Capítulo 27.

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Los días siguientes que pasaron en el campamento fueron los mejores. No sólo porque las actividades se habían vuelto más dinámicas y divertidas, sino porque Jailene y Chase salían oficialmente. Todo el equipo estaba feliz por eso.

Aquel miércoles, el equipo de los Hilanders se encontraba descansando en el campo luego del entrenamiento. Charlaban mientras la tarde pasaba.

—Le aposté veinte dólares a Harry a que iban a terminar juntos algún día —Comentó Henry.

—¿Por qué? — Quiso saber Jailene.

—Ninguno de los dos sabe ocultar nada. Cómo olvidar el día que te peinaste y Strauss soltó el balón por mirarte.

-.-

Al cabo de un mes, el campamento había concluido. Este era el último día que estarían allí, y decidieron que lo aprovecharían al máximo.

—Todos deben conocer este juego. — Decía el entrenador — Consiste en buscar los objetos de la lista mediante acertijos, esposados a alguien.

El campamento comenzó a moverse desordenadamente intentando encontrar a quien tenían en mente para que fuera su pareja.

—¿Quieres estar con los gemelos?—Preguntó Chase a su novia.

—No, me quedo contigo. — Sonrió.

El entrenador a cargo de la actividad les proporcionó a todas las parejas un costal y una lista de las cosas que debían buscar en el bosque, así como su acertijo correspondiente.

Quienes ya estaban esposados, se pusieron en marcha. Algunos aun no decidían pareja, y otros ya lo habían hecho pero no conseguían colocarles correctamente las esposas.

—Esto es divertido, ¿no lo crees?— Decían todos.

Jailene y Chase comenzaron a adentrarse en el bosque, junto con los gemelos. Adolf iba esposado a Olivia, y Justin se encontraba esposado a Omar.

—Si encuentran todo antes que nosotros, los asaltaré y robaré su costal—Sentenció Justin, a todos.

—Te muerdo. — Respondió Olivia.

Estuvieron caminando todos juntos por un buen rato, pero finalmente tomaron caminos distintos.

—¿Estás emocionada por volver a casa?—Preguntó Chase a su compañera de esposas.

—La verdad sí. Extraño a mis padres, y a Anny, y a Kiara, y Lola. ¿Tú?

—Nadie me espera en casa, cariño. No hay diferencia para mí.

—Lamento mucho que tu padre no esté contigo. ¿nunca te ha dicho si piensa volver?

—No. Él cree que seré yo quien irá a Alemania, una vez que termine la universidad.

—Pero tú no quieres ir.

—No.

—¿Qué harás?

—No tengo la menor idea. No quiero ir, pero no tengo opción.

—Deberías hablar con él. Estoy segura de que te entendería si le explicas lo importante que es jugar para ti.

—Mi padre no entiende nada que se trate de sentimientos. Él sólo entiende trabajo, números.

—No creo que sea así. En el fondo es un hombre amable.

Chase rio.

—No conoces a mi padre.

Jailene se dio cuenta que por poco mete la pata.

A 1,000 yardas de tu corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora