Un gran esfuerzo (Pt. IV)

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—¿Quererte? Vamos, ¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que te quiero, es acaso por... ¿Tu hermano y lo demás?

—Bueno... No realmente —Detiene la marcha, para tomar algo de aire y estirar los dedos, pues sujetar por tanto tiempo los manillares de esa silla de ruedas se volvía un tanto cansado para él —¿Qué tal a papá, lo quieres a él?

—Claro que si, después de todo... él y yo estamos casados, ya hasta tenemos dos hijos juntos.

—¿Dos? ¿Acaso tu...?

—Me refiero a ti y Dilan, ambos son mis hijos ahora.

—Bueno pero quiero decir —Hablaba con cierto nerviosismo —Estar casados y tener hijos no garantiza el amor ¿Sabes? un amigo mío del internado, sus padres se divorciaron luego de 18 años juntos. 

—O sea que... ¿Tienes miedo de que tu papá y yo nos separemos?

—Algo así —Respondió, tomando con firmeza la silla y volviendo a empujarla, haciendo que Cindy se sobresaltara un poco por ese cambio repentino.

—Daniel, este paseo es extraño, parece que quisieras evitar diálogos pero ahora lanzas preguntas un tanto personales, que sinceramente me preocupan un poco, dime... ¿Te molesta la relación que llevamos con tu padre?

—Bueno solo... es que ya no soy un niño ¿sabes? y simplemente, he empezado a caer en cuenta de ciertas cosas... preguntas que me hacían de pequeño, o de otras que escuchaba de ustedes dos, que me hacen sentir... me hacen sentir como...

—Creo que ahora lo entiendo... mis orejas son grandes por que me ayudan a escuchar mejor algunas cosas, ahora mismo llegan a ellas tu corazoncito acelerado y tu respiración nerviosa, Daniel yo... también estoy al tanto de esos rumores, los escucho desde que estabas en la escuela y te garantizo que ninguno es cierto.

—Bueno es que... ¿Tu de verdad te enamoraste de papá?

—Digamos que fue complicado, tu lo recordaras en esas pequeñas disputas y peleas pero... siento que todo cambio luego de ese festival deportivo, o incluso antes de eso, cuando te llevaba a casa y me invitaba a tomar algo, platicábamos y eso y entonces... llego el día del festival deportivo y cuando termino... creo que vi a tu padre de otra forma.

-Retrospectiva-

Era el viernes en la noche, tal y como habían acordado, ella estaba preparándose a un lado de la cancha, en ese pequeño gimnasio techado, su equipo se conformaba por otras pokemon de su especie, mientras del otro lado de la cancha estaban sus rivales, unas lucario que parecían estar hablando entre ellas.  A parte de los equipos para baloncesto, estaban los espectadores, no eran muchos, incluso estaban repartidos en pequeños grupos entre todos los asientos, por lo que cada persona era reconocible con un solo vistazo. 

—Bueno Cindy, pareces distraída, ¿Tuviste algún problema en el trabajo hoy? —Le pregunto tra cinderace de su equipo, la única Shiny del grupo

—No realmente, es solo que... invite a unos amigos aquí y... quería ver si vinieron, eso es todo —Respondió revisando nuevamente entre las gradas y la puerta.

—Iniciamos en 10 minutos, tal vez lleguen un poco tarde.

Al practicar cualquier deporte, la sensación al iniciar algún evento siempre es la misma para todos, un ligero escalofrió, la forma en como se siente mas fría la atmosfera al respirar y llenar los pulmones con una brisa casi ártica, el suspenso y la emoción presentándose al mismo tiempo antes de iniciar, percibir como si el tiempo se detuviera segundos enteros antes de escuchar el silbato que comienza con todo.

Maternidad PokémonWhere stories live. Discover now