Bajo rendimiento, Parte III

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Repasando lo que ocurrió...
Fui intercambiada, a un entrenador de tipo lucha, a quien no le Di buenos resultados, era muy distraída pues me concentraba en él, cuando entrenaba, era para él y cuando fallaba sentía que lo decepcionaba.

Ahora, luego de algunos días entrenando para dar mejores resultados en la batalla... caí en cuenta que quizás mi problema era que confundía mis sentimientos y ahora, creo que por fin los llevo por el lugar correcto... si ese lugar no fuera una cama junto a mi entrenador... petrificada a su lado y bajo las mismas sábanas, creo que él estará igual de incómodo, pero esta bien, ya que ambos queríamos eso, de lo contrario no nos hubiéramos dado el beso que nos dejó congelados.... oh por arceus...

—¿Beso bien?

—¿Qué?

—Vamos entrenador, lo bese en los labios y no hemos dicho nada en casi veinte minutos.

—Bueno, creo... creo que el techo es bonito y me concentraba en eso pero...
Me... me gustó eso.

—A mi también me gustó... ¿Deberiasmos, darnos otro?

—Por hoy creo que sólo veré el techo un rato más... debemos dormir, mañana quizás te de uno yo a ti.

—Yo... supongo que si, firmamos un poco y mañana le daré uno igual...

Esa fue nuestra primera noche como pareja, quizás por eso las demás pasan un tiempo sólo viéndose antes de dormir juntos por primera vez, resultaba incómodo compartir una habitación de un día para otro.

Pero pasemos a las noches siguientes, cuando intentábamos acomodarnos de mejor manera, él pasando un bazo sobre mi, juntandome a su pecho; yo sobre mi espalda y él sobre mí, ambos dando la espalda al otro y la que nos llevo a un nuevo nivel... él detrás de mi. En ese punto podía sentir una "Presencia" en la parte baja de mi espalda, sabía lo que era y el como se sentía me dejaba pensar lo sé significaba, ya había pasado un par de semanas así que esa era una clara muestra de lo que debíamos hacer ahora.

—Entrenador... creo que es hora... es hora

—¿De que es hora? —Sonaba con sueño, pero sonaba interesante en mis palabras, así que me solté de esa pose como de cucharas y lo moví, quedando él sobre su espalda y yo completamente sobre... ya sabrán que parte, aquella que en ese momento sentía, quería entrar en mi.

—La hora en la que las parejas... las parejas se vuelven un trío —El guardó silencio un momento, y aunque fingió confusiones, él entendía a lo que me refería, sus manos en mi cadera lo demostraban. —Ya lo sabe entrenador... yo... como su esposa, Quiero... —Quice darle más sensualidad al momento, poniendo mis manos en su pecho deslizandome a darle un beso en los labios. —Quiero darle hijos...

Entre beso y beso... llegó el momento de saber que hacer, ¿Cómo continuar a esos momentos?

Verdaderamente son los instintos los que nos guían durante aquellos actos, por que empezamos una coreografía, entre beso y beso, roce y caricia. Alguna veces siendo bruscos dando ligeras mordidas o apretando con las manos, con los labios, frotando y disfrutando la cercanía de ambos... hasta que llega el momento en el cual eres consciente de lo que ocurre, y te das cuenta que estas en esa posición donde todos tus sentidos te están embriagando... Y no hay vuelta atrás...

Fue confuso esa primera vez, todo eran besos y vueltas, sentir sus manos aquí y allá, pasar mi cuerpo de un lado a otro, decirle donde tocar, mostrarle todo de mi y admirar todo de él, sentirlo y buscarlo con mi tacto, con mi gusto y con las sensaciones de estar tnto juntos... que de la nada sientes que más que juntos, están conectados de la forma en la que la naturaleza dijo que nos podíamos conectar...

La primera vez fue muy sentimental, la segunda apasionada, la tercera fue algo brusca y la cuarta fue casi una charla poética de como nuestra vida llegó a esto. Pero todas las ocasiones terminaban igual, con esa escena mía abriendo las piernas y dejando que él se acomodada de teo y sobre mi, conectando con nuestro cuerpo y nuestra mirada, dando besos y sintiendo... sintiendo como ese desliz placentero llenaba el espacio más íntimo disponible en mi... Y al final, ambos nos veíamos en un rojo total cuando sabíamos que había una mancha de color blanco oculta en mi ser... algo que sin duda alguna nos terminaba satisfaciendo tanto, que no hacíamos más que dormir apreciando el rostro del otro...

Pasado algunos meses, nuestro gozo dio como resultado el bajo total de mi rendimiento, con un notable y saludable embarazo mostraba dos cosas, mi retiro de las batallas y que nuestro amor había llenado mi vientre con un descendiente que le dio sentido a todo lo que había pasado hasta este momento, desde ser intercambiada, los deseos de atención y miradas, la gana de complacer...

Nuestro amor siempre estuvo ahí, simplemente necesitaba un poco más para florecer y... ahora finalmente lo estaba haciendo.

Maternidad PokémonWhere stories live. Discover now