—¿Qué sucedió? —inquirió Nomax comenzando a caminar junto a Lilith, quien avanzaba a paso rápido hasta la salida de la mansión.
—Nada, no conseguimos nada. —espetó la mujer con molestia.
—¿Y el señor Hiddleston? —preguntó el asistente.
—Se quedó disculpando con Dabrowski. —respondió ella a la vez que abría la puerta principal y se colaba al exterior.
—¿Qué le hicieron? —El joven preguntó con seriedad mientras la seguía.
—Está vivo, si es a lo que te refieres. —musitó la agente bajando las escaleras de la entrada—. Al menos por el momento. —llevó dos dedos a su boca para silbar con fuerza en dirección a un valet—. ¡Oye muchacho! Trae mi auto, nos vamos.
El joven asintió antes de salir corriendo en busca del vehículo.
—¿Al menos por el momento?, ¿qué quiere decir con eso? —habló Nomax preocupado.
Lilith se giró hacia él para mirarlo con desprecio, y cuando estaba a punto de brindarle un mordaz comentario como respuesta, la figura de Tom descendiendo por los anchos escalones de piedra la hizo callar.
"Ese maldito traje en serio le queda bien", la falsa pelirroja pensó de sopetón.
—¿Cómo estuvo? —preguntó Lilith cuando lo tuvo en frente.
—¿Qué cosa? —inquirió él extrañado.
—La felación que le hiciste a Dabrowski para que te perdonara. —soltó ella sonriendo de lado—. Henry Kissinger estaría sorprendido de ver las tácticas de diplomacia que se practican hoy en día...
Tom negó con la cabeza a la vez que sonreía avergonzado.
—Yo no hice eso... —musitó él mirándola directo.
—No me mientas, todavía tienes un poco de "tratado de paz" por aquí... —espetó ella antes de limpiar la comisura de sus labios con un dedo—. Apuesto a que fue una negociación muy dura, ¿el oponente se resignaba a ceder ante tus movimientos?
—Muy gracioso, Lilith. —habló el inglés mientras tomaba su mano con suavidad para retirarla de su rostro—. Nos vamos, supongo...
La mujer asintió a la vez que bajaba los últimos peldaños de la escalera, para caminar hasta el valet que había traído su automóvil. El muchacho le tendió sus llaves, y se le quedó mirando con las cejas alzadas, a la espera de alguna retribución por su trabajo.
—No me mires con esa cara de tonto, el enano de atrás te dará tu propina. —soltó la mujer antes de montarse en el vehículo y cerrar la puerta con fuerza.
Nomax la miró con molestia, para luego meter una mano dentro de su chaqueta y tomar su billetera.
—Aquí tienes... —dijo el asistente extendiéndole varios dólares al muchacho.
—Mejor quédeselos... —habló el chico—. Y cómprese una botella de tequila, yo la necesitaría si fuera usted...
Tom soltó una ligera risa mientras Nomax metía los billetes a su bolsillo con molestia.
El economista y el asistente montaron el vehículo en un santiamén, y Lilith no demoró en sacarlos de la lujosa propiedad.
—¿Hacia dónde nos dirigimos? —inquirió Tom desde el asiento del copiloto.
—A la agencia. —respondió la mujer.
—¿A la agencia? —preguntó Nomax frunciendo el ceño—. He estado con ustedes desde las seis de la mañana, y ya es bastante tarde como para seguir trabajando...
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La Orden Doce
FanficTom Hiddleston, un economista brillante, introvertido pero encantador, es requerido por la CIA para un caso muy importante. Hiddleston es designado como compañero de Lilith Kemp, una agente antisistema y con serios problemas contra la autoridad. Al...