Intercambio secreto: Parte 2

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Poco ha pasado desde que empezamos a mantener este tipo de relaciones a escondidas. No creo que algo cambiara entre nosotros, solo ella parecía estar mas "Atenta" A veces hasta fingía tocar la puerta a modo de señal para que fuéramos a la parte de atrás. Pero cuando hacia esto nada mas se ganaba unos besos o algunas caricias, prefería que lo mas intimo fuera solo en casos especiales, para no perder el significado que le dábamos a eso. 

Aunque los días han estado levemente menos movidos, hay menos personas por aquí así que la eh tenido de alguna forma esperando el momento; y en sus coquetos ojos y su rubor casi eterno se que lo espera con muchas ganas. Algunas veces hasta intenta provocarme, sentándose en una de las sillas del lugar, viéndome detenidamente y cambiando la pose de sus piernas, cambiando cual ira arriba y cual abajo. 

A veces ella se volvía quien torpemente dejaba caer objetos o revistas, para de una manera un tanto tonta pero seductiva mostraba el atributo de sus caderas mientras intentaba levantar lo que estuviera en el piso. Y no lo podía negar, ese pequeño y firme trasero me llamaba enormemente la atención; sus caderas tenían escrito el "Cógeme" en todo su contorno. Y su pequeño busto me gritaba "Tocar" mientras se desplazaba de un lado al otro. Y ella sabia a la perfección que tenia ese deseo intenso en mi, pues a veces se metía bajo el escritorio y de una manera juguetona pasaba su rostro por mi entrepierna, sonriendo al sentir la erección bajo mi pantalón, para luego enviarme una presumida mirada con esos lindos ojos naranjas, aunque no habláramos el mismo idioma, podía entender solo con ese gesto un claro mensaje: "Quieres hacerlo tu también" 

Paso otro par de días, no se presento para nada la situación que uso para poder hacer el amor con braixen, pero lo que si paso fue que la vi a ella, caminando rumbo al sillón que instale en el área de espera. Nunca entendí de donde sacaba esa ropa interior femenina, pero debía aceptar que me encantaba ver esas prendas tan ajustadas a su cuerpo, esta en particular, de color blanco y con la palabra "Fire" escrito sobre todo su trasero era muy excitante. 

Se acostó a todo lo largo de ese sofá, con un pie sobre otro y con las rodillas dobladas, mostrando a la perfección la palabra en su parte posterior. Luego se levanto con un codo, quedando de perfil en mi dirección, y saco levemente la lengua, esta provocación había sido suficiente. Lo suficiente como para que me levantara a cerrar la puerta, cerrar las cortinas y verla a ella levantarse alegre en dirección a la parte trasera. Como era de esperarse, la seguí hasta allá, donde la vi recostada contra la pared y arqueando un poco la espalda, con la cola hacia un lado esperando recibir lo que tanto pidió esta semana. 

Pero solo lo obtendría a medias... pues esos ojos cerrados pero confiados no confiarían que nuestras caderas chocarían otra vez... pero con ropa de por medio en esta ocasión. AL principio ella se sintió confundida, supongo que así fue debido a que volteo a verme sobre su hombro, con una mirada un tanto decepcionada pero excitada. Yo solo cerré los ojos mientras me dejaba llevar por el placer de rozar sus sexys nalgas con mi pene... me encantaba esa sensación, se sentía la distancia marcada por tres capas de tela, pero lo firme y a la vez suave de sus glúteos se seguía sintiendo, y se sentía demasiado frustrante el no ester penetrando, solo raspando esa deliciosa pieza suya. 

Pero no importaba, solo tratábamos de gozar ese momento. Golpeando cadera con cadera y de vez en cuando solo presionando contra su cuerpo, como queriendo penetrarla mas y mas; igual que la primera vez. Pero estaba bien, nos dábamos gusto mientras seguíamos conservando lo especial de estar conectados de esa forma sexual.

Seguimos de esta forma durante unos minutos, solo rozando, chocando y gozando esas caricias. ella de seguro lo disfrutaba, su pedazo de carne favorito justo entre sus dos montañas, demostrando su presencia con su dureza en sus caderas. Aunque tal vez esto le gustaba y decepcionaba de sobremanera, pues en lugar de gemidos o jadeos, de vez en cuando lanzaba gruñidos y me volteaba a ver con esos ojos que casi suplicaban que la penetrara de la manera que ella quería. Pero debía esperar a que pasara lo acordado, así fueran horas, días o meses. Por ahora debía conformarse con esto. Aunque no duraría demasiado, podía sentir ese cosquilleo dentro de mi... así que sujete sus caderas con mas fuerza, creo que ella lo sintió demasiado, pues lanzo un quejido algo audible, lo escuche al tiempo que presione mi pene contra su trasero con la mayor fuerza que tenia; liberando lo que debía sacar y con ella viendo sobre su hombro de forma confundida la postura que aposte en ese movimiento final. 

Maternidad PokémonWhere stories live. Discover now