52🍒 (Velorio parte I)

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Capítulo dedicado:

(Aclaración de los dos capítulos siguientes; 52 y 53; serán dos capítulos en torno a la pareja Yoonmin. Esto no lo hago para rellenar la trama ni nada, es que es necesario para la continuación de la misma historia, ya que sin esta pareja la trama quedaría demasiado vacía y realmente como lectora no me gustaría que sí en el capítulo anterior leí que Hoseok se enteraba de la muerte de Jimin, luego pase a tener un encuentro con TaeHyung; realmente no me gustaría además de quedaría un espacio en blanco muy, pero muy grande e innecesario. Además de que al ser un poco complicado el encuentro de ambos ya no volvieron a aparecer en la historia y ni siquiera tuvieron un capítulo completo.
Ahora, aclaro una cosa más. Sí el Yoonmin no es una pareja de tu agrado o simplemente no quieres leer algo sobre ellos pasa los capítulos 52 y 53 como si no fuesen nada... Por favor, no quiero recibir algún indicio de que la pareja solo ocupa lugar y que realmente no importan; porque ellos si son importantes para *Aroma A Cerezos*.

Okay, dicho esto, les dejo el capítulo 52 🍒.
Disfrútenlo)


Se observó en el espejo de su cuarto mientras acomodaba mejor su corbata.
Las ojeras en sus ojos, su cabello desaliñado y sin color, su piel más pálida de lo común y sus labios resquebrajados debido a la falta de líquido sobre ellos, le daban un aspecto deplorable.
Se tocó el rostro, delineando sus labios y luego sus pómulos. Sus dedos estaban tan fríos que parecían muertos, completamente sin vida.
Guió su mano hasta el cuello de su camisa y de un tirón arrancó aquella corbata que lo hacía sentir ahogado.
Golpeó la pared cercana al espejo y luego apoyándose de espaldas contra ella, se dejó deslizar hacia el suelo cubriendo su rostro con sus blancas manos, ahogando un amargo llanto.

La luz del cuarto se había desvanecido por completo dejando solamente un horrible color negro acompañado de un ambiente frío y desolado.
La luz de su habitación se había ido junto a su pequeño Omega, dejándole un vacío tanto en su cuarto como en su corazón.
Aquel departamento que tantas veces había sido testigo de las interminables risas del Omega, sus peleas que terminaban por cosquillas, besos y mimos por parte del Alfa, sus recuerdos amargos y dulces y sobretodo de su gran amor, ahora se sentía silencioso y asfixiante.

Aquel departamento guardaba todo tipo de momentos, tanto tristes, como felices y en aquellos instantes los recuerdos parecían estar cobrándole lentamente todas las malas intenciones cometidas.

Se levantó de aquel lugar con solo una idea en su cabeza.
Ahogarse en alcohol hasta que ya no reconociera ni su propio reflejo en el espejo; quizás y si realmente el Astro Rey lo amaba o la Madre Luna le tenía una pequeña pizca de cariño lo dejarían morir en aquella habitación luego de ingerir todo el alcohol que su organismo pudiese abarcar.
Su cuerpo falló por la debilidad causada por la falta de alimentos y sus rodillas fueron a dar contra el frío y duro suelo. El dolor no tardó en llegar haciéndole saber que él aún estaba vivo.
Después de todo, pasar dos días sin comer luego de salir de aquel hospital sin su Omega y con un cachorro no le aseguraban la muerte, pero si una gran debilidad.

Su mente divago ante el recuerdo de su amado Omega.
Quién de seguro, si lo hubiese visto en aquellas circunstancias, primero lo hubiese ayudado a levantarse del suelo y segundo le proporcionaría un golpe en su cabeza para luego decirle que no debía hacer aquello, que mejor se esforzara por salir adelante y sonriera más. Tal y como lo había echo la primera vez, luego de perder a un Omega tan bueno como Jung Hoseok.

Definitivamente se merecía todo lo malo que le sucedía.
Se merecía ser abandonado por Hoseok, luego de haberse enterado de la peor manera que lo engañaba con su mejor amigo.
Se merecía que la vida le arrebatará a su amor Park Jimin, por haberlo cautivado y llevarlo hasta el punto de involucrarse sentimentalmente con el, olvidando que Hoseok era casi como su propio hermano.
Se merecía todo aquello y más, por ser un Alfa despreciable y egoísta.

