—¡Es la segunda vez que te castigan, Jailene!— La riñó la señora Brown mientras sostenía una hoja de papel en la mano y la agitaba. Tenía la otra mano en las caderas y recargaba el peso sobre su pierna derecha.
Esa hoja era un aviso del colegio, aviso que se enviaba generalmente a los padres de los alumnos más problemáticos. Había sido redactado meticulosamente por nada más y nada menos que la profesora Lewis.
La profesora Lewis era una mujer delgada de 30 años que aparentaba tener diez años demás, impartía la asignatura de matemáticas, y su pasatiempo favorito era hacerle la vida imposible a Jailene Brown.
Nunca dejaba pasar ni una sola oportunidad que se le presentaba para perjudicar a la chica o para castigarla. También se encargaba de exagerar al máximo para traerle las consecuencias más graves que fuesen posibles.
—Mamá, ya te expliqué—Dijo Jailene con tono calmado—. Chase, es un tonto. Me lanzó una bolita de papel y, bueno, sabes que mi carácter no es muy dulce. Le lancé la lapicera. Pero la clase ya había terminado.
La señora Brown respiró profundo y sus ojos verdes iban de su hija al aviso que tenía en la mano. Debía tener un dilema interior. Ella sabía que la profesora Lewis le guardaba rencor a Jailene, pero tampoco quería perder autoridad.
—Bien—Dijo por fin—. Si tus notas son igual de buenas que siempre, te dejaremos ir al campamento. De lo contrario, puedes ir devolviendo la autorización, sin mi firma en ella.
Y salió de la cocina con paso decidido mientras doblaba el aviso por la mitad. Jailene permaneció allí. Kiara entró a la cocina con el ruido que producían sus patas al caminar sobre la madera del piso.
—Mis notas son buenas... pero podría mejorarlas si hiciera un par de proyectos extra — Le decía a la perrita mientras se sentaba en el suelo junto a ella y le rascaba las orejas—. Sí, eso es. No dormiré como por 3 días, pero ¿Qué importa? — Dijo decidida poniéndose en pie de un animado salto.
Subieron a la habitación para escribir sobre una hoja las asignaturas en las que Jailene creía necesitar más puntos.
Los exámenes finales ya habían pasado, pero decidió estudiar un poco. Cuando sintió que ya estaba lo suficientemente preparada, se tumbó en la cama junto a Kiara y revisó su teléfono. Tenía un mensaje.
No se dio cuenta, pero sonrió.
Chase: ¿Sigues molesta?
Jailene: No. 🙄 Mamá es quien está molesta, por el castigo. Pero dijo que si mejoro mis notas podré ir al campamento.
Chase: Lo siento. Fue muy egoísta de mi parte hacer que te castigaran sólo para hablar de algo tan estúpido. Mañana hablaré con ella.
Jailene: No es necesario. Haré un par de proyectos para subir mis notas.
Chase: ¿Segura?
Jailene: Sí. Gracias de todas formas.
Chase: Vale, descansa.
-.-
Al día siguiente, Jailene se comprometió con diversos profesores a entregarles un proyecto a cambio de puntos extra. Acababa de meterse en un lío, tomando en cuenta que sólo contaba con 4 días para terminar todo, pero estaba dispuesta a hacerlo con tal de ir al campamento.
Lo único que restaba era hablar con el director, para asegurarse de que esos dos castigos no interferirían con sus planes, y que no serían motivo para que sus notas bajaran.
Cuando estaban en clase de literatura, Jailene le pidió permiso a la profesora para ir con el director y le explicó sus motivos.
El corredor estaba desierto, únicamente ocupado por los casilleros. El sonido que acompañaba a Jailene eran murmullos provenientes de los salones contiguos y uno que otro profesor gritando para hacerse oír por sobre el alboroto de sus alumnos.
Al llegar a la puerta de la oficina, la encontró entreabierta y alguien discutía dentro.
Un instinto le dijo que pegara el oído a la puerta. Así lo hizo.
—El Señor Adler va a venir uno de estos días para ajustar cuentas contigo. Está pensando en sacar a su hijo de la escuela—Susurró una voz desagradablemente conocida: era la profesora Lewis.
—Pero... el muchacho es un prodigio, sería una lástima.
—Lo sé, mi amor. Pero el señor Adler...
—Sí, sí, sí. Lo sé.
Jailene estaba confundida. El señor Adler era, al parecer, el responsable de todos los acontecimientos que habían tenido lugar hacía pocos meses. Había amenazado en persona al director para deshacer el equipo, así como al árbitro para hacer que los Hillanders (El equipo del Kelso High School) perdiera los partidos, siempre usando una máscara color verde esmeralda. El señor Adler era el rostro que les hacía falta para completar el rompecabezas. Pero, obviamente, al ser el líder nunca hacía él las cosas. Siempre mandaba a alguien más, como en una ocasión hizo con el padre de Aquiles para dejarle una nota al director recordándole que debía cumplir su parte del trato, o cuando hizo que corroborara sus amenazas por teléfono, durante el segundo juego. El señor Adler era como un fantasma invisible que controlaba a todos desde la oscuridad y los moldeaba y manipulaba a su antojo. Jailene y Lola habían escuchado muy bien aquella parte de la conversación durante el tercer juego en la que decían que, aparentemente, el director debía cumplir con "su parte" para que el señor Lewis le diera el divorcio a su esposa y ésta pudiera hacer su nueva vida con su nuevo amor. A cambio, el señor Lewis obtenía "Venganza" y el señor Adler obtenía su propósito: destruir el equipo. Pero Jailene aún desconocía sus motivos. ¿Por qué quería destruir al equipo?
Cuando Jailene había ido a deshacerse de la cinta de grabación, Lola había estado escuchando la conversación, el señor Lewis había dicho que el tal Adler los dejaría en paz y que buscaría "Otra forma" para lograr su cometido.
Rápidamente, Jailene se dirigió al baño de chicas volteando a los lados para comprobar que nadie la veía, se metió en un cubículo y cerró la puerta.
Tuvo una poderosa revelación. Sacó su teléfono y entró al buscador. Escribió:
"nombre Adler"
Presionó una tecla y el resultado apareció casi inmediatamente:
Adler es un nombre alemán común, que significa 'águila'.
••••••×.
Tengan noshes ustedes buenas. 😘🖐🏻Subiré uno nada más, pq, su servidora sigue escribiendo aún, y tiene bloqueos creativos bastante seguido pq está estresada por pasar el examen y no kiere subir los capítulos tan rápido pq se le va a juntar lo que debe escribir y llora.
Si más, arios. No olviden votar. 🏃🏻♀️💗
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A 1,000 yardas de tu corazón.
RomantikStrauss y Brown; Agua y Fuego. Un amor bastante complicado, nacido en turbulentas aguas y sobre todo en el césped perteneciente al campo de fútbol de la preparatoria. Para ambos, perseguir sus sueños siempre ha sido lo más importante. ¿Qué pasaría s...