Aquel lluvioso lunes, el Kelso High School se encontraba sumido en un silencio poco habitual. Había moños negros colgados en cada puerta, los profesores vestían de negro y daban sus condolencias a la profesora Lewis.
Chase no comprendía el motivo, hasta que la clase de química se vio interrumpida por la voz del director, que comenzó a resonar en todas las bocinas de la escuela.
Estimados docentes del Kelso High School, la ceremonia dará inicio en pocos minutos, les agradecería que trajeran a sus grupos al gimnasio.
El profesor de Química indicó a todos que formaran una fila mixta ordenadamente, y salieron del aula con dirección al gimnasio, los siguió el resto de los grupos que se encontraban en salones contiguos.
Toda la escuela estaba reunida allí, cada profesor intentaba ordenar y acomodar a su grupo en las gradas, cosa que tomó bastante tiempo.
Al cabo de unos minutos, por fin los alumnos estaban sentados platicando con quien tenían a lado mientras los profesores miraban al director, esperando a que comenzara a hablar. Al hacerlo, parecía que le costaba trabajo.
Jailene había sido sentada junto a Chase en primera fila, y él no comprendía por qué estaba tan nerviosa, parecía como si fuera a recibir una sentencia de muerte.
—Primero que nada, espero que todos ustedes se encuentren bien — Dijo con una sonrisa— Asumo que... saben el motivo de esta ceremonia.
Un murmullo general de aprobación se extendió por todo el gimnasio. Chase seguía sin comprender, y vio que Jailene retorcía las manos sobre su falda con nerviosismo.
—Así es. Hoy se cumple un año desde que su compañero, Zack Lewis, cometió suicidio.
La profesora Lewis comenzó a sollozar y el resto del profesorado intentaba consolarla. Jailene se estremeció y el resto de los alumnos hacían gestos lastimeros mientras asentían.
—Él era, sin duda, un chico especial. Muy querido por el profesorado. Les pido a todos que guardemos un minuto de silencio, en memoria de Zack Lewis.
Y se hizo el silencio, roto únicamente cuando los leves sollozos que emitía la profesora Lewis resonaban con eco en las paredes.
—Es importante que todos sepan: si tienen problemas... si sienten la necesidad de hablar con alguien, en la escuela contamos con personas preparadas. No se guarden nada, hablen. Lo que sea por lo que estén pasando, podría consumirlos por dentro si se lo quedan y terminaría en algo trágico, como le sucedió a Zack. Les pido que reflexionen sobre eso. Antes de continuar... ¿Alguien quiere decir algo?
Ante sorpresa de Chase, y de toda la escuela, Jailene se puso de pie y comenzó a caminar hacia el estrado.
—Adelante, señorita Brown — Indicó el director con una sonrisa y le cedió el micrófono.
La profesora Lewis le dirigió una mirada de profundo odio. Mandy murmuró algo sobre la hipocresía. Chase se percató de que Jailene parecía haberse arrepentido, porque buscaba ayuda desesperadamente. De pronto, sus miradas tropezaron, él asintió mientras sonreía, animándola.
Al parecer, había funcionado. Jailene respiró profundo y comenzó a hablar.
—Sé que... sé que soy la última persona que debería hablar en esta ceremonia — Un murmullo de aprobación resonó por el gimnasio con un eco abrumador—. Lamento muchísimo lo que le sucedió a Zack... y sé que nada de lo que haga o diga podrá cambiarlo... pero quizá podría ayudar a alguien que esté atravesando por lo mismo. Escuchen, a nuestra edad... todos tenemos problemas y a veces nuestras emociones se manifiestan más intensas de lo normal. Somos propensos a caer en depresión y creer que la solución es quitarnos la vida. Pero eso no es una solución, eso es... es ponerle fin a todo. Sí, es verdad, los problemas se terminan porque, bueno, ya no sentimos nada estando muertos. Pero ¿Saben qué más termina? Lo bueno. Al quitarte la vida no sólo estás renunciando a los problemas o al dolor, estás renunciando también a las cosas que estar vivo ofrece: La lluvia, el aroma de las flores, el aire acariciando tu rostro, abrazar a quienes te importan, reír, amar y ser amado, besar a quien amas, llenar tus pulmones de aire, cumplir todos esos sueños y metas que tengas, comer ¿Quién renunciaría a comer? La comida es lo mejor del mundo. La vida es lo mejor que tenemos, y sólo tenemos una. Así que, si tienen algún problema o atraviesan algo complicado, no tomen la ruta fácil, deben saber que todo va a estar bien, todo va a solucionarse, nada ni nadie nunca debe tener el poder de quitarles las ganas de vivir. Vivan por y para ustedes, vivan para cumplir sus metas y todo lo que han soñado. Vivan, porque lo que llevamos de vida no es nada en comparación a lo que nos espera, vendrán cosas mejores y, sí, también más problemas, porque los problemas son parte de la vida, así como el verde esmeralda es parte del Kelso High School. Pero somos capaces de superarlos y seguir viviendo. ¿Ya han hecho todo lo que han querido? La muerte es impredecible, si supieran que van a morir mañana, ¿Qué harían hoy?, Si aman a alguien díganselo, Si quieren aprender a bailar, dibujar, cantar, háganlo, si quieren escribir un libro, escríbanlo.
ESTÁS LEYENDO
A 1,000 yardas de tu corazón.
RomanceStrauss y Brown; Agua y Fuego. Un amor bastante complicado, nacido en turbulentas aguas y sobre todo en el césped perteneciente al campo de fútbol de la preparatoria. Para ambos, perseguir sus sueños siempre ha sido lo más importante. ¿Qué pasaría s...