Un gran esfuerzo (Pt. III)

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De nuevo caminando, aunque en un principio parecía una solución a medias, pues estaban tomando demasiado tiempo en volver, a la larga resultaba un tanto tranquilizador y resultaba en una terapia mutua entre recuerdos y confesiones.

—Así que... internado, nos tomó por sorpresa cuando repentinamente decidiste que este año querías estudiar realmente lejos de casa, ¿Qué te llevo a tomar esa decisión?

—El espacio —Respondio de inmediato —Llevo algún tiempo sintiéndome encerrado e incluso aislado de las den a personas, quería... conocer un poco mejor una parte del mundo.

—Pero para tu padre eres un tesoro, para mi también... queremos protegerte y cuidarte todavía.

—Lo sé pero... también sentía que no tenía espacio gracias a esos cuidados extra.

—Si... varias veces me dijeron que necesitabas más espacio y yo... sólo me metía en tu vida de vez en cuando... me agradaba que pudiéramos reír juntos y todo eso.

-Retrospectiva-

Habían pasado un par de semanas desde el encuentro de ella con el padre de Daniel, faltaba casi un mes para el Festival deportivo del que hablamos antes.

—¿Vendrán tarde por ti otra vez?

—Creo que si, a veces papá tiene su curso en el último período de clases, por eso tarda estos días.

—Esta bien, lo comprendo ahora un poco mejor —Habló con una sonrisa un tanto forzada.

—Entonces... ¿Ustedes dos son amigos ahora?

—Yo no diría que somos amigos pero... creo que ya nos llevamos mejor, después de todo ya aclaramos el malentendido.

—Aunque él a veces dice cosas como que no hablé tanto contigo o que no debería preocuparte por cosas como estas.

—Dile que... para mi es un placer cuidar de ti, que no es ningún problema ni molestia quedarme un poco más tarde o acompañarte a casa, después de todo me queda de camino.

—Gracias —Respondió algo tímido

Ella guardo silencio, sólo viéndolo con una cara alegré; él estaba sentado en la banca frente a ella, abrazaba su mochila y balanceaba sus pies con zapatos... ¿Sin lustre? Ella iba a dejarlo pasar, los niños eran descuidados para jugar, terminarían por ensuciar su uniforme pero... él era tranquilo, en el recreo sólo tenía pláticas con otros niños, los demás profesores decían que no era problemático pero aún así tenía su camisa arrugada.

—Daniel, también dile a tu padre que...

—¿Decirme algo? —Se escucho una voz que ambos reconocieron —¿De que me tengo que enterar? —Pregunto un tanto intranquilo el padre del chico.

—Oh, no es nada —Contestó la maestra —Es sólo que... Daniel es un gran chico, y... —Se detuvo a pensar en sus palabras, no sabía como decir lo siguiente sin que sonará extraño, pues no quería pasar por otro malentendido —¿Tiene tiempo un día de estos? Es para hablar... a solas, de maestro a padre de familia.

—Bu-bueno, supongo que podríamos aprovechar el viernes por la tarde, no tengo mucho trabajo ese día.

—Claro, y gracias por su tiempo, supongo que... me retiraré por ahora.

—Espere... ¿Quiere que la lleve? —Esa pregunta fue en un tono diferente, pues no era esa voz sería que parecía tener todo el tiempo o esa nerviosa de "No tengo mucho tiempo" era más como si... realmente estuviera nervioso por algo ajeno a su problemática actual.

Maternidad PokémonWhere stories live. Discover now