Capítulo 12.

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1 mes después.

*3er partido de la temporada. Hilanders de Kelso High School vs Oseznos de California. *

Era el segundo tiempo del penúltimo partido de la temporada. Los Hilanders iban ganando. Justin, por desgracia, se había dislocado el hombro al caer mal cuando lo taclearon y fue reemplazado por Harry.

Jailene decidió ir a la oficina del director, porque no veía al padre de Aquiles en las gradas y eso le pareció sospechoso, Lola la acompañó.

Al llegar a la puerta descubrieron que estaba entreabierta, de rodillas se las arreglaron para poder espiar y ver a través de una pequeña rendija sin que las notaran.

Visualizaron a los padres de Aquiles (El señor Lewis, y la profesora Lewis) y al director.

—Eso pasa por ponerle los cuernos a su esposo con el director de la escuela de su hijo—Le susurró Lola y ambas reprimieron la risa.

—Bien, Moisés, el señor Adler no está nada contento. Se suponía que todos saldríamos ganando, yo obtenía mi venganza, tú conservabas tu empleo, y tu amada conseguiría que yo firmara el divorcio para que pudieran estar juntos— Dijo molesto el señor Lewis.

—Pero... no entiendo ¿Por qué me amenazaste?— Preguntó confundido el director.

—Porque no cumpliste con tu parte del trato. Luego te dejé una nota.

—¿Qué nota?

—Te lo dije cuando te amenacé por teléfono, idiota. La nota de la oficina de correos.

—Lo sé... la fui a buscar ese mismo día por la noche. Pero no estaba.

—Alguien debió tomarla.

—Mierda, espera aquí, Lola— Dijo Jailene a Lola y se fue corriendo al cuarto donde estaban las cámaras de vigilancia.

Por suerte siempre cargaba clips con ella, abrió la puerta, pero inmediatamente se dio cuenta de que había alguien dentro.

—Mandy, necesito más tiempo. No la puedo dejar de un día para otro. Al menos déjame pensar en algo— Dijo una voz que Jailene reconoció instantáneamente: era Christian.

—Está bien, pero date prisa. Ahora ven, todos están viendo el juego... los salones están vacíos.

Jailene se apresuró a cerrar la puerta en silencio, se ocultó detrás de un muro y en cuanto hubieron salido entró. Encontró rápidamente lo que estaba buscando: La grabación de la oficina de correos del día en que había ido con Chase y se llevaron la nota, así como la cinta de ese día que grababa en el cuarto de vigilancia. Ésta última tendría un doble uso, por un lado, evitaría que los Lewis y el director descubrieran que había sido ella quien tomó la nota, y por otro lado le abriría los ojos a su mejor amiga.

Cuando estuvieron en sus manos, los guardó en su bolso y se dispuso a volver al campo. Lola ya estaba allí.

—¿A dónde fuiste, Jailene?— Preguntó Lola desconcertada mientras guardaba su teléfono. Parecía que estaba a punto de llamarla.

—Fui por las grabaciones, para que no descubrieran que fuimos nosotros— Respondió en un susurro apenas audible.

—Bien hecho.

—¿Pasó otra cosa? ¿Dijeron algo?

—Sí... es muy extraño... pero dijeron que el tal Adler ordenó que cancelaran todo, que ya pensaría que hacer y que los dejaría en paz.

—¿" Ya pensará que hacer"? ¿Con qué?

—No tengo idea, pero eso es bueno ¿No? Los dejará en paz.

A 1,000 yardas de tu corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora