada!-chilló la rubia, sintiéndose aliviada.

-Por supuesto que no me pasó nada, ¡¿En qué demonios estabas pensando?! ¡¿Estás demente?!-le reclamó Hyungsik, molesto y levantándose de ahí.

-¡Espera, Hyungsik! ¡Necesito hablar con...¡Ayyy! ¡Suélteme! ¡¿Qué hace?-protestó Rosé, sintiendo dolor en el hombro cuando un joven la obligó a acostarse nuevamente.

-Señorita Park, tenemos que llevarla al hospital, puede estar herida...

-¡¿Hospital?! ¡Noo! ¡De ninguna manera! ¡No vine a Londres para entrar en un hospital!-rezongó la rubia, volviendo a hacer un esfuerzo para levantarse, pero la mano de Lisa la detuvo y vio que la morena la miraba con preocupación e intensidad.

-¿Segura que estás bien?-preguntó, alzando una mano para acariciar su mejilla.

-Sí, estoy bien-aseguró, levantándose.

Fue en ese momento cuando se dio cuenta del montón de gente que había alrededor y que el auto que iba a atropellar a Hyungsik estaba detenido justo a su lado. También había una ambulancia y varios paramédicos con una camilla.

-Señorita...

Rosé volteó y se encontró con un hombre de cabello negro, ojos cafés y una barba de varios días la miraba, angustiado.

-¿Sí?-preguntó Rosé, confundida.

-Discúlpeme, en serio no vi al chico y luego usted lo apartó y no me dio tiempo de frenar...

-No se preocupe, todo está bien-lo tranquilizó, sonriéndole brevemente.

Intentó dar unos pasos, pero parecía que aún no recuperaba el equilibrio del todo y por eso se encontró sostenida de la cintura por Lisa, cuando casi se cae.

-No me parece que estés tan bien-susurró Lisa, pero Rosé se separó y bajó la mirada.

-Te dije que sí lo estoy-respondió, seriamente y con la voz repentinamente seca.

Se apartó de la multitud de espectadores y caminó buscando a su hermano, a quien encontró alejado, cerca de una ambulancia y mirándola molesto. Se acercó a él con timidez

-No debiste hacerlo-murmuró Hyungsik, pesadamente y sin mirarla.

-No iba a dejar que ese auto te pasara por encima-respondió Rosé.

-¡Te pudiste haber matado!-le espetó Hyungsik, de forma brusca.

-Mejor yo que tú.

-Que me hayas salvado no cambia lo que pienso de ti. ¿Sabes lo que se siente ser traicionado por alguien a quien creías incapaz de hacerlo?

LO QUE ME GUSTA DE TI //  Chaelisa -pausada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora