Un gran esfuerzo (Pt. II)

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Aquí los tenemos ahora, ambos sentados a cada lado de la mesa, tomaron un desvío ligero en base a las opiniones de la coneja, quien conocía bien donde encontrar una heladería.

—Me sorprende que de tantos sabores y opciones —Mete su cuchara en la boca, probando un poco de helado —Tu sólo pidieras esa botella de agua.

—Estar hidratada es importante, además, estoy a dieta en casa, no puedo consumir mucha azúcar.

—E-entiendo —Soltó él —Aún así gracias... por el postre y el descansó, ya estuvimos caminando por un largo rato.

—No me gusta escuchar eso de ti —Bebe un poco de su botella —Antes solías ser más activo, ¿Recuerdas cuando querías salir a correr conmigo en las mañanas?

—Si, creo que recuerdo eso... también que a veces me llevabas caminando a casa, cuando mi papá no pasaba por mi.

Esa declaración sonrojo un poco a Cindy, pues hizo memoria de un par de cosas en ese momento.

—Yo... ahora que lo pienso —Desviaba la mirada al contenido de ese pequeño recipiente plástico con helado Napolitano y crema, ella observaba temerosa de lo que estaba a punto de pasar, ese joven de comportamiento casi depresivo iba a soltar una pregunta o decir algo respecto a esos recuerdos juntos —Creo que era muy inocente para darme cuenta, pero ahora que me pongo a pensar a esos momentos no logró entender por que ustedes dos terminaron juntos

—¿A que te refieres? —Preguntó ella, mientras apretaba levemente su botella.

—¿Cuándo fue que ustedes... se empezaron a sentir atraídos?

—Bu-bueno... no estoy segura, siempre hablábamos, cuando te iban a traer, tu padre siempre tardaba más de lo usual, así que ya sabes... al principio era sólo reprenderlo por llegar tarde, otras era criticarlo por ni siquiera aparecer... pero luego, creo que caí en cuenta de que estaba siendo muy dedicada y cuidadosa contigo y bastante insensible con él... ambos estaban pasando por un momento muy difícil.

—Lo sé... pero no me refería a eso.

-Retrospectiva-

Cindy caminaba por los pasillos de la escuela donde trabajaba, muy animada y siempre sonriendo, saludaba a todos y parecía que todos la querían pues los alumnos siempre corrían para abrazarla o sólo la saludaban de una amigable forma. pero eso se detuvo cuando llegó a la oficina de la directora, quien la saludo de forma sería y directamente le pidió que se sentará.

—Verá maestra Cindy, la cité aquí por que usted no pudo estar presente en la reunión del viernes.

—Si, lo lamento pero tenía mi práctica y... —con las manos juntas de forma suplicante intentaba explicar aquello que le contaba a todos.

—Ya sé, ya sé... —Respondía la directora para cortar el tema —Señorita, es la más joven de esta planilla, pero eso no le da derecho a comportarse como una niñita frente a mi.

—Perdone directora, es sólo que... bueno, mejor termine usted primero.

—Verá, usted es amable y muy enérgica, cualidades que yo quisiera para todos mis maestros... Y para mi misma —Dijo para luego soltar un suspiro —Y por eso le pido que sea muy cuidadosa con Daniel, ese chiquillo de cuarto año. No lo moleste demasiado si lo ve desanimado.

—Bueno, debo negarme pues de donde vengo me dijeron que parte de mi trabajo es motivar a los estudiantes y cuidar de ellos, y si es por que sus padres hablaron más de mi, déjeme decirle que la sábana pasada estuve haciéndole compañía a ese niño en la puerta, su padre tarda demasiado al venir por él y ya se lo hice ver un par de veces lo descuidado que esta siendo —Habló de forma firme pero sin dejar ese tono amigable que siempre tiene.

Maternidad PokémonWhere stories live. Discover now