-Tenemos que hablar- Dijo Chase bajando rápidamente del auto.-No tenemos nada qué hablar- Apresuró el paso.
-Sabes que sí. - Se paró delante de ella, antes de entrar al hotel.
-No, esto fue...
-Ambos sabemos lo que sucedió.
-No. - Quiso seguir su camino.
-Sí. - La detuvo- Escucha, hablemos mañana ¿Sí? El entrenador debe estar volviéndose loco buscándome, desaparecí todo el día. Mañana es el super tazón... Irás ¿verdad?
-Tengo que cubrir la nota y las fotos, Chase, obviamente iré.
-Claro... - Se sintió torpe- Me refería a...
-Bien- Accedió- Hablaremos mañana. Que descanses.
Sin dejarlo decir más, entró al hotel y fue directo a su habitación. Necesitaba bañarse, y sobre todo pensar.
Ella aseguraba que el amor había desaparecido completamente, pero esa canción junto con la lluvia le gritaron en mil idiomas que estaba equivocada.
-.-
-¡Levántate! - Gritó Hilda, abriendo las cortinas para que los rayos del sol iluminaran la habitación.
-No estoy. - Respondió Jailene, cubriéndose la cara con las cobijas.
Patrick entró a la habitación con un andar lento, y se tiró en la cama con su compañera. A él lo habían despertado antes.
-Nos espera un día pesado. Debemos irnos ya al estadio, necesitamos instalar el equipo y probarlo... y reunirnos con los demás fotógrafos y con la prensa.
-Y yo necesito dormir mis 9 horas diarias- Respondió Patrick saliendo de debajo de las cobijas.
-Tienen 10 minutos para estar en el restaurante, listos para irnos. - Sentenció, y salió rápidamente de la habitación.
Al cabo de pocos minutos ambos se levantaron.
-¿Qué sucedió ayer? - Preguntó Patrick, cubriendo sus ojeras con un poco de maquillaje.
-¿Con qué? -Evadió ella, peinándose el cabello.
-Oh, vamos - La miró-. Te vi salir con él del hotel.
-Sólo me llevó al estudio...
-Ajá.
-.... y después fue por mí.
-Ajá.
-Como amigos.
Patrick se carcajeó.
-Sólo tú te crees eso.
-Es real. - Mintió, mientras se metía al baño para cambiarse la pijama por un vestido.
-Jailene, alguien a quien amaste tan intensamente de forma romántica, no puede ser tu amigo. Y si lo son, siempre queda una pequeña llama de esperanza. Siempre terminarán besándose en cuanto tengan la oportunidad. -Le explicó, mientras se peinaba.
-Cómo sea. No importa lo que yo sienta, él fue quien propuso que fuéramos amigos. - Gritó desde el baño.
-Es inteligente.
-¿Perdón?
-Piensa un poco, Jailene. Siendo tu amigo estará cerca de ti, para hacerte admitir tus sentimientos aun presentes.
-Estás loco. - Salió, y tomó su bolso.
-No olvides que soy hombre, no parezco, pero lo soy. Sé como piensa mi especie. - Abrió la puerta.
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A 1,000 yardas de tu corazón.
RomansStrauss y Brown; Agua y Fuego. Un amor bastante complicado, nacido en turbulentas aguas y sobre todo en el césped perteneciente al campo de fútbol de la preparatoria. Para ambos, perseguir sus sueños siempre ha sido lo más importante. ¿Qué pasaría s...