Capítulo 26.

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—La cosa es así — Explicaba el entrenador —: de nada nos sirve un equipo de fútbol que solamente sirve para jugar y no tiene un vínculo fuera del campo. Los entrenadores estuvimos platicando... Y decidimos que hoy la misión principal será que todos sean amigos.

Hubo muy pocas miradas de inconformidad, la mayoría se mostraba de acuerdo, entre ellos Chase.

Chase... Jailene le debía una respuesta.

—Genial! En ese caso, necesito que se junten en parejas.

Fue un momento extraño: Chase miró a Jailene, Omar miró a Jailene, el equipo entero de porristas miró a Chase, y Jailene sintió cómo su corazón se hundía al ver que lo acorralaban para que eligiera a una de ellas.

Bien... Se iría con Omar. De mala gana.

La poca esperanza que aún le quedaba, la hizo mirarlo una vez más.

Quién sabe... Quizá estaba caminando hacia ella para decirle "No importa que el equipo entero de porristas quiera estar conmigo, yo te elijo a ti"

Pero fue sólo eso: un "Quizá". Porque lo que vio al mirar hacia atrás fue a Chase haciendo pareja con una porrista alta y pelirroja.

—¿Vamos? — Le dijo Omar.

—Sí. — Accedió, triste.

—Genial. Ahora, necesito que se coloquen frente a frente con sus parejas, se miren a los ojos, y digan algo positivo de él o ella según sea el caso.

—¿Por qué no comienza usted, señor Strauss? Veo que eligió a una de mis niñas — Dijo amablemente el entrenador de Omar.

—Claro... Yo, creo que ella tiene lindos ojos, lindo cabello, y una sonrisa contagiosa.

La porrista se sonrojó. Y Jailene también. La diferencia era que una lo hacía por nervios y la otra por celos.

—Bien... ¿Qué más? — Le animó el entrenador.

—Emh... Baila bien. Es amable.

—Basta, basta — Suplicó la chica, que no podía soportar que la siguiera alagando, o moriría de nervios— Mi turno. Creo que Chase es el chico más guapo que he visto en mi vida. Es muy talentoso en el campo... y a demás es amable. Es perfecto.

—Bien... ¿quién sigue?

"No yo, eso se lo aseguro." — Pensó Jailene.

—Nosotros — Se ofreció Omar.

—¿Qué? ¡No! — Replicó Jailene. Todo el campamento la miró—. Es decir, ¡no... puedo esperar!

—Entonces, comience.

—Eh, sí. Yo, digo, Omar... Sus ojos son lindos, habla español, es gracioso y sin duda uno de los chicos más talentosos que he visto en el campo.

Su compañero sonrió.

—Jailene es fantástica. Es graciosa, sabe de futbol, su cabello... sus pecas y, sus ojos, sus ojos son muy lindos y profundos. Uno se pierde en ellos si los miras fijamente....

El rostro de Chase estaba tan rojo, que un tomate habría pasado por pálido a su lado.

—Ya bésense — Gritó un chico de entre la multitud.

Chase no lo soportó. Se puso de pie y comenzó a andar hacia quien sabía dónde.

Te llevas y no te aguantas carnal.

Nadie entendía nada de lo que acababa de pasar, pero imaginaban perfectamente de qué se trataba.

Jailene no tenía duda esta vez. Estaba segura de lo que haría, y también estaba dispuesta a asumir las consecuencias que pudieran venir.

A 1,000 yardas de tu corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora