"Aroma A Cerezos" [Vhope/HopeV] 🍒[Omegaverse]🍒

61🍒

Cuando sus ojos se abrieron con lo primero que se encontró fue con una pared de color beige en donde se apreciaba un bello cuadro en el cual descansaba la foto de dos jóvenes los cuales sonreían vestidos con batas de color azul marino y birretes de graduación. Reconocía aquella foto y a quienes se hallaban en dicho papel luminoso. Eran él y su mejor amigo Kim Taehyung y no había manera alguna de equivocarse, debido a que en su hogar había una foto exactamente igual, pero con la diferencia de que se hallaba colocada sobre su mesa de noche.

Las sábanas crujieron bajo su peso y al mover su mano está choco con lo que parecía ser una mata de cabello. Al girarse se encontró con la figura de su mejor amigo, el cual yacia durmiendo de manera incómoda en el costado de la cama.
Cómo pudo quitó las sábanas de encima para salir de la cama, intentando al mismo tiempo no realizar algún movimiento brusco que despertara a su mejor amigo. Se acercó al costado contrario y sintiendo el cambio repentino, de calidez a frescura, se dispuso a bajar de la cama. Al verse parado en el suelo, luego de lo que le pareció una eternidad, desde que se hallaba en el hospital, se sintió feliz.

Observó el lugar, claramente era la habitación de Kim Taehyung, ya que él jamás utilizaría aquellos colores para decorar su habitación, por lo general los colores neutros no eran lo suyo. Con lentitud se aproximó al cuerpo de su mejor amigo y con una fuerza bastante reducida, logró colocarlo sobre la cama, quitarle los zapatos que llevaba puesto y cubrirlo con el resto de las sábanas que estaban alrededor. Comprendió en aquel instante que el menor estaba demasiado flaco y sumamente pálido. La preocupación de Taehyung hacia él debió ser demasiado grande para hallarse en aquellas malas condiciones.

Confirmando que el Alfa no se movería de aquella cama, se encaminó hacia el baño que se hallaba en la habitación y se propuso a asearse un poco. Al entrar y dirigir su mirada hacia el espejo que se hallaba en la pared a su izquierda, notó como todo aquello lo había afectado. Su piel pálida, seca y resquebrajada, sus ojos sin brillo, sus enormes ojeras, su rostro que denotaba extrema flacura producto de la falta de alimento. Y allí entre su cuello y su clavícula, aquello que deseó nunca tener, una clara marca de pertenencia.

Suspiró pesadamente, abrió el grifo del lavamanos y juntando un poco de agua, de a tandas, mojó su rostro, su cabello y su nuca. El sentimiento de culpa lo acompañaba.
Salió del baño minutos después y volvió a observar al Alfa, el cual continuaba dormido como un niño pequeño y el dolor se hizo aún mayor en su pecho. Lamentaba el haberlo arrastrado a esa situación.

Salió de la habitación, dirigiéndose escaleras abajo rumbo a la cocina. Tantos días su cuerpo había permanecido en posición horizontal sobre una cama, que el simple echo de dar cuatro o cinco pasos lo mareaba considerablemente. Pero aún así no dejaría que aquello lo afectara nuevamente.

Debía ser fuerte. Debía cuidar de su menor, así como este había cuidado de él en su momento.

— Debes tener cuidado Jinnie — la voz aterciopelada de su Lobo lo sorprendió.

— Rj ¿Eres tú? — preguntó sin poder creer que su parte animal había regresado.

— Sí, soy yo, humano descuidado — mencionó con un tono enfadado y al mismo tiempo triste — ¿Quién otro podría ser? — dijo con obviedad.

— Me alegra tanto escucharte nuevamente, debo disculparme contigo — dijo mientras se acercaba a paso lento hacia la cocina.

— No es conmigo con quién debes de disculparte niño — lo reprendió el Lobo haciéndole notar su descontento — es con nuestro Alfa y con el Alfa de tu mejor amigo con quienes debes disculparte — dijo comenzando a dar vueltas — si no fuera por el humano que tienes como mejor amigo de seguro estaríamos muertos, ya que dudo mucho que su Lobo este de acuerdo con la elección que esté tomó — agregó recordándole que su mejor amigo probablemente ya tenía a un Omega en su vida y le había fallado por su culpa.

