Depredador (Borrador)

XII

𝐴𝑙𝑒𝑘༒

"𝐸𝐿 𝐻𝑂𝑀𝐵𝑅𝐸 𝑀𝐴́𝑆 𝑃𝑂𝐷𝐸𝑅𝑂𝑆𝑂 𝐸𝑆 𝐸𝐿 𝑄𝑈𝐸 𝐸𝑆 𝐷𝑈𝐸𝑁̃𝑂 𝐷𝐸 𝑆𝐼́ 𝑀𝐼𝑆𝑀𝑂 "
𝚂𝚎́𝚗𝚎𝚌𝚊

¿Qué he hecho?

Fela no se esperaba eso de mí. Fela no esperaba que mi obsesión irracional me llevaría a obligarla a casarse conmigo con la simple razón que era la única forma de salvale la vida... bueno, es verdad, en otro mundo la mataría, ya que, no me gusta sentir esa intranquilidad de dejar a un testigo. Sin embargo, esto me afecta más a mí, provocando que mi objetivo principal cuando conocí a Fela esta más lejos de  cumplirlo.

Fela me demostró ese día en el depósito que ella también lleva el control de la situación, iniciando un juego pícaro su mirada estaba tan iluminada y sus labios sonrían con una picades que me volvió loco por completo.

Siendo irónico como me volví su enemigo número uno.

Siendo el malvado en su película.

Siendo el depredador en su película.

Siendo el monstruo en su película.

Lo peor de todo es verdad. Soy el malvado, el depredador y el monstruo en la vida de Fela. No soy el príncipe de la historia de Fela, sino su perseguidor y cazador.

No me arrepiento, era algo necesario para mantener a Fela entre mis manos. Cuando la observe textiando con otro hombre, entendí que tenía que hacer algo para encerrarla y creo que el universo me favoreció. Encuentre el matrimonio la mejor forma de mantenerla cerca.

Tuve la excusa perfecta, cuando la encontré en el orfanato lastimada y rasgada en los pies, mientras que se topaba en medio de una ejecución. Pero aún no tengo la victoria, solo la poseo al frente de la sociedad. Sin embargo, la sociedad es lo último que me importa en mi relación con Fela. No poseo su cuerpo ni su mente; haciendo que se forme una frustración y una desesperación en mí, que estuvo ausente en mi hace mucho tiempo.

Tengo una necesidad enorme de Fela, quiero ir a la habitación y besarla, que ella me observe con esa mirada picara; sin embargo, hay que ser realista, eso no pasara, ella me odia en estos momentos y no puedo ir y tomarla, ya que pierde el sentido todo. No quiero tomar a Fela, quiero que ella se entregue a mí, incluso que me reconozca como su depredador, monstruo, malvado y su rey.

Lo peor de todo Fela lo sabe.

Ella sabe que no quiero tomarla como un bárbaro y ese es su poder ante mí. Ella sabe que quiero que se entregue; sin embargo, se niega, naciendo desesperación en mí. Y, puedo admitir que tiene un poco de control en mis emociones.

Aunque sea un poco, jode y mucho.

Cierro la puerta de la oficina de mi difunto padre.

No me agrada la idea estar en esta casa; sin embargo, después que Fela provocara un incendio y se escapara por una ventana, era algo claro que no la puedo encerrar en mi hogar; ella lo destruiría por completo y estaría completamente sola, suficiente tiempo para que invente o realice millones de desastres.

Mi mirada reposa en la luna a medida que voy camino más adentro de la oficina. La luna toma todo el espacio en el ventanal, resplandeciendo su bella oscuridad y su misterioso brillo. Prendo la luz de la oficina evitando quedarme en la oscuridad. Me quito el saco tirándolo en unas de las sillas, después con mi mano no lastimada, me retiro la corbata para colocarla en mi hermosa herida hecha por mi Fela.