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¿Cuánto había pasado?¿Días, semanas, meses?
De tantas lágrimas derramadas y tanta oscuridad rodeándolo le era imposible determinar en que día se encontraba exactamente o si quiera que mes era.
Pero al parecer por el abundante olor a flores recién intentando florecer, suponía que se encontraban en el mes de Marzo.
Aquello era aún más doloroso, porque los recuerdos lo invadían cada noche obligándolo a continuar llorando y anhelar estar en los brazos de su Alfa dónde antes podía saberse seguro.
Pero ahora no tenía un Alfa a quien recurrir, no luego de encontrarlo en aquella situación tan comprometedora con su mejor amigo.

El recuerdo de aquel día continuaba intacto.
Él entrando a su departamento.
Sus amigas a su lado luego de dejar el pastel en la cocina.
Los tres caminando escaleras arriba hacia su habitación luego de escuchar un ruido.
Él abriendo la puerta. Su Alfa con otro. El dolor incesante. La oscuridad. Las lágrimas.
Las palabras de aliento de Lisa y su novia intentando que saliera adelante.

Se levantó por primera vez de la cama aquel día. Ahora odiaba los pequeños rayos de Sol que se colaban por la unión de las cortinas y los cuales buscaban entibiar aquel frío lugar.
Caminó hacia el baño que había en la habitación, no quería ni tenía intenciones de salir de aquel lugar que se había convertido en su refugio de todo mal.
Observó su reflejo con lástima y odio.¿Por qué lo había engañado de aquella manera? ¿Acaso él no era lo suficientemente lindo?¿Se había cansado acaso de sus tantas muestras de cariño y aquella era su manera de demostrarlo?¿Quizás había engordado o no era el mismo que aquel día en la cafetería?

Mojó su rostro mirando como las gotas de agua que resbalaban desde su cabello camuflaban sus nuevas lágrimas.
Su rostro había cambiado demasiado desde aquel día. Ahora lucía más pálido, tenía unos enormes ojeras, sus pómulos resaltaban por la falta de alimento en su cuerpo, sus ojos rojos de tanto llorar habían perdido aquel brillo que los caracterizaba, y su cabello era un completo desastre.
Ahora se daba cuenta.
Él no era para nada lindo. Tampoco tenía una buena figura de la cuál presumir. Y sobretodo era de estatura media.
Tenía sobre él todos los defectos por los cuales, Yoongi, su Alfa lo había dejado por su mejor amigo.

Él definitivamente no merecía a un Alfa tan apuesto y galante como lo era Yoongi.
A su lado, él simplemente era la nada misma. No estaba, ni estaría jamás a su altura.
Buscó con su mirada algo que pudiese utilizar. Necesitaba acabar con aquel dolor. Necesitaba olvidar a Yoongi.
Y no lo conseguiría si continuaba acostado sobre aquella cama derramando lágrimas inútiles.
Entonces una pequeña curva se formó en sus labios. Había encontrado lo que quería.
Y lo utilizaría antes de continuar cargando aquel dolor.

La piel canela bajo las mangas de su remera se hallaba pálida, casi como la piel de su amado Alfa.
Rozó suavemente sus dedos sobre el inicio de su muñeca y cargó sus pulmones de todo el oxígeno que le era posible. Debía ser valiente en aquel momento. No podía dudar o continuaría sufriendo. Y no se permitiría continuar así.

La puerta de la habitación se abrió de manera rápida sobresaltandolo, logrando pasar aquella fina cuchilla sobre su muñeca causándole un leve pero agudo dolor. No iba a gritar. No gritaría.
La voz de su Alfa amiga se escuchó tras la puerta y sus ojos volvieron a aguarse, odiaba ser una carga para aquella dulce chica. Ella no lo merecía. Siempre lo cuidaba como una hermana mayor.
¿Qué diría su hermana JiWoo si lo viera en aquellos momentos? Poco importaba, de todas maneras ella no se encontraba allí junto a él.

- ¿Hobi, estás allí dentro? - preguntó dulcemente causándole más culpa - hemos preparado el almuerzo y como es Primavera Jisoo quiere que salgamos a recorrer Seúl - continuó hablando y casi la podía ver llorar tras la puerta - ¿Quisieras acompañarnos? - añadió soltando un pequeño suspiro.

No contestó. No quería arruinarles la salida ni mucho menos. Solo quería desaparecer y eso haría. Él ya lo había decidido.
El silencio nuevamente.

- ¿Hobi? - lo llamó con amor - respóndeme por favor, me estás asustando - su voz se oía con dolor.

- Estoy aquí Lisa - se animó a responder sin dejar de ver cómo la sangre goteaba en el suelo de aquel baño - muchas gracias, pero no iré - agregó sintiéndose un tanto mareado, en definitiva la sangre no le gustaba para nada.

La puerta se abrió dejando ver a una encolerada Alfa, la cuál enseguida se arrodilló frente a él, presionando su muñeca y sacándole la pequeña cuchilla de la mano.

- ¡JISOO! - el grito de la joven se escuchó tan fuerte que sus oídos dolieron - ¡Jisoo, tráeme el botiquín de la cocina, ya! - ordenó al sentirla ingresar en la habitación.

Podía apreciar el miedo en los ojos de su amiga. No era la primera vez que la veía asustada, ya la había visto de aquella manera cuando eran pequeños, pero no se parecía en nada a aquella situación.

- ¿En qué estabas pensando Hobi? - preguntó aguantando su llanto - ¿En qué pensabas? - agregó pasando una mano por los cabellos del Omega.

Jisoo regresó a la habitación con el botiquín en sus manos y temblando del miedo por la situación a la que había llegado aquel Omega.
Abrió lentamente el botiquín sacando gasas, vendas y aquel líquido entre marrón y amarillo que evitaba que las heridas empeoraran.
Agradecía que su Alfa supiera de medicina y de como curar heridas.

- Tranquila cariño - la tranquilizó Lisa buscando su mirada para que sus lobos se conectaran - él va a estar bien, no fue un corte profundo - agregó tomando aquel líquido en sus manos.

- ¿Entonces él no morirá? - preguntó luego de verla directamente a los ojos.

- No mí amor, él no morirá, pero si recibirá el regaño de su vida por asustarnos así - afirmó colocando una gasa sobre la muñeca del joven y luego la venda - necesita descansar un poco - añadió cargándolo en sus brazos y saliendo del baño para recostarlo sobre la cama.

"Aroma A Cerezos" [Vhope/HopeV] 🍒[Omegaverse]🍒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora