Los camiones que los llevarían de vuelta a casa ya se encontraban esperando a las afueras del bosque cuando Chase y Jailene a penas habían vuelto de su aventura nocturna.
Por suerte, ambos habían terminado de empacar todo desde la noche anterior, por lo que únicamente tomaron sus maletas y se dirigieron a la fila con sus compañeros.
—¿En dónde demonios estaban?—Se acercó Justin.
—Por ahí.—Evadieron.
—¿Te portaste bien, cierto?—Miró a Jailene.
—Qué cosas dices, válgame seyor Jesucristo. Solamente fuimos a la playa.
—¿De noche?
—La playa nocturna es mejor.
Todos se encontraban en su asiento correspondiente esperando a que el conductor emprendiera la marcha. Pero entonces, el entrenador se acercó a ellos.
—Chase, ven un momento.
—¿Pasa algo?—Se levantó.
—No, nada malo. Alguien te está esperando.
—¿A mí?
—Sí, date prisa.
Desconcertado, Chase bajó del autobús, y dejó su equipaje en los compartimientos de arriba.
—Vámonos.—Indicó el entrenador.
El chofer arrancó.
—¿Y Chase?—Preguntó Justin.
—Su padre vino a buscarlo, se irá con él.
—¿Su padre?—Preguntó Jailene, completamente sorprendida.
—Su padre.—Confirmó Gibsley, y acto seguido se fue a sentar al fondo.
Debía ser un error. ¿Su padre? ¿Su padre había ido a buscarlo? Se suponía que estaría en Alemania.
En su cabeza se comenzaron a formar todo tipo de escenarios. ¿Y si había ido a buscarlo para llevarlo a Alemania y no lo dejaría volver? ¿Y si no volvía a la escuela?
—El viejo está loco. Quiero decir, miren todo lo que fue capaz de hacer para intentar impedir que Chase jugara... La verdad es que no puede tratarse de nada bueno.—Dijo Adolf.
—Él dijo que lo dejaría—Le respondió Jailene —. Él me lo dijo aquel día en el hotel. Pero no tengo la menor idea de qué está haciendo aquí. ¿Y si se lo lleva y no lo deja volver?
—Si eso pasa, iremos por él a Alemania. Golpeamos al viejo con un sartén, lo amarramos, y salvamos al alemán sexy.—Solucionó Justin.
-.-
Fue un día bastante largo de regreso. Ni Jailene ni los Clark habían podido conciliar en sueño por estar pensando en si el futuro de Chase se encontraba en peligro.
Eran las 4 de la tarde cuando a través del cristal de la ventana pudieron visualizar la enorme edificación que era el Kelso High School.
Tomaron sus maletas, y desordenadamente comenzaron a abandonar sus asientos mientras bajaban del autobús.
Los Brown y los Clark se encontraban parados cada uno junto a su auto, mientras esperaban a sus hijos.
—¡Mis niños!—Dijo la señora Clark cuando distinguió el cabello rojo de los gemelos. Y fue corriendo a abrazarlos.
—Mamá, nos estás llenando de labial. —Bromeó Justin, avergonzado, cuando se percató de la presencia de Lola.
Los Brown se acercaron a recibir a su hija, con una sonrisa en el rostro.
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A 1,000 yardas de tu corazón.
RomanceStrauss y Brown; Agua y Fuego. Un amor bastante complicado, nacido en turbulentas aguas y sobre todo en el césped perteneciente al campo de fútbol de la preparatoria. Para ambos, perseguir sus sueños siempre ha sido lo más importante. ¿Qué pasaría s...