— Sé que me equivoqué con todos, pero debes entenderme Rj, nunca quise que esto sucediera, me asusté tanto al ver a ese Alfa en el parque que no tomé conciencia de lo que podría ocasionar la mentira que dije — mencionó el joven colocando sus manos sobre el mesón de la cocina — no todos los Alfas son iguales y está seguro de que si él se enteraba de que había sido marcado sin amor no me aceptaría jamás y pensaría muy mal de mí — dijo con su voz cargada de inseguridad.

— Eso no puedes saberlo Jinnie, nuestro Alfa hubiese escuchado, nos hubiese entendido y nos habría ayudado a superar ese feo pasado — habló su Lobo, haciéndole notar nuevamente sus miedos y al mismo tiempo sus malas desiciones — cuando lo vuelvas a ver ¿Cómo planeas contarle que posees una marca echa sin amor pero para salvar tu vida? — preguntó dando a entender que en algún momento de su vida volvería a cruzar camino con el Alfa.

— No lo sé aún, pero por el momento no quiero pensar en ello — suspiró con cierto agotamiento — por ahora quiero ayudar a Taehyung en lo que pueda, será mí forma de agradecerle por salvarnos la vida y arriesgarse a perder a Baekhyun en el proceso — añadió tomando una taza de vidrio del interior de una de las puertas de la alacena.

— ¿Quién es Baekhyun, Jin? — la voz de su mejor amigo lo sorprendió de tal manera que la taza se escapó de sus manos y fue a dar contra el suelo partiéndose en varios pedazos.

— Oh Taehyungie, estás despierto — casi gritó al verlo allí en la puerta de la cocina y sin importarle si llegaba a pincharse con los vidrios rotos corrió a los brazos de su mejor amigo para fundirse en un fuerte abrazo.

— Oh, con cuidado Hyung, aún estás débil — le recordó el menor abrazándolo de la misma manera que él lo hacía.

— Perdóname Taehyungie, perdóname — comenzó a sollozar al sentir los suaves latidos del corazón de su amigo combinados con los suyos debido al lazo formado entre ellos — lo siento tanto, por todo Taehyungie, por favor perdóname — suplicaba mientras su llanto poco a poco comenzaba a crecer y las lágrimas resbalaban por sus mejillas.

— No hay nada por lo que debas disculparte Hyung, soy tu mejor amigo — lo reconfortó el Alfa sintiendo en su corazón el mar de tristeza en el cual se estaba hundiendo su mejor amigo — no podía ni quería dejarte morir allí y sin importar que, lo volvería a hacer, sin dudarlo — añadió sintiendo como las lágrimas humedecian la remera que llevaba puesta en aquel momento.

— Pero yo te obligué a marcarme, porque sé que no me dejarías morir, pero yo soy un mal amigo y un mal Omega porque al marcarme a mí abandonaste a Baekhyun y él no querrá entender mis razones ni las tuyas — habló con su voz entrecortada.

— ¿Baekhyun? ¿Quién es Baekhyun, Hyung? — volvió a preguntar al escuchar de los labios de su mejor amigo aquel nombre por segunda vez.

— Tu Omega Taehyungie, ¿Quién más? — dijo separandose un poco del pecho de su mejor amigo para quedar frente a frente, mientras sus ojitos se cristalizaban por las lágrimas.

— Yo no tengo a ningún Omega llamado Baekhyun, Jin Hyung — contestó el menor observando los ojos de su mejor amigo, a pesar del lazo creado entre ellos, el brillo particular en los ojos del Omega no denotaba sentimientos amorosos — creo que de eso era de lo que quería hablarte esa noche de la cita a ciegas, mucho antes de que te desmayaras — agregó el Alfa recordando los sucesos de aquella noche.

— ¿Entonces si tu Omega no es Baekhyun, con quién tuviste la cita a ciegas que te preparé? — quiso saber el mayor sin apartarse de los brazos del menor.

— Su nombre es Jung Hoseok y tú lo conoces — respondió Taehyung con un brillo especial en sus ojos — es el chico que fue a tu peluquería y a quien sin querer le diste mí tarjeta en vez de la tuya — dijo con una sonrisa en su rostro.

Un sonrojo repentino cubrió las mejillas del Omega al recordar de quién se trataba el chico y dibujando una sonrisa sincera en su rostro.

— Después de todo, sin planearlo soy un gran cupido — mencionó divertido.

— Me alegra que tú sentido del humor haya quedado intacto Hyung — dijo el Alfa con cariño y dejando un beso sobre la frente del Omega — limpiemos este desastre y te contaré cómo sucedió todo, desde la cita, hasta tu desmayo — agregó para decidirse a juntar los trozos de taza regados en el suelo.