Capítulo 5.

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—Bien, chicos, hoy les tengo un anuncio: Transfirieron al señor Strauss a nuestro salón. Espero que puedan llevarse muy bien y hacer que su compañero se sienta a gusto— Informó la profesora Lewis, o como Jailene y los gemelos la llamaban "La bien chicos".

Alex estaba sentado junto a Jailene y sonrió de oreja a oreja, las chicas le lanzaban cumplidos al recién llegado.

—Puedes sentarte con ellos—Le propuso la profesora mientras señalaba la mesa en dónde estaba Alex.

Chase le dio las gracias y se sentó en medio de los dos.

—Nos volvemos a ver, señorita mandona—Susurró a Jailene.

—Bien, chicos, hoy trabajarán en parejas, tienen 5 minutos para elegir— Avisó la profesora mientras escribía la fecha en el pizarrón, seguida por las instrucciones.

Jailene comenzó a buscar con quien hacer el trabajo, Lola no estaba en su salón, y los gemelos siempre trabajaban juntos. Alex lo haría con Chase (El trabajo JAJSHAJA)

—Alex ¿Trabajas conmigo?—Preguntó Cindy mientras jugaba con las puntas de su cabello.

—Ah...Estoy con Ch...—Comenzó a decir Alex, pero Jailene notó nerviosismo en su voz y el rubor ligero que apareció en sus mejillas.

—Estará encantado de trabajar contigo, Cindy—Interrumpió el chico nuevo mientras obligaba a Alex a levantarse y le daba un ligero empujón para acercarlo a ella.

Su amigo le dirigió una mirada asesina, pero se rindió y siguió a Cindy. Chase celebró en silencio.

—¿Por qué te transfirieron?—Preguntó Jailene, la intriga la estaba matando.

—Discutí con un chico, preferí cambiarme antes de llegar a los golpes (Faltaron como 5 segundos)—Contestó y Jailene notó que le causaba gracia.

Acercó su silla a la de ella, pero no demasiado para evitar incomodarla.

—¿Con quién?

—Un tal Benjamín.

Jailene soltó una carcajada, pues toda la escuela sabía que era el amigo con derecho a roce de Mandy, era un completo idiota, igual que ella.

—Es un imbécil, hiciste bien en huir de ahí.

—No diría que hui, pero si puedo evitar una suspensión... mejor.

—En mi diccionario dice "cobarde".

—Pues en el mío dice que hay demasiada maldad en tu pequeño ser, niña.

Soltó una risa sarcástica.

—Bien, chicos, ¿Qué es tan gracioso? ¿Quieren compartirlo con la clase?— Los riñó la profesora.

Ambos se disculparon y sacaron los materiales para hacer la actividad.

—Tienes suerte de que te haya tocado conmigo, soy un as en las matemáticas—Alardeó, en un susurro para que la profesora no lo escuchara.

—Eso espero, nuestra calificación depende de ti—Dijo, y Chase borró la sonrisa de su rostro sustituyéndola por una de sarcasmo.

Ambos guardaron silencio mientras escribían lo que estaba en el pizarrón, luego sacaron el libro donde estaban las fórmulas que necesitaban.

—¿No tenemos una clase de física para esto?—Se quejó molesta al ver un problema que consistía en calcular la fuerza gravitacional que había entre la Tierra y Júpiter.

—Tienes suerte, soy una calculadora humana—Alardeó de nuevo mientras acomoda su corbata.

—¿Ah sí? ¿Cuánto es 258,999 por 3,500?—Preguntó desafiante.

A 1,000 yardas de tu corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora