—¿Qué sucedió? —preguntó Tom mirando el GPS.
—No consideré la existencia de patrullas cerca del área, era muy posible que nos quedaran solo unos minutos... —farfulló ella—. Y ya te dije, no me gustan los policías... ya sabrán que era yo cuando su mejor hacker revise el video de la cámara de seguridad.
El hombre asintió mientras abandonaban el pueblo con rapidez.
—¿Qué había en la casilla? —susurró él con retraimiento un par de segundos después.
Lilith metió una mano al interior de su chaqueta y sacó una libreta de color rojo.
—El único motivo por el que te mandé a conducir fue para analizar esto... —dijo a la vez que estudiaba el cuero escarlata que envolvía al librillo—. Tiene en la portada el mismo símbolo que tenía el sobre con la llave, y el mismo símbolo que tenía el vicepresidente en su espalda...
—¿De qué estás hablando? —preguntó él frunciendo el entrecejo.
Lilith respiró profundo, a la vez que su mente trabajaba de manera veloz.
—¿Has escuchado hablar de La Orden Doce? —inquirió de sopetón.
—¿Es una banda de Rock alternativo? —respondió Tom con una interrogante.
—No lo creo... —murmuró la mujer.
—Porque suena como una banda de Rock alternativo...
—¡Por la puta madre, Tom!, ¡no es una jodida banda de Rock alternativo! —vociferó ella con molestia.
—Es que no comprendo, Lilith... —espetó el hombre con vergüenza—. ¿De qué se trata todo esto?, ¿qué es eso de La Orden Doce?
La agente espiró fuerte mientras lo observaba.
—¿Eres muy sensible? —preguntó de repente.
—Un poco... —susurró Tom con timidez.
—Mormo castiga a los niños malos. —habló la mujer en voz alta.
—Modo encubierto activado. —dijo su reloj.
—Dame acceso a mi carpeta encriptada. —ordenó.
REVIL desplegó el holograma de un teclado y ella ingresó su clave en un segundo.
—Abre la fotografía ciento tres. —demandó.
El dispositivo proyectó la imagen de inmediato, y cuando Tom centró su mirada en ella, frenó con fuerza en medio de la carretera, la cual por suerte estaba vacía a esa hora.
—¿Quién es ese hombre? —dijo con un gesto de horror.
—Era el vicepresidente de la nación... —dijo ella mientras acercaba la fotografía—. ¿Ves eso?
—Un tatuaje. —farfulló él.
—Es el nudo Dara, un antiguo símbolo celta que emula las raíces de un roble, es decir, aquello que penetra con poder en la tierra, pero de forma oculta... —explicó la mujer—. Significa fuerza, conexión, resistencia, liderazgo, sabiduría y destino... —habló a la vez que tocaba el holograma, haciendo que solo la imagen del símbolo se viera flotando en el aire—. Existen varios tipos de nudos Dara, pero este es el único que tiene doce líneas que no se cortan en ningún punto... —dijo a la vez que REVIL señalaba en rojo los trazos continuos, enumerando cada uno de ellos—. Este es el sello de La Orden Doce.
Tom guardó silencio, observándola con un gesto que expresaba de forma perfecta todo el lío que se había armado en su cabeza.
—Entonces no es una banda de Rock alternativo... —murmuró alzando las cejas.

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La Orden Doce
FanfictionTom Hiddleston, un economista brillante, introvertido pero encantador, es requerido por la CIA para un caso muy importante. Hiddleston es designado como compañero de Lilith Kemp, una agente antisistema y con serios problemas contra la autoridad. Al...