Sin visitas, por favor (Primarina)

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Todos tenemos algún tipo de secreto, puede ser una confesión, alguna idea o en algunos casos objetos o dinero, algunos tienen amigos secretos que nadie conoce y otros van más allá de eso, teniendo relaciones en secreto, sin duda el muchacho que conocerán a continuación tiene un secreto bien guardado que están a punto de conocer.

En la región de alola es común encontrar casas muy simples, algunas de las cuales podrían ser simples adornos del paisaje, otras guardan grandes historias, como es el caso de un muchacho que vivía sólo en una de estas pequeñas chozas a la orilla de la playa; sus vecinos decía que era un chico amable, que siempre mantenía puertas y ventanas cerradas, con gruesas cortinas en cada una de estas. Quienes hablaron que él alguna vez aseguraban que era un entrenador, que lo vieron algunas veces con pokemon acuáticos a la orilla de la playa, otros decían que era un simple fotógrafo, lo veían siempre cargando una cámara, también aseguraban que esa era la razón por la cual algunas de sus ventanas parecían tener vidrios pintados en negro.

Lo que si era cierto es que pasaba poco tiempo fuera, su vida estaba símplemente dentro de esas cuatro paredes, solitario en muchas formas, pues si le mandaban corro rápidamente entraba, si llegaba algún amigo lo atendía fuera de la casa, y nunca tenía visitas.

—Entonces, supongo que los veremos otro día —Dijo una mujer despidiendo de aquel joven.

—Espero que así sea, le deseo una muy tranquila tarde —Dijo este último cerrando la puerta y esperando unos segundo, asegurándose que esa persona se fuera antes de cerrar con seguro. Dentro de la casa el diseño era bastante simple, detrás de la puerta estaba una sala de estar, más atrás de ello se distinguen dos puertas, para la cocina seguramente y la otra sería el cuarto de lavado, el cual estaba debajo de la escalera por la que estaba subiendo; arriba era igual, sólo tres puertas, dos para las habitaciones y un baño.

—Es bueno cuando se van las visitas —Se escucho una voz viniendo de la recámara

—Bastante —Dijo el muchacho entrando por la puerta, dentro estaba quien le hablo antes, una primarina escondida debajo de las sábanas —Me daba un poco de miedo que pidiera pasar, los muebles de jardín atornillados al piso fue una gran idea amorcito —Dijo refiriéndose a quien estaba en su cama.

—Bueno, pero no podemos vivir así por siempre, quiero decir... ¿Qué pasará si algún familiar se quiere quedar un fin de semana o algo así?

—No te preocupes por eso, por ahora sólo debemos enfocarnos en nuestro pequeño secreto.

—Ya no es tan pequeño —Primarina salió de ese escondite de sábanas, revelando su apariencia, una sirena pokemon de piel Blanca y azul, de cabello y ojos del mismo color, la cual irónicamente usaba una gran camiseta de un poplio para cubrir la parte superior de cuerpo, cubriendo un par de redondos pero modestos senos y lo más llamativo, una barriga redonda e hinchada —Una primarina preñada no es algo fácil de esconder.

—Lo sé, lo sé... pero mirate —El joven toma asiento a un lado de la cama y pone su mano sobre el vientre de su novia —Ya llevas un buen tiempo así, dudo que falte mucho, sólo... debemos esperar a que nazca y ya podremos salir más seguido, ser más sociables y todo eso.

—Si, quiero salir a nadar sin tener miedo de ser vista —Mientras ambos charlaban, bajo la piel de ella pudo verse una pequeña protuberancia formarse y luego volver a la forma redondeada que tenía originalmente —Parece que tu hijo también quiere nadar.

—Es raro, por que tiene mucho espacio ahí dentro para nadar un poco mas.

—¿Insinuas que estoy gorda?

—No, sólo... digo que estar dentro de ti es.... "Fantástico" —Mostrando una mirada pícara se propuso alcanzar el vientre de primarina, para darle ligeras caricias, pero ella aparte su mano dando un golpe de su aleta.

Maternidad PokémonWhere stories live. Discover now