Antes de tiempo (pt. III)

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—¿Vas a quitarte de la orilla? —Fue lo que me preguntó esa kirlia de forma amable antes de cambiar a un tono más amargado —Vamos, no pienso intentar arrastrarte otra vez

—Ya, ya me pondré de pie —Decirlo era ligeramente mas fácil que hacerlo, me sentía cansado y lastimado, me dolía mucho la espalda, la piel me ardía y mis piernas estaban entumidas —Y tu... ¿vives por aquí?

—No realmente, se podría decir que vine contigo.

—¿Conmigo? —Recuerdo haber gateado fuera de la orilla, luego me levante y di algunos pasos antes de sentarme de nuevo sobre la arena, pero esta vez bajo la sombra de las palmeras que tenia cerca, durante ese pequeño tramo llegue a ignorar la que fuera que ella me estuviera diciendo, en mi mente solo estaba la idea de lo mal que se encontraba mi cuerpo —Bueno... ¿Cómo llegamos aquí entonces? 

—Unas primarina te trajeron hasta acá luego de que caíste del barco, o eso me contaron antes de abandonarnos en esta es la isla, Hoenn y sus islas secundarías quedaban demasiado lejos para que nos llevarán hasta alguna de sus playas. 

—Entiendo... ¿Pero como que vinimos juntos?

—Esta chaqueta —Ella jalaba de la prenda en cuestión, como si quisiera quitármela —Le pertenece a mi dueño, Lucas. Él me llevaba en su bolsillo, en caso de encontrar algún monstruo marino o algo, para que lo calmara con mis poderes psíquicos o algo de ese estilo.

—¿Lucas, hablas del pelirrojo? Vaya... me sorprende que no nos presentarán todavía.

Ella rodo sus pequeños ojos de iris roja antes de sentarse a mi lado, su rostro parecía estar molesto pero a la vez estaba algo deprimida mientras clavaba sus dedos en la arena.

—Supongo que tendremos tiempo de sobra presentarnos, por que parece que tardarán en venir por nosotros —Recuerdo escuchar su pequeño suspiro de resignación antes de continuar —Eso si es que, si quiera vuelven por nosotros.

—Claro que volverán, no creo que hayamos flotado muy lejos del barco  —En ese momento sólo pude lamer un poco mis labios, el sol y el aire los sacaron y dejaron frágiles, esa sensación de boca seca y el cansancio me hacia sentir deshidratado —¿Hay agua por aquí?

—No lo sé, ya había caminado un poco ¿No me prestaste atención? —Hablaba con algo de frustración

—Si te ignore un poco, pero no fue para tanto —Alegue yo también —Y dime, si caminaste por aquí, ¿No escuchaste a alguien o algo?

—No, sólo recorrí algo de la playa, no sé si más allá de las plantas tengamos agua o haya siquiera algo de comer, ¿Trae algo ese abrigo?

—Bueno yo... —Palpe esa prenda, se sentía algo en los bolsillos —Hay una pokeball rota, unos caramelos junto a un par de barras de chocolate en una bolsa de plástico —Hablaba sacando los objetos nombrados de distintos compartimentos.

—Ya es algo —Dijo ella mientras deslizaba hacia el frente el pequeño bolso que tenia en la cintura, ni siquiera me había fijado que lo tenia —Yo tengo unas barras de cereal y unas mentas.

—Es muy poco, con esto sobrevivimos con hambre un par de días, ¿Segura de que no hay nada para beber?

—¡Que no explore este lugar! —Cuando alzo la voz me asuste un poco, no esperaba que tuviera un carácter tan fuerte —Ya que estas vivo, vayamos a caminar, seguramente haya alguien por aquí o algo que nos ayude. 

No dude en su momento, sólo me levanté y la seguí, camine tras ella explorando la costa de arena blanca, era una vista bonita del mar que no me hacía preocupar mucho. La isla era bastante amplia, fácilmente pasamos casi dos horas solo en esa playa. Lo que veían mis ojos era sólo agua, arena, basura y plantas, a veces algún crustáceo pequeño o rocas algo más grandes, fue en una de estas que mi pequeña guía turística se sentó a descansar.

Maternidad PokémonWhere stories live. Discover now