Pero definitivamente lo que Min Yoongi no merecía era ser padre del hermoso cachorro que su Omega había traído el mundo.
Un cachorro que llegó a su mundo lleno de dolor para recordarle que había perdido al ser que más amaba en su vida, pero que al mismo tiempo mientras lloraba descontroladamente pidiendo por los brazos de su padre Omega, abrió sus ojitos encontrándose con los del Alfa cesando por fin su llanto.
Él no merecía ser mirado por aquellos ojitos cargados de amor y bondad, que le recordaban tanto a los de Jimin.

Abrió un esfuerzo enorme la puerta de la habitación y la brisa que invadía el pasillo lo hizo tiritar.
Se apoyó contra la pared y se dirigió con demasiado cansancio hacia las escaleras para bajar hacia la cocina.
Al llegar hasta ellas, su pie se apoyó sobre el primer peldaño y antes de que su cuerpo reaccionara para apoyar su otro pie sobre el segundo escalón, resbaló y se deslizó escaleras abajo, golpeando su espalda y cintura baja con el filo de los demás escalones.
Maldijo para sus adentros y luego de una interminable lista de insultos hacia aquellas escaleras, se levantó para ingresar a la cocina.

Las cosas en aquel lugar estaban tan ordenadas que hasta llegó a  pensar que su pareja se había levantado temprano para acomodarlas por él, aunque sabía que aquello era imposible.
Se dirigió a la heladera y su corazón volvió a estrujarse causándole gran dolor.
Sobre la puerta de esta había una secuencia de fotos prolijamente ordenadas, en donde se lo apreciaba a él y a su Omega.
Tomó una de ellas con toda la delicadeza que sus dedos le permitían y se maldijo a si mismo por no sonreír lo suficiente al estar al lado de su pareja.

Abrió de manera violenta la heladera, no queriendo ver más recuerdos de su amor, entonces sus ojos se aguaron al ver el pastel que con tanto esfuerzo su Omega había intentado preparar para él, antes de entrar en trabajo de parto y luego desaparecer de su vida.
Pasó su vista por todos lados de la heladera hasta hallar lo que quería.
Las botellas de Soju y cerveza.

Tomó todas las botellas que sus manos y brazos le permitían y se encaminó hacia su habitación intentando no caer en el camino.
Al llegar abrió la puerta, se sentó cerca de su cama y abriendo una de las primeras botellas de cerveza comenzó a beber sin importarle nada más.

Así las horas comenzaron a transcurrir entre botellas, recuerdos, llantos y palabras inentendibles.
Sus ojos se nublaron gracias a la cantidad de alcohol ingerido y a la falta de luz en el cuarto.
La cuarta botella llegó a sus manos y fue entonces cuando sintió que los efectos del líquido surtían efecto en su sistema.

— ¿Yoongi Hyung? — aquella voz le era tan familiar que sin dudar ni dos segundos arrojó la botella de Soju que se encontraba bebiendo y levantándose del suelo con dificultad se arrojó hacia la figura que se hallaba frente a la puerta de su habitación.

— Amor, mi hermoso Omega — habló apretando con todas sus fuerzas a la silueta entre sus brazos — creí que te había perdido para siempre, pero estás aquí Jiminnie, estás aquí mi amor, todo fue un mal sueño, solo eso — agregó sollozando de dolor.

La joven entre sus brazos no pudo evitar ser invadida por la tristeza, el dolor y el sufrimiento al ver a quién solía ser un Alfa fuerte y seguro, transformado en aquel manojo de llanto y desolación.

Las lágrimas no tardaron en resbalar por sus mejillas al escuchar aquellas palabras por parte del Alfa y un solo recuerdo invadió su mente causándole aún más tristeza.

La sonrisa de su hermano se hizo presente en su mente, recordándole que jamás lo volvería a ver. Sus brazos rodearon el cuerpo del joven, el cual no cesaba su llanto.

— Sí, Yoongi Hyung — habló no queriendo lastimarlo aún más — solo fue un mal sueño, estoy aquí — agregó sintiendo como el muchacho se dormía sobre su cuerpo.

"Aroma A Cerezos" [Vhope/HopeV] 🍒[Omegaverse]🍒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora