Capítulo 17.

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—Conocí a Zack Lewis hace un año. Él es... era — Rectificó con desgana—, el hermano de Aquiles. Todo sucedió en las pruebas de futbol. El capitán era Adolf y, bueno, la verdad es que Zack no jugaba del todo bien... y el entrenador intentó explicárselo de la forma más amable que le fue posible. Pero Zack entendió todo mal, maldijo a todos y huyó del campo. Yo siempre he sentido, tú sabes, necesidad por ayudar a alguien cuando tiene un problema, así que lo seguí. Traté de explicarle que las intenciones del entrenador no habían sido lastimarlo.

Flashback*

—Zack... El entrenador no quiso...

—¿Decirme que no sirvo para el fútbol? ¿Que no tengo talento? Déjalo así, Brown.

—¿Por qué estás tan molesto? Sólo es fútbol, no pasa nada si no pudiste entrar ahora. Quizá con un poco más de práctica...

—¿Sabes por qué deseaba entrar?

—No...

—Desde que era niño deseaba formar parte del equipo. He aprendido todo sobre fútbol, todo absolutamente. Y no sé si te haya pasado, pero el que te digan que no sirves para algo que anhelas... no es muy alentador.

Fin del Flashback*

—Noté que ocultaba algo — Continuó Jailene —. Así que comencé a hablarle más y al cabo de una semana, me lo dijo: Su padre descubrió que su madre, la profesora Lewis, lo había estado engañando con el director. Eso a Zack lo destrozó. Sé que no parece, pero los Lewis solían ser una familia feliz. Cuando Zack se enteró de la infidelidad de su madre, todo cambió para él. Su padre se volvió alcohólico, su madre casi no estaba en casa. Aquiles lo apoyaba como no tienes idea. Pero Zack cambió muchísimo, y cuando lo rechazaron en el equipo... bueno, fue la gota que derramó el vaso. Comenzó a asistir con la terapeuta de la escuela. Le dijeron que tenía inicios de depresión. Sus padres dijeron que debía ser algo pasajero, algo de "Adolescentes", vaya mierda.

Hizo una pausa, respiró profundo un par de veces, y continuó:

—Nos hicimos amigos, muy buenos amigos. Incluso la terapeuta le dijo que estaba mejorando. Pero un día mientras comíamos en el descanso, él... me besó — Una pizca de celos invadió a Chase—. Yo no sentía nada por él, pero creí que si lo rechazaba volvería a empeorar. Comenzamos a salir, y no voy a mentir, al principio él era el chico que todas deseamos; amable, atractivo, caballeroso, gracioso. Incluso comenzaba a gustarme de verdad. Creí que ya estaba bien, que había cambiado, pero no.

Flashback*

—No podré ir contigo a comer, Zack. Los gemelos cumplen años en 2 días y harán la fiesta hoy por ser fin de semana.

Ni siquiera me molesté en invitarlo, por dos cosas: 1. No querría ir. 2. Los gemelos no le tenían mucho aprecio.

—¿Qué? Es la segunda vez en la semana que me cancelas, Jailene— Dijo enfadado a través del teléfono.

—La vez pasada fue por una reunión del periódico, no tienes que ponerte así.

—Y ahora es por ir a la fiesta de tus amigos. ¿Tienes idea de lo que mis amigos piensan de mí? Soy el hazmerreír del colegio por culpa tuya. Todos creen que me estás engañando con esos estúpidos gemelos— Comenzaba a alzar la voz.

—Para empezar, no me hables así. En segunda, me importa un comino lo que tus amigos piensen de mí. Y no voy a permitir que hables así de los gemelos.

—¿Y qué es lo que hace a esos gemelos tan especiales?

—Son mis amigos, Zack. Y no voy a faltar a su fiesta por la opinión de tus "amigos" ni por la tuya.

A 1,000 yardas de tu corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora