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Aquello se volvía cada vez más desesperante y podía sentir como poco a poco su orgullo de Alfa era pisoteado una y otra vez según él. Odiaba mostrarse de aquella manera ante la sociedad, ante los Omegas y sobretodo ante su familia, quienes al ser su entorno más cercano le recordaban con palabras discretas que lo único que llevaba a la familia era humillación y vergüenza. Sin importar que tuviera que hacer, cambiaría la manera en la que su familia lo veía y dejaría su apellido en el lugar más alto de la sociedad, no habría más humillaciones para él y su lobo.

Las penetraciones se habían vuelto más certeras y bruscas debido al creciente odio que invadía su interior, no estaba en sus planes detenerse a pesar de las súplicas y el llanto que brotaban de la boca y los ojos de aquella pequeña Omega la cual le había sido entregada por sus compañeros de club nocturno.

Debía liberarse.

Necesitaba con desesperación liberar su esencia dentro del cuerpo de algún Omega sin importar en ningún momento el sexo de este. Luego de la mala experiencia junto al Omega del que estaba enamorado, necesitaba imponer su mando costara lo que costara.

La voz de la pequeña Omega se dejó escuchar en la habitación, distrayendo su mente de los recuerdos de aquel chico de piel suave. Su mano fue a parar directo a su cuello comenzando a apretar cada vez más fuerte con cada estocada.

— Yugyeom, me lastimas — murmuró la joven casi sin voz debido a la presión sobre su garganta.

Una sonrisa maliciosa se dibujó en el rostro del Alfa mientras continuaba con la presión sobre la garganta de la Omega.

— Repite lo que dijiste — susurró completamente excitado por la imagen de la joven bajo su cuerpo — dilo otra vez — ordenó con voz de mando al no escuchar palabra alguna.

— Me... Me lastimas Yug... Yugyeom — habló la joven soltando más lágrimas mientras poco a poco sentía como el aire comenzaba a escasear en sus pulmones.

Las pupilas del Alfa se dilataron por completo y un gruñido de satisfacción se escapó desde lo más profundo de su ser al comenzar a liberar su esencia dentro del cuerpo de la joven, la cual se retorcía de dolor y lloraba desesperada por aquel anudamiento no consentido con alguien que claramente no era su Alfa.

— Eres tan parecida a él — susurró el Alfa manteniendo la presión sobre la garganta de la chica — súplicas igual que él — continuó hablando — pero no eres él — añadió pasando su mano libre por sobre los pechos desnudos de la Omega — definitivamente no eres él, Jungkook hubiese suplicado un poco más — finalizó con una sonrisa aún más tétrica en su rostro mientras presionaba aún más hasta lograr lo que quería.

Los ojos de la joven se cerraron dándole a entender al Alfa que está se había desmayado.

Cuando el anudamiento finalizó, el Alfa salió del cuerpo de la joven dejándola sobre la cama tal y como estaba.
Se colocó una por una sus prendas y abandonando la habitación se dirigió por el largo y oscuro pasillo a lo que parecía ser la puerta trasera de un club nocturno.
Al abrir la puerta varios Alfas y Omegas lo recibieron como si de un jefe se tratara.

Uno de los Alfas que lo esperaban tras la puerta se dirigió hacia uno de los sillones que había en el lugar y ofreciéndole asiento, chasqueó sus dedos para que los atendieran, cómo según ellos, era digno un Alfa.

— Y dime ¿Cómo te fue con la zorra? — preguntó mientras cruzaba sus brazos y abría de sobremanera sus piernas dándole un aspecto mucho más atractivo ante los ojos de cualquier Omega u Beta desesperado.

— No se sintió como con mi Omega, pero al menos sirvió de algo — afirmó tomando una posición relajada sobre el sillón — anudé en ella, así que no creo que les sirva de mucho a los demás Alfas — habló captando la atención del otro muchacho — así que ve avisándoles a tu manada de salvajes, que sí alguno de ellos intenta ponerle un dedo encima a esa joven, me encargaré personalmente de arruinarles de manera permanente la existencia — mencionó de manera seria.

— ¿Acaso esa zorra tocó una fibra sensible en el gran Kim Yugyeom? — preguntó el Alfa en tono burlón.

— No digas estupideces SuWoon — gruñó con enfado el Alfa — no hay nada de fibras sensibles en este Alfa, esa zorra es mi pertenencia y nada más que eso, un buen polvo, un cuerpo para saciar las ganas que me invadirán las veces que observe a mi Omega y no pueda tenerlo — concluyó al notar a un Omega acercarse con una bandeja plateada, una botella de vodka y dos vasos.

— Tranquilo, no encrespes tu pelaje Kim — habló el joven mientras tomaba la botella de vodka con su mano izquierda — me encargaré personalmente de informar que nadie toque a la zorra y le comunicaré que desde hoy en adelante es de tu pertenencia — agregó sirviéndose un poco de la bebida en uno de los vasos.

Antes de que el muchacho pudiera llevar el vaso a sus labios, le fue arrebatado por Yugyeom quien lo bebió de manera rápida sintiendo como el fuego quemaba su garganta de una manera tan única que lo impulsaba a beber más de aquel líquido como si de agua se tratase. El vaso fue colocado de manera violenta sobre la mesa que se hallaba frente al sillón donde se hallaban sentados.

SuWoon mordió su labio inferior de manera sensual e inconsciente al notar el comportamiento desenfrenado, errático y raro del Alfa frente a él. No era la primera vez que observaba de aquella manera al gran Kim Yugyeom, pero si era la primera vez que le resultaba jodidamente excitante a pesar de pertenecer a la misma jerarquía y sexo.
Kim notó aquel suave e imperceptible cambio de actitud del joven a su lado y sin dudarlo dos veces se posicionó sobre sus piernas y abriendo la botella de vodka volcó un poco de líquido sobre los labios ajenos, para luego chuparlos y dejar escapar un sonoro ruido al apartar su boca de la contraria.

— No creí que el Vodka te volviera una zorra Kim — habló SuWoon completamente excitado por la acción de Yugyeom.

— No me vengas ahora con tus estúpidas moralidades SuWoon y dame lo que quiero en este instante o lo buscaré en otro cuerpo — demandó el Alfa con sus ojos puestos en la mirada del muchacho.

Antes de que pudiera salir de arriba del cuerpo ajeno, las manos del Alfa sujetaron con posesividad su cintura atrayendolo más.

— Oh no Kim, tu cuerpo me pertenece esta noche — proclamó SuWoon antes de reclamar su cuello con su boca.

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⏰ Última actualización: Jul 08, 2022 ⏰